martes, 15 de marzo de 2011

Nueva York, Edward Rutherfurd


La lectura de este libro ha dejado una honda impresión en mí. La forma en que impacte al lector dependerá de si este ha tenido la fortuna de visitar la ciudad con antelación o si por el contrario la desconoce. En todo caso es una buena excusa par acometer la visita sin más dilación.

A mediados del siglo XVII, lo que es hoy una las ciudades más famosas del mundo era todo vegetación, estaba habitada por algunos indios y los ciervos corrían de una lado para otro sin que nadie les molestase. Con la llegada de los primeros colonos, holandeses primero e ingleses a continuación, la ciudad fué creciendo a la vez que desplazaba a los oriundos a zonas del interior. Francis Edward Wintle, autor real de la novela que firma bajo pseudónimo, desarrolla una primorosa historia de generaciones familiares que se van enlazando con continuidad para transmitirnos como crece y desarrolla la ciudad hasta el señalado 2001, en cuyo once de septiembre ocurrieron los luctuosos sucesos del derribo de las torres gemelas del World Trade Center y que sirve de colofón a esta magnífica novela.

A mi modesto entender, los personajes y las situaciones están recreadas en su justa medida para servir de soporte a esta larga pero amena historia de situaciones por las que pasa la familia Master, una familia siempre de abolengo y con posibles, pero que se relaciona con familias de esclavos, negros, inmigrantes e incluso ingleses, con los que llega a entablar lazos familiares a pesar de la distancia en aquellas épocas. Las historias se suceden una tras otra muy bien enlazadas, con elegancia y sin resultar pesadas, con detalle en algunos momentos y a toda rapidez en otros. El libro es largo, más de novecientas páginas en su edición impresa.

En resumen, una lectura atractiva y que engancha, muy recomendable para los que conocen la ciudad. Y también para los que no la conocen.

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