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jueves, 9 de marzo de 2017

Kryptos, de Blas Ruiz Grau y otros

@BlasRuizGrau Blas Ruiz Grau es un escritor alicantino nacido en 1984 en el seno de una familia trabajadora que ha transitado por estudios de la rama técnica hasta llegar a su empleo actual como informático. Compagina sus inquietudes en el mundo de la literatura con estudios de geografía e historia en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Estos datos han sido extraídos de su página web a la que remito a lectores más curiosos para recabar más información. También cultiva de forma periódica el relato en su blog. Entre sus publicaciones tenemos «La verdad os hará libres (2012-Auto publicada)», «La profecía de los pecadores (2013)» y el que comentamos hoy «Kryptos (2015)» que no es exclusivamente de cosecha propia sino que ciertos capítulos han sido escritos por conocidos autores actuales como Gabri Ródenas, César Pérez Gellida, Roberto López-Herrero y Bruno Nievas, habiendo quedado el prólogo a cargo de Juan Gómez Jurado.

Se trata de un libro especial porque todos los beneficios que al autor obtenga por su comercialización serán donados a EDUCO, una ONG que focaliza su labor en la lucha diaria en la defensa de los derechos y la protección a la infancia, especialmente en temas de pobreza y hambre infantil.  Solo por ello ya merece la pena comprar el libro. Pero es que además se trata de una lectura entretenida y actual, con un andamiaje muy bien construido y que pudiéramos pensar que raya en la ciencia ficción si no tenemos en cuenta la información que llena estos días los telediarios a raíz de las revelaciones de Wikileaks en las que poco menos que debemos de sospechar que somos espiados por nuestros propios televisores en el salón de nuestra casa.

Una de las ciudades más universales y protegidas del mundo, Washington, se ve amenazada por un terrorista que da un plazo de 24 horas para que se satisfagan sus exigencias a cambio de no detonar cinco potentes bombas colocadas en puntos estratégicos y concurridos de la ciudad. Un comité de crisis al más alto nivel en la Casa Blanca observa la cuenta atrás mientras pone en alerta a todos sus servicios de inteligencia, que de forma tangencial detectan que el sistema de cifrado más seguro del mundo ha sido abierto por alguien que al final resulta ser una adolescente, Danielle, superdotada con un pequeño ordenador en la habitación de su casa. Julie Hawkings —nombrada 310 veces—, 33 años pero a pesar de ello veterana agente de la CIA y que arrastra una situación personal complicada tras una misión fallida en Irak, es la encargada de «detener para proteger» a Danielle —nombrada 182 veces—, pero comprueba que otras organizaciones mafiosas andan detrás de la niña, de una sorprendente madurez para su edad de quince años, y del programa con el que ha conseguido romper el código de cifrado. Nada es lo que parece, todo está intervenido y espiado, los compañeros no son tal y ni las propias instituciones del gobierno se pueden fiar de sus departamentos y sus directores. En el espacio de esas 24 horas la acción transcurre de forma trepidante llevando al lector por situaciones que no alcanza a saber valorar como ciertas, posibles o pura ciencia ficción hasta un desenlace en el que muchos de los actores muestran sus cartas poniendo al descubierto oscuras intenciones personales, muy lejos de un pretendido servicio a la nación.

Todos los ingredientes de un thriller de actualidad al servicio del lector en un relato vibrante que le mantendrá pegado al libro tratando de devorar sus algo más de 57.000 vocablos y alcanzar su final. La talla de los autores que han participado en la redacción del texto está contrastada y salvo la indicación inicial en algunos capítulos de quién ha sido el encargado de su desarrollo, el lector no notará diferentes plumas ni diferentes estilos porque la homogeneidad y el engarce de la novela están magistralmente conseguidos. La acción se desarrolla en una época indeterminada aunque posterior a la época de la presidencia de Barak Obama, en la que precisamente nos encontramos en estos momentos. Es de resaltar el oficio del autor principal que denota estar puesto al día en archiperres informáticos, nuevas tecnologías, espionajes y funcionamiento interno de los servicios de seguridad de una de las naciones más punteras del planeta en estos asuntos, y de la que no creo que quede ningún ciudadano que tenga dudas de la vigilancia electrónica a la que somete a todo bicho viviente. Los límites de lo real y de lo imaginado quedan difusos y será el propio lector el que determine que es, para él, cierto o ficción en la trama de la novela. En todo caso, la angustia está asegurada a medida que el tiempo pasa inexorable y se va acercando la posibilidad de que la amenaza sea llevada a cabo. Un buen guion sin duda para una película de acción actual que a buen seguro cosecharía enorme éxito en la gran pantalla. En resumen, un libro cuya compra es casi obligada por las razones anteriormente expuestas y que nos hará pasar un rato muy entretenido.

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