jueves, 10 de noviembre de 2011

El Prisionero del Cielo, Carlos Ruiz Zafón

Hacer la reseña de un libro que todavía no ha sido publicado tiene su encanto. Hace un tiempo sería como una traición, suponiendo que se disponía del texto por confidencia del autor o por distracción de la editorial. Hoy día también lo es lo mismo y algo así ha debido producirse para que la versión electrónica de este libro esté circulando libremente por la red una semana antes de la fecha oficial de su publicación, 17 de Noviembre de 2011, según consta en números diarios y blogs y en la propia pagina web del autor.

El Prisionero del Cielo cierra la trilogía de “El cementerio de los libros olvidados” iniciada por Carlos Ruiz Zafón en 2001 con “La Sombra del viento” y continuada en 2008 con “El juego del Angel”. Me gustó enormemente el primero y ya no tanto el segundo, pero la oportunidad de leer un libro antes de tiempo ha motivado que haya acometido su lectura y en menos de un día tenga una opinión, como siempre muy personal, que verter en este blog.

En la Barcelona de la posguerra, La librería Sempere e Hijos continúa persistiendo en la calle de Santa Ana con mucho número rojo en sus cuentas. Un día en que Daniel Sempere, el hijo, se encuentra solo en la librería, recibe una extraña visita de un personaje que le compra el libro más caro, le paga con un billete estratosférico del que no espera cambio y para remate se lo dedica a Fermín, un conocido de los Sempere de extraño pasado que colabora con ellos en la librería, al tiempo que le pide al joven Daniel que se lo entregue. La dedicatoria es extraña y fuerza a Fermín, con nombre inventado y personalidad estrambótica, a contar a Daniel un episodio anterior de su vida acerca de su estancia en prisión en el Castillo de Montjuic y como escapó mediante la utilización de la “vía mortis” en una versión actualizada, curiosa e ingeniosa de “El Conde de Montecristo”. El que hace de abate en esta entrega es el escritor David Martín, más que conocido de la madre de Daniel, fallecida cuando contaba cinco años, que suplica por su destino al insidioso director de la prisión, Mauricio Valls, malísimo escritor con pretensiones y protegido del franquismo.

Tras la conversación, nuevos y profundas interrogantes anidan en la mente de Daniel acerca de la muerte de su madre, Isabella, que conectan con una extraña carta de amor que ha recibido Beatriz, Bea, su esposa y madre de su hijo Julián. La novela avanza con fluidez hasta que Daniel acompaña a Fermín en su vista al “Camposanto de los tomos enajenados” donde se desvelan algunas claves de la historia desconocidas para ambos.

Podría ser más detallista y extenso con las partes y entresijos de esta, para mí, buena novela, pero sería quitarle la gracia, por lo que es mejor que el futuro lector las vaya descubriendo por sí mismo. Se lee bien y rápido, no en vano lo he hecho en menos de un día, al haber conocido vía RSS su disponibilidad en un canal a las 20:19 de la tarde de ayer, aunque se podía localizar sobre la misma hora en un fichero comprimido de tipo “.rar” con los cuatro formatos más comunes en varios canales más.

El lenguaje utilizado por el autor es muy fluido, como la historia, agradable, preciso y fácil de seguir, con dominio de la acción y manteniendo en todo momento la atención con las frases justas y dando la sensación de no querer escribir líneas por escribir para llenar más y más páginas. Las frases en boca de Fermín son ingeniosas, cuidadas y para conservar en un compendio de fraseología. En suma, he disfrutado mucho con su lectura, si bien esta ha sido un poco rápida, con lo que no descarto una relectura de toda la trilogía dentro de un tiempo.

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