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domingo, 9 de enero de 2011

El placer de la lectura

Tantas veces he hablado del placer de leer, que hoy me toca hablar de lo que significa leer algo que no te provoca ese placer. No me ha sucedido muchas veces que abandone un libro porque me aburra soberanamente, porque el estilo de escritura no me enganche, o porque me produzca cierto rechazo, pero si que me ha ocurrido varias veces, aunque creo que con los dedos de las dos manos me basta para contar esas ocasiones.
Pues bien, sin querer incitar a no leer a este autor, con suficiente prestigio mundial, hoy os voy a hablar de mis aventuras con Umberto Eco. Mi primera incursión, hace muchísimos años, fue con El nombre de la rosa, y fué una de mis primeras deserciones, en un acto de fé, y algunos años después, volví a intentarlo, y esta vez me terminé El Péndulo de Foucault, supongo que mi nivel intelectual no da para mucho, porque me quedé como estaba, y con la sensación de haber perdido muchas horas leyéndolo y no haberlas 'gozado'. Como digo, esto pasó hace muchos años, y pensé, quizás eras demasiado joven y no supiste apreciarlo, y lo he intentado de nuevo con su última novela, El Cementerio de Praga, pero esta vez, y sin llegar a la página 200, he decidido que, si no disfruto, ¿para qué seguir leyendo? Eco tiene una forma de narrar que no me entra, que no me gusta, y por lo tanto no disfruto, y con tantos libros como tengo pendientes de lectura, no se me van a rasgar las vestiduras por no entender a un mito de la literatura, ya entiendo a otros muchos, y los que me quedan por entender.
Supongo que este post va a provocar algunas reacciones contrarias, pero insisto en que no es mi intención descalificar a nadie, salvo a mí mismo, por no ser capaz de entender lo que otros si captan.

4 comentarios:

  1. Te comprendo perfectamente y me alegro de este post porque tenía cargado en mi ebook "El Cementerio" y ahora me lo voy a pensar.
    El libro de "El nombre de la Rosa" conseguí acabarlo al segundp intento, y yo creo que fué porque ví la película y luego hice el intento. El del péndulo ni lo he intentado.

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  2. A mi el nombre de la rosa me encanta, pero debo reconocer que hago trampas, me salto algún párrafo-página cuando se pone demasiado pesado ;-)
    El péndulo de Foucault tambien lo abandoné, y el otro del que hablais no pienso ni intentarlo.

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  3. Parece que coincidimos en general en que este autor es bastante "espeso" para leer. Terminé "El péndulo" aunque me decepcionó profundamente; creía que era una buena novela sobre los templarios y me dejó vacío y sin entender entre otras cosas que pintaba el dichoso péndulo. Empecé "El nombre" pero lo dejé aunque tengo intención de leerlo algun día (también "El Quijote" me costó tres intentos) pero por lo que comentas no creo que "El cementerio" tenga la menor oportunidad.

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  4. Yo, sin embargo, devoré el Nombre de la Rosa; tanto me gustó que, de un tirón, leí El Péndulo de Foucault y La isla del día de antes. Esta última me hizo romper definiticamente con este autor. Yo creo que los libros tienen su momento: madurez, la estación adecuada, tu estado de ánimo... Me leí Cien años de soledad al cuarto intento, Madame Bovary al tercero, todavía no he podido acabar La montaña mágica. He abandonado la lectura de pocos libros, pero salvo excepciones -como dice Malópez- siempre vuelvo a ellos.

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