Mientras que me esforzaba en terminar las 50 últimas páginas de mi lectura actual, y gracias a un regalo de mi mujer, he leido este brevísimo libro que, para un amante de la bici como yo, tiene su puntito.
El libro cuenta la participación del autor en una competición ciclista, el Tour del Mont Aigoual, salpicándolo con anécdotas de grandes corredores y de esos sentimientos/pensamientos que tan familiares me han resultado.
En mi adolescencia montaba bastante en bicicleta de montaña, con esa soltura que, cuando somos jovencísimos, nos da la falta de consciencia de nuestra propia forma física y la capacidad de nuestro cuerpo rebosante de fuerza. Luego lo dejé durante más de 10 años para dedicarme, con más ahinco, a otros menesteres -fumar, fundamentalmente.
Ahora, que he vuelto a practicar este deporte regularmente, soy más consciente de algunas de esas sensaciones que menciona el autor; por ello -a pesar de no ser un libro brillante- me ha resultado cercano y agradable.
Creo que a ti esto de la bici, en sí, se te queda muy corto, aunque creo que el triathlon también se te queda algo cortito, deberías dedicarte a algo más fuerte, monstruo (y no lo digo por lo feo que eres). Por cierto estoy a la espera del post del otro libro del que te quedaban 50 páginas.
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