BÚSQUEDAS en este blog

lunes, 30 de agosto de 2010

Fin - David Monteagudo

Anécdota: Antes de las vacaciones, preparo escrupulosamente mis lecturas y las cargo en mi e-reader. El día antes, mientras hacemos las maletas, me aseguro de incluir los cargadores de todos los dispositivos electrónicos que nos acompañarán en el viaje: ebook, cámara de fotos, ordenador portátil, iphone, blackberry… intentando ocupar el mínimo espacio y por lo tanto decantándome por un práctico cargador USB y los diferentes cables de conexión. Mi mujer, por el contrario, sólo incluye dos libros de papel. Sus últimas adquisiciones del fin de semana pasado. "Se los acabará enseguida y me pedirá el ebook" -pienso.

Casi al mismo tiempo, ella finaliza la lectura de sus dos libros y mi reader se queda sin batería mientras empezaba "Los robots del amanecer - Isaac Asimov"; desagradable sorpresa descubrir que no puedo cargarlo ni con los puertos del portátil ni con el cargador USB -siempre lo había hecho con uno de los ordenadores que tengo en casa. Los foros de internet dicen que se puede usar el cargador de la PSP; que es el único dispositivo que no me traje pensando que era un coñazo llevar un cargador más.

Y todo esto viene, a que este es uno de los libros en papel que trajo mi mujer. Un libro de esos desconocidos que ella suele comprar por intuición cuando los descubre en las estanterías. Siempre que nos separamos: ella a negra-policiaca y yo hacia ciencia-ficción, acaba volviendo con varios libros y una sonrisa en la cara de: "¿No has encontrado nada que te guste?"

El libro se lee rápido, muy rápido, porque está muy bien escrito y las descripciones son vívidas, sugerentes, de esas que parece que estás en el cine más que leyendo. Me ha recordado a "Ensayo sobre la ceguera - José Saramago" donde el autor se apoya en un suceso inexplicable para hacer salir la auténtica naturaleza humana. En este caso, un reencuentro de amigos tras 25 años sin verse y un extraño apagón, es el telón de fondo para hablarnos no de la amistad sino de la culpa. De esa culpa íntima que vive agazapada en nosotros, pero que se refleja en nuestra forma de interpretar lo que sucede a nuestro alrededor. De ese arrepentimiento por algo que no debimos hacer y que sin embargo nos ha convertido en lo que somos. Tanta es su fuerza para esculpir nuestra personalidad y nuestra vida.

Sin embargo, existe el peligro de que la explicación del "suceso extraño" que pone a los personajes en una situación límite, nos parezca lo más interesante de la novela y entonces, tal vez, nos desfraude su final. Mi mujer también opina, y creo que con mucho acierto, que los personajes que son madres en la novela no son verosímiles, pero claro, eso es algo que a mi me había pasado por alto, y por eso lo menciono aquí.

2 comentarios:

  1. No me puedo creer que no puedas cargar tu e-reader desde el portátil, o es malo portátil (HP naturalmente) o es malo el e-reader (ya sé que es Sony).
    Te faltó 'probar' el plan de contingencia. ;-)

    ResponderEliminar
  2. «¿El libro se lee rápido, muy rápido, porque está muy bien escrito y las descripciones son vívidas, sugerentes…?»
    Me asalta la duda si se trata del mismo libro el que he leído y el comentado aquí. Lo he leído a trancas y barrancas porque un club de lectura me lo ha puesto como lectura el mes. Lo único que puedo reconocerle como algo positivo es el mantenimiento de la intriga y me admiro yo mismo de como he seguido leyendo hasta el final. Tedio, aburrimiento, personajes difusos, difíciles de seguir, descripciones extensas de las que se salvan un par de ellas, diálogos repetitivos y machacones, sucesos inexplicables que «ahí se quedan». Mucho «deux est machina» o como resolver las incoherencias por el arte de «birli-birloque». Mi calificación no llega ni a pésimo, lo siento, porque debo estar equivocado ya que veo con estupor que va por la 11ª edición. Hay película, pero no sé si recuperaré ganas para verla. Como digo, debo de haber leído otro libro…

    ResponderEliminar

opiniones