miércoles, 30 de agosto de 2017

Crónica de la Transición 1973-1978, de Joaquín Bardavío

Joaquín Bardavío, es un periodista y escritor español nacido en Zaragoza en 194O. Fue un activo redactor de temas políticos en el diario Madrid en los años sesenta, siendo enviado especial y corresponsal de este diario en numerosos países. Primer director de Colpisa en 1969, tuvo a su cargo entre 1970 y 1973 la jefatura de los servicios informativos de la Presidencia del Gobierno, lo que le permitió conocer de primera mano hechos y personajes de la época. Con motivo del magnicidio de Carrero Blanco en diciembre de 1973, publicó en 1974 su libro «La crisis» al que seguirían posteriormente «El dilema», «Los silencios del Rey» y «Sábado Santo Rojo» que cubrieron un reportaje político de la época de la transición en España. Este libro que hoy comentamos, «Crónica de la transición 1973-1978» fue publicado en 2009 y es una refundición de los anteriores. En 1999 y en colaboración con el también periodista y escritor Justino Sinova Garrido publicó «Todo Franco. Franquismo y antifranquismo de la A a la Z», una recopilación exhaustiva de temas y personajes relacionados con el franquismo.

Al tratarse de un compendio de algunos libros anteriores suyos, la estructura de este refleja aquellos en sus capítulos o partes. La primera parte está destinada al asesinato del presidente Carrero y sus consecuencias derivadas. En la segunda parte se ocupa de la muerte de Franco y sus antecedentes, para tratar en la tercera parte los primeros pasos en el gobierno de Carlos Arias y sus diferencias con el Rey. La cuarta parte trata de los encajes de bolillos del rey Juan Carlos y de Torcuato Fernández-Miranda para llevar a la presidencia a Adolfo Suárez para finalmente en la quinta parte abordar todos los pormenores que rodearon a la legalización del Partido Comunista en el conocido como Sábado Santo Rojo. Un cúmulo de sucesos en aquellos cinco años que transformaron profundamente la historia de España, conformaron la estructura actual y dejaron sin resolver del todo, y por ello pendientes, numerosas cuestiones que están aflorando hoy en día.

No es mi costumbre, pero antes de comenzar la lectura de este libro indagué en la red información sobre el mismo. Había leído algunos sobre el tema y la época y no quería ser reiterativo o perder el tiempo si no merecía la pena. A pesar de haber encontrado algunas informaciones negativas sobre el autor y el libro emitidas por personas que considero relevantes en el mundillo de la información y que no citaré, me animé a adentrarme en sus páginas y tengo que decir que no me ha defraudado. En esencia se reflejan los sucesos ocurridos en aquella época, con multitud de detalles a los que el autor tenía acceso por su puesto o sus contactos. Es evidente que en todo escrito se reflejan las concepciones del autor, y sus tendencias, pero eso no invalida un texto. Comparativamente hablando, la misma noticia leída en diarios como El Mundo, El País, ABC o La Razón presentará diferentes matices por razones obvias, pero al lector le permitirá hacerse una idea más completa si los lee todos y sabe valorar la información de forma aséptica. Otros libros que me parecen recomendables sobre este tema, y que se han comentado en el blog son «El triángulo de la transición», de Ana Romero, «La gran desmemoria» de Pilar Urbano o «Adolfo Suárez, la memoria del silencio», de José Ramón Saiz. Una lectura que resultará entretenida sobre aspectos en mi caso vividos pero no conocidos y que ahora, en la distancia, resultan reveladores y permiten comprender ciertos aspectos de la realidad actual.

lunes, 28 de agosto de 2017

Ana - Roberto Santiago

@Robrto_santiago Roberto Santiago es un escritor, guionista y director de cine, con una amplísima obra cinematográfica y teatral, como guionista y como director, así como en novela infantil y juvenil, pero ha sido esta su primera novela para adultos la que me ha llevado a conocer a este gran autor, que sin duda nos hará gozar en el futuro de nuevas aventuras.

Ana, la protagonista de esta novela, narrada por ella misma, es un personaje complejo, una jurista de prestigio, trabajando en un bufete dedicado a temas 'triviales', adicta al alcohol y todo tipo de tranquilizantes, lleva una vida tranquila, sin sobresaltos, totalmente consciente de sus adicciones, que han sido provocadas por los problemas que arrastra desde su infancia, las relaciones con sus padres, su hermano y su 'primer ex-marido'.

Todo empieza a cambiar cuando la llama su hermano, también adicto, pero al juego, para que le defienda, ya que le han detenido con la acusación de asesinato del director de un famoso Casino. Ella, que llevaba varios años sin hablar con su hermano, toma la decisión de ayudarlo, es su hermano y no le va a dejar tirado. 

Pero va a ocurrir un suceso transcendental que va a transformar la vida de Ana, que es una mujer luchadora, que cambia de opinión cada dos por tres, adictiva, fiel a sus compañeros y amigos, pero que ante todo busca la justicia. 

Y no voy a entrar en ningún detalle, porque el lector se va imbuir en la novela, como yo lo he hecho, y va a conocer el mundo de las adicciones, la ludopatía, el derecho y el juego, con detalles espeluznantes.

Creo que el autor ha conseguido una novela 'redonda', que parece larga, pero que cuando se acerca el final, nos da pena, es de esas que te atrapa, la protagonista, que como narradora nos explica muchos razonamientos de los discursos, que hay muchos, ya que estamos ante una novela 'jurídica', pero que nos muestra el derecho desde muy distintas perspectivas, y los que, como yo, que no conocemos nada de ese mundo, ni del juego, ni de las adicciones, nos sorprende y nos subyuga para buscar con la protagosnista que se haga justicia, que al final es lo que pretendemos la gran mayoría de las personas.

Y como en la novela hay un caso 'troncal', con personajes de todo tipo, pero también otros 'subcasos' que complementan al principal, y tantos antecedentes que unen a los distintos personajes, nos encontramos con una trama espectacular, que por más que el lector imagine soluciones, la protagonista nos sorprenderá con nuevos giros que seguirán atrapándonos.

Fantástica novela, que espero tenga continuación, con nuevas aventuras de Ana.  

miércoles, 16 de agosto de 2017

La España vacía. Viaje por un país que nunca fue, de Sergio del Molino

@sergiodelmolino Sergio del Molino es un periodista y autor madrileño, nacido en 1979 y afincado en Zaragoza, que debutó en la literatura en 2009 y alcanzó reconocimiento en 2013 con su novela «La hora violeta» al recibir los premios Ojo Crítico de Narrativa y Tigre Juan. En 2014 publicó «Lo que a nadie importa», una anticipación en cierto modo de la novela que hoy comentamos «La España vacía», publicado en 2016. Para el próximo mes de septiembre de 2017 está anunciada la publicación de su nuevo trabajo titulado «La mirada de los peces». En la actualidad está escribiendo una serie de artículos sobre pueblos olvidados para el diario El País y dispone de un blog personal accesible en este enlace, pero se necesita autorización para acceder a él.



Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.   
Antonio Machado

En este ensayo se desarrolla la idea de las dos Españas, la de las ciudades y la del mundo rural cuasi despoblado. Los desequilibrios profundos entre ambas siempre han existido pero se han acrecentado en la actualidad hasta el punto de afectar significativamente a sus habitantes. «La España vacía» comprendería en términos geográficos la Meseta y la Depresión del Ebro, es decir, las dos Castillas, Madrid (sin la capital y su área metropolitana), Extremadura, Rioja y Aragón. Grandes literatos como Machado, Azorín o Unamuno o cineastas como Buñuel o Almodóvar han dejado un significativo rastro de geografías y personajes que reseñados en el ensayo no dejan indiferentes al lector, que según su edad, se reconocerá en ellos en mayor o menor medida. El paso de los años y el progreso han dejado su huella en muchas regiones de la España interior, la España profunda, haciendo desaparecer pueblos en el abandono o conformando sus formas de vida de manera peculiar. Muy interesantes los apuntes sobre las iniciativas surgidas en los años treinta desde la Residencia de Estudiantes con sus Misiones Pedagógicas para culturizar a la gente del campo.

A la España vacía le falta un relato en el que reconocerse. Las historias que la cuentan complacen a quienes no viven en ella y halagan dos clases de prejuicios: los de la España negra y los del beatus ille. Los primeros se difunden por el telediario. Los segundos, en la guía Michelin. Infierno o paraíso. No hay término medio.


Me ha gustado la sensibilidad plasmada por el autor al describir paisajes y personas de una España que me gustaba recorrer allá en los años setenta del siglo pasado, tratando de suavizar las tensiones entre las ciudades y un campo cada vez más olvidado. Comarcas como Las Hurdes o la vecina Sierra de Francia han cambiado en la actualidad su fisonomía y no son ya nada de lo que antaño fueron. Otras se han sumido en el abandono y en el olvido. Muy de agradecer las numerosas referencias, pistas, que contiene el libro en sus viajes por las obras y películas relacionadas con el tema, algunas grandes clásicos de la literatura y el cine y otras seguramente desconocidas para el lector. La concentración de la población en las grandes ciudades y sus aledaños ha propiciado el abandono de lo rural, a donde se vuelve de manera testimonial en verano.

La lucha por recuperar vitalidad en esa España vacía es dura pero cuando se consigue no siempre las relaciones entre sus habitantes son fructíferas, pudiendo acabar en tragedias que alimenten las historias de la «España negra» como la archiconocida de Puerto Hurraco y la no tanto de Fago. Puede que las modernas tecnologías y los desarrollos en las comunicaciones tengan mecanismos ocultos que permitan el regreso de población desde las ciudades para llenar esa España vacía. La vida unos días en verano es agradable pero no lo parece tanto en medio del invierno, por lo que se comprende perfectamente a los qua abandonan sus pueblos de origen, especialmente los jóvenes, en busca de una vida mejor. En resumen, un buen libro que establece sólidas bases para otros muchos desarrollos posteriores de un tema más que interesante y actual. Muchos de los pobladores de la «España llena», de una cierta edad eso sí, tienen todavía profundo arraigo en la «España vacía», por lo que ambas, por el momento, están interconectadas.

jueves, 3 de agosto de 2017

Los herederos de la tierra de Ildefonso Falcones

@FalconesOficial Ildefonso Falcones de Sierra es un abogado y escritor español, nacido en Barcelona en 1959. Se dio a conocer como escritor, alcanzando gran éxito, con la publicación en 2006 de su primera novela, «La Catedral del mar», en la que empleó cinco años de trabajo. En su juventud destacaba en algunos deportes, como jinete de saltos o hockey sobre hierba pero el fallecimiento de su padre cuando contaba dieciséis años le hizo enfocarse en sus estudios de Derecho y Economía, teniendo que abandonar esta segunda carrera para tener un trabajo remunerado compatible con sus estudios. En la actualidad ejerce como letrado en su propio bufete pero compaginándolo con su pasión por la literatura y la escritura. Esta que comentamos hoy es su cuarta novela, tras la publicadas y reseñadas en este blog «La mano de Fátima» y «La reina descalza». Más información en su página web personal.

El autor retoma en este libro la atmósfera de «La Catedral del Mar» con referencias a algunos personajes de la misma, pero sin que pueda considerarse, en mi opinión, una continuación. Hugo Llor es el protagonista, hijo de un marinero fallecido en el mar que a sus doce años trabaja en las atarazanas gracias a Arnau Estanyol, un hombre hecho a sí mismo y muy querido en la ciudad que fue el protagonista de «La Catedral del Mar». Hugo quiere llegar a ser constructor de barcos, maestre d'aixa, pero se ve envuelto en unos sucesos en los que la familia Puig cobra una venganza acariciada durante años al llevar al patíbulo a Arnau y hacerse con todos sus bienes. Tanto Hugo como Bernat, hijo de Arnau, jurarán venganza aunque llevaran caminos distintos con algunas conexiones a lo largo de la historia. Hugo abandona su trabajo en las atarazanas y toma contacto con el mundo del vino, al que dedicará su vida. Su vida transcurrirá por numerosas vicisitudes, caídas y recuperaciones, mientras Bernat se convierte en un corsario que con el tiempo llegará a ser el almirante de la armada real y podrá cobrar la venganza largamente esperada sobre la familia Puig, asesina de su padre. Las vidas de Hugo y Bernat sufrirán serios encontronazos a lo largo de los años que exacerbarán sus diferencias.

Recuerdo con agrado la lectura hace diez años de «La Catedral del Mar» pero me he encontrado en algunas ocasiones que la lectura de «Los herederos de la tierra» se me ponía cuesta arriba. El mantenimiento de su dignidad lleva a Hugo Llor a numerosas situaciones que se tratan, a mi entender, de forma repetitiva y hasta cansina en la novela, bien escritas y bien desarrolladas, eso sí, pero que llevan al lector al conocido efecto de «dejà vu». Resumiendo, que a mi entender creo que le sobran unas cuantas páginas a la novela, aunque los lectores que gusten de este ambiente disfrutarán con las descripciones repetidas hasta la saciedad. Nuevamente el mundo medieval está perfectamente recreado por el autor y en él tienen lugar la sucesión de desgracias, demasiadas, que le ocurren al protagonista y su familia. Con la única posible excepción del protagonista, Hugo, los personajes son los típicos de la época sin ninguna virtud a destacar fuera de los tópicos normales. Lo que puede resultar interesante para no iniciados son las descripciones sobre el mundo del vino en aquella época y por extensión a la actualidad. Su larga extensión requerirá de unas cuantas horas de lectura que puede resultar agradable si no nos cuestionamos su estructura, algo caótica, sus personajes y su desarrollo. Y ningún comentario por mi parte sobre si es o no una novela histórica: simplemente me entran dudas sobre alguno de los hechos relatados, seguramente debido a mi desconocimiento, pero la insistencia en Cataluña como si no hubiera más mundo alrededor me resulta por momentos sospechosa.