Ladrones de Tinta, Alfonso Mateo-Sagasta

Confieso haberme acercado a este libro solo por su título, sin haber conocido referencia alguna antes de empezar a leer ni del libro ni de su autor.

Diez años después de la publicación de El Ingenioso Hidalgo Dn. Quijote de la Mancha, aparece una segunda parte firmada por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, a quién nadie conoce, y que contiene no pocas ofensas, insultos e injurias a Dn. Miguel de Cervantes, a quién el editor llevaba tiempo instando a escribir esa segunda parte.

El editor encarga a su "colaborador" (como se dice ahora) Isidoro Montemayor la localización de Avellanada o de quién se esconde tras el seudónimo. Nuestro protagonista, aspirante a hidalgo por el sistema de las astillas, se mueve como pez en el agua en la Villa y Corte de nuestro Siglo de Oro siendo protagonista de múltiples sucedidos, donde no faltan lances, amoríos, entuertos, viajes, posadas, comidas, robos, dueñas, condesas y marqueses y situaciones variopintas que convierten el relato en más que entretenido, según mi humilde parecer, amén de darnos un repaso histórico por nombres como Lope de Vega, Cervantes y coétaneos con referencias a sus famosas obras. Algunos episodios me han resultado francamente divertidos como el de la cura de hemorroides a nuestro protagonista por un fraile boticario.

Fué premio de novela histórica Ciudad de Zaragoza en 2005.