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miércoles, 11 de junio de 2014

La mala vida en la España de Felipe IV, José Deleito y Piñuela

José Deleito y Piñuela, fue un brillante historiador e investigador, vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, profundo admirador de Francisco Giner de los Ríos y de sus ideas docentes. Por su vinculación con Azaña y con la II República, fue víctima de los “expedientes de depuración” posteriores a la guerra. Salvó la vida gracias a las numerosas gestiones por él encabezadas para evitar ejecuciones sumarias de fascistas en Valencia, pero perdió su cátedra. Al final de sus días fue readmitido en la Universidad sólo como investigador.-
Si la historia no le hizo justicia, sus lectores si.
La calidad de sus estudios sobre la España del siglo de Oro: El Rey se divierte; Sólo Madrid es Corte, También se divierte el Pueblo, La mujer, la casa y la moda; la Mala vida libro objeto de esta reseña y La vida religiosa española bajo Felipe IV, tan citadas y consultadas que han sido constantemente publicada por la editorial Espasa Calpe y tomando su relevo Alianza Editorial.
Pocos prólogos describen tan bien el contenido de un libro como este, donde Deleito aventura un recorrido por la lectura que nos espera:
En el libro que ahora ve la luz estudiaremos el mundo de los picaros en sus múltiples variedades, desde el simple parásito o el mendigo hasta el rufián, pasando por el de oficio turbio, que encubre al «descuidero», el desaforado ladrón profesional, el asesino a sueldo o el bandolero organizado en cuadrillas. Veremos los bajos fondos sociales, los tipos varios del hampa matritense, los picaros de novela y los de la realidad, el mundo del vicio en torno al juego y a la prostitución, las meretrices ambulantes y las organizadas en prostíbulos, el régimen de éstos y todas las derivaciones de la sensualidad ilícita: solteras equívocas y provocadoras, casadas adúlteras, esposos amancebados o «consentidos», mediadores, bastardos, males venéreos, vicios contra natura y sexualidad sacrílega o macabra. Y juntamente con los desmanes del malhechor profesional o los estragos de la lascivia, apuntaré violencias, atropellos frecuentes, derramamiento de sangre y aun verdaderos crímenes, que el orgullo, el prejuicio o la ausencia de freno hicieron realizar a los que no eran criminales de profesión”
Y lo prometido en este pequeño prólogo lo cumple con creces, pues entre las páginas te embarcas en una travesía por las más perniciosas esferas de la sociedad del reinado de Felipe IV, mostrando su lado más oscuro.
El libro está plagado de referencias literarias, citando y extractando partes de libros como “El Lazarillo de Tormes”, “ La vida del pícaro Guzmán de Alfarache”, 'La picara Justina”, “Vida del. escudero Marcos de Obregón”, “La desordenada codicia de los bienes ajenos”, “La vida del picaro... en tercia rima”, “La hija de Celestina”, “El sutil cordobés Pedro de Urdemalas”, “El sagaz Estacio, marido examinado”, “Vida del Buscón”, “Las Capitulaciones de vida de Corte”, entre otros muchos, en un brillante y completo repaso por un mundo paradójico de religión y violencia, abolengo y miseria. Prostitución, juego, mendicidad, asesinatos y picaros, muchos pícaros, de letra impresa y de biografías acreditadas cuyos pormenores se detallan con una prosa no académica, fluida, repleta de anécdotas y detalles interesantes. La exposición se quiebra de continuo con los numerosos textos de novelas, memoriales, actas procesales que complementan el libro abriéndote infinidad de aspectos desconocidos y apetecibles sobre este momento histórico.
Merecería leer y comprar este libro sólo por el pormenorizado estudio sobre la picaresca, en todas sus perspectivas, etimológica, literaria, sociológica, lingüística. La inclusión de numerosas expresiones de la jerga picaresca denominada germania es una delicia, donde percibes el espejo de muchas de nuestras expresiones.-

Un libro pensado para amantes de la divulgación histórica e imprescindible para todos aquellos interesados en los matices historiográficos de nuestras grandes ciudades como Madrid, Sevilla, Valencia, Segovia, Valladolid, Córdoba o Toledo.
Yo no me lo perdería.

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