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jueves, 24 de octubre de 2013

El caballero de la armadura oxidada, de Robert Fisher

Recomendado por la mañana en un cursillo sobre autogestión personal de las emociones, llegar a casa y leerlo de un tirón fue todo uno. «Aquí te pillo y aquí te mato» digo te rescato y te leo Ya había oído hablar de este librito algo más de quince mil vocablos hace tiempo, pero permanecía olvidado en uno de los muchos rincones de los libros pendientes y nunca le llegaba la hora. Libro de autoayuda y motivación, puede ayudarnos a descubrir si llevamos una coraza imaginaria que nos dificulta nuestro deambular por la vida y hacemos montañas de cosas insignificantes.

El caballero tiene un dilema: se encontraba atrapado en su armadura ocultando sus limitaciones y tapando sus posibilidades cuando se da cuenta de que está a punto de perder a su familia por culpa de esa armadura. Decide deshacerse de ella, yendo a buscar a Merlín, el mago, que le encamina al sendero de la verdad donde tendrá que pasar por una serie de pruebas en los castillos del silencio, el conocimiento y la osadía para alcanzar la cima de la verdad que implica conocerse y aceptarse como realmente es y por ende alcanzar la felicidad propia y de los que le rodean.

Sam es el «yo» interior del caballero que va ganando presencia a medida que el caballero va avanzando en su propio descubrimiento y mejoramiento personal. Un libro sencillo y revelador que se lee en un santiamén y que puede aportarnos algunas claves para ayudarnos a enfrentar los problemas de la vida diaria.

Algunas frases extraídas del texto

¿Cómo podréis cuidar de ellos si ni siquiera podeis cuidar de vos mismo?

No solo había hablado con una paloma y una ardilla sino que, además, las había hecho enfadar a las dos en el mismo día

Acabais de dar el primer paso para libraros de vuestra armadura.

¿Y cuando fue la última vez que sentisteis el calor de un beso, olisteis la fragancia de una flor o escuchasteis una hermosa melodía sin que vuestra armadura se interpusiera entre vosotros?

El primer castillo se llama silencio, el segundo conocimiento y el tercero voluntad y osadía. Una vez hayais entrado en ellos, encontrareis la salida cuando hayais aprendido lo que habeis ido a aprender.

… durante toda su vida había perdido el tiempo hablando de lo que había hecho y de lo que iba a hacer. Nunca había disfrutado de lo que pasaba en el momento.

El caballero lloró aún más al darse cuenta de que si no se amaba, no podía amar realmente a otros.

Decidió que era verdad, que el tiempo transcurría con rapidez cuando se escuchaba a sí mismo. Recordó cuantas veces el tiempo se hacía eterno mientras él esperaba que otras personas lo llenaran.

1 comentario:

  1. Leí este librito hace años, cuando me lo regaló la que entonces era mi jefa. Lo guardo con cariño y recuerdo cuanto me identifiqué en su momento con la historia; sencilla pero profunda a la vez. Lamentablemente tendemos a olvidar, y aquí estoy de nuevo, dentro de esta coraza. Gracias por la reseña que, al menos por unos días, me recordará que intente oxidarla. ;-D

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