Este blog quiere estar dedicado a compartir experiencias en la lectura de libros, tanto electrónicos como físicos. Se inició para dar a conocer mis primeras andanzas con los e-reader pero el objetivo es disponer de información para leer 'lo mejor', y compartiendo información entre todos los que leemos, podemos conseguirlo.
jueves, 16 de agosto de 2012
El placer de la lectura
Creo haber publicado al menos otro post con este mismo título, y aunque tiene relación directa con un libro, no quisiera que se centrara en su título sino en el espíritu del goce de la lectura.
Cargué en mi e-reader la lectura del verano, eran varios libros reseñados ya en el blog, el obligatorio Fortunata y Jacinta, algunos éxitos del momento, y luego, siguiendo mi propia costumbre, recurro a listas también, y en esta ocasión, hice algo muy sencillo, escoger el libro más votado en las listas. Angel Luis preparó un fichero, al que podría acceder cualquiera de los condueños de ALQS2D, con un resumen de varias listas, y lo condensó todo en una sola hoja, yo elegí de esa lista el libro mas mencionado entre todas las listas tratadas, que además, era el campeón, y destacado, por encima de Don quijote de la Mancha, el libro en cuestión era En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust.
Nunca había leído a este autor y me extrañó su clasificación en esa lista y, aunque evidentemente era un autor ‘notable’ porque su nombre es ‘muy conocido’, no me sonaba haberlo visto entre los procesos de ‘favoritos’ que hemos hecho en este blog.
Así que, tras ‘hacer mis deberes’ que eran leerme FORTUNATA Y JACINTA, como miembro del Club de Lectura de ALQS2D, y dicho sea de paso, disfrutarlo a fondo, aunque tengamos que esperar al 30 de Septiembre para comentarlo, me decidí a empezar con lo que supongo que es otro clásico de la literatura francesa.
Pero cada uno es cada uno, y lo que he disfrutado con Fortunata y Jacinta, dejó de ser disfrute cuando comencé En Busca del tiempo perdido, una primera página de la que no consigo comprender NADA, pero sigo leyendo porque supongo que esta prosa profunda es demasiado para mi cerebro inculto, y llego a la página 10 y sigo sin enterarme de NADA, pero le tengo que dar otra oportunidad a mi cerebro para que intente captar lo que nos cuenta el autor, y tras un esfuerzo supino, consigo llegar a la página 61, cuando ya he comprendido la importancia que tiene un tal Swann en el desarrollo de la vida del protagonista de la novela, aunque es muchísimo más importante el beso que su madre le da todos los días en su camita antes de dormirse.
Y ahora es cuando decido abandonar la lectura del libro. Me resulta soporífero leer y no disfrutar. Ya me ha pasado con otros autores, y dicen que maravillosos, en este mismo blog conté mi experiencia con Umberto Eco, y es que cada uno es cada uno, leer a un autor que no te emocione, que no disfrutes, es absurdo, desde mi punto de vista.
Es que, aunque alguien me diga, ‘pues abandonaste el libro en un momento crucial, si sigues un poco más, te enganchas’, ni aún así volvería a leerlo, es un estilo de escritura que no me gusta, no me divierte, y teniendo tanta lectura pendiente, de autores que SI sé que ‘son de mi gusto’, ¿Por qué voy a perder el tiempo leyendo páginas que no me divierten?
De varios de mis escritores favoritos lo he leído TODO, y no todos los títulos me han gustado, antes de que existieran los libros electrónicos, mi ‘librero de cabecera’, Manolo, en la Cuesta de Moyano, tuvo en busca y captura un ‘insignificante’ libro de Ken Follett, porque yo no quería que se me quedara ninguno de ese autor sin leer. Y todo empezó cuando alguien me dijo ‘Los Pilares de la Tierra’ es un gran libro. Pero siendo como sigue siendo mi libro favorito, también he conocido a mucha gente que me ha dicho, ‘es un coñazo, lo tuve que abandonar’. Es posible que esta gente que tuvo que abandonar Los Pilares se encuentren muy a gusto con En busca del tiempo perdido, y seguro que hay gente que piensa que los dos libros son maravillosos…
En fin, hacía tiempo que no escribía un post en el blog y tenía ganas de expresar lo que siento, cuando disfruto, porque disfruto y para que otros como yo puedan disfrutarlo y cuando no lo hago para que los que se sientan identificados conmigo, no se lleven un chasco si intentan leerlo.
Pero vaya por delante que no trato de que la gente no lea a este autor, me encantaría que alguien me diera un consejo para poder disfrutarlo, yo soy un enamorado de los ejercicios mentales, y como sobre todo me encanta la lectura, decidme que ejercicio mental tengo que hacer para gozarla desde el primer minuto.
Gracias.....
Lo más que se puede estar de acuerdo con estas líneas es al 100%. Pues eso, con todo lo que hay que leer y muy interesante, es tontería seguir insistiendo en algo que no te llena.
ResponderEliminarBueno, pues he de reconocer que el primer volumen de "En busca del tiempo perdido", “Por el camino de Swann” lo he leído dos veces:-) Siento el placer de la lectura del que hablas leyendo al señor Proust. Sólo se me ocurre, o que le abandones para siempre, opción muy inteligente, o que leas "Cómo cambiar tu vida con Proust" de Alain de Botton: un libro ameno, muy entretenido (te lo prometo).
ResponderEliminarPero estoy de acuerdo como dice Angel Luis un 100% con la entrada. De hecho sufrí eso mismo que te ha ocurrido con "Yo, Claudio". Angel Luis y Javier Lee son testigos de ello.
Un abrazo,
Patricia
Miguel Angel, me he acordado de este texto de Henry Miller que le escribió a Anais Nïn en una carta, justo al poquito de terminar la lectura de Marcel Proust. Él yo creo que no te va a convencer de que le des otra oportunidad a Marcel, pero sí creo que nos convence de lo mismo que tú, que hay que leer lo que a uno le apasiona, y en este texto vemos que Proust le gustó mucho a Miller:
ResponderEliminar"Lo que me ha ocurrido después de leer a Albertine es que estoy en llamas. Es todo lo que puedo hacer para no subrayar cada línea. Este hombre parece quitarme las palabras de la boca, robarme cada una de mis propias experiencias, sensaciones, reflexiones, introspecciones, sospechas, tristezas, torturas, etc, etc.Me pregunto a mí mismo: ¿soy el único que experimenta esto o se trata de un sentimiento general que se produce en todos los que devoran con avidez el texto de Proust? En este libro, recuérdelo usted, soy poco consciente -muy poco- de las belleza de su lenguaje, de los matices y demás. El contenido es lo que me asalta, y el sentimiento. No puedo dejar de repetirlo: es como si lo hubiera escrito para mí personalmente. Y por ende me pregunto con verdadera perplejidad qué obtienen los demás de esta obra, qué comprenden aquellos que no han saboreado esas particulares experiencias. En lugar de estar ahíto por la excesiva acumulación de detalles, por las repeticiones con variaciones que Proust emplea con tanta habilidad, estoy fascinado y temeroso del final inevitable, no puede haber final, por cierto, dado el tratamiento que utiliza. Es tan ilimitado como el universo mismo."
Un saludo,
Patricia
Es el problema con estas listas. Ya lo comentamos precisamente cuando Ángel publicó esta entrada (http://alqs2d.blogspot.com.es/2012/06/las-listas-son-para-el-verano-2.html) porque nos extrañaban ciertas presencias y otras ausencias. Personalmente prefiero en general las recomendaciones de lectores que las de críticos o autores.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestras opiniones y prometo leerme el libro de Alain de Botton que me aconseja Patricia. Lo que lamento es no disfrutar con estos textos profundos, soy de baja estatura 'también' intelectual.
ResponderEliminarMiguel Ángel perdona que me entrometa. Considero que los libros de Proust no son novelas, entenderlos como tales es aburrirse soberanamente. Ojo, no he leído En busca del tiempo perdido, pero los relatos cortos sí, y hay que hacer un admirable ejercicio de paciencia. Leer a Proust es “aspirar” a entender lo que nos quiere decir, y creo que sin ayuda, o tras mucho releerlo año tras año, no se consigue.
ResponderEliminarMi consejo es leer a Proust a saltos, un párrafo aquí y otra allá. En cuanto me atreva con En busca del tiempo perdido haré un comentario.
Un apunte, Thomas Mann fue premio Nobel y a mí se me cae de las manos, pero debo admitir que escribía bien y decía mucho sobre la sociedad de su tiempo.
Consuelo
Pd. Yo tampoco terminé Los pilares de la tierra, pero eso no quiere decir nada... ¡son tantas los motivos externos e internos que nos obliga a dejar una lectura!
Muchas gracias Consuelo, no solo no te entrometes, sino que me 'consuela' tu opinión, y Los Pilares de la Tierra son solo 'pilares' para algunos.
EliminarMuchas gracias por tu comentario pero muchas más por tus aportaciones a la literatura.
Por mi timidez me cuesta mucho poner comentarios, sobre todo entre gente a la que voy poniendo caras. Agradezco esta oportunidad para ir soltándome.
EliminarMi aportación a la literatura es igual de tímida que yo.
Pd. Tal vez debería volver a retomar "Los pilares". Te cuento que hace mucho intenté leer "Memorias de Adriano" y no pasé de la primera página. Hace quince días volví a abrirlo y lo devoré con verdadero placer. Una joya.
Hola de nuevo. A diferencia de Consuelo, creo que aunque se puede leer un párrafo por aquí y otro por allá, sí es necesario para comprender "En busca..." leerlo como está escrito. Si no es imposible seguir la histooria de los personajes y los procesos por los que pasa el protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo,
Patricia
Patricia, totalmente de acuerdo, pero a mi me ha pasado que ciertas obras, tras un picoteo de páginas inconexas me ha ayudado a iniciar su lectura desde el principio. A ver si este otoño me pongo con el "obrón" de Proust.
EliminarSaludos
Consuelo
Consuelo,después de tu último comentario entiendo mejor a lo que te referías...Estoy de acuerdo.Y cuando cuentas lo de Menorias de Adriano,es cierto que a veces el libro no llega en el momento adecuado,y en otro momento de nuestra vida nos parece un regalo:)también con las pelis. Abrazo,
EliminarPor eso creo que es tan arriesgado dar un veredicto. Otro abrazo.
EliminarEnhorabuena por tu entrada. Has conseguido desatar un reguero de comentarios en torno a algo que nos atañe a todos los miembros del blog, la motivación de la lectura.
ResponderEliminarSe han vertido frases muy inteligentes propiciadas por tu iniciativa que enriquecen el entorno literario de alqs2d.
No puedo opinar sobre “En busca del tiempo perdido”, no he leído esta obra.- Tengo una cita con ella, una y otra vez aplazada.- Pero comparto tu opinión, tu valentía al afirmar publicamente tu controvertida experiencia con su lectura, tu sufrimiento como lector insatisfecho entre sus páginas y la tajante decisión de abandonar el libro.-
En mi entrada sobre “como una novela”, Daniel Pennac, un erudito ensayista, impone en torno a la lectura un decálogo del lector y establece que uno de los inalienables derechos es el de abandonar el libro cuando no nos gusta lo que leemos, por mucho que la obra esté ubicada en los mejores lugares de las listas de los libros más considerados, por lectores, críticos y escritores.-
Usando otra entrada del blog “vivir es un asunto urgente” y no merece la pena desperdiciar instantes de lectura, de vida, ante un libro que no nos incentiva, cuando se lee sin pasión, cuando no obtenemos un mínimo de placer anímico, estético o intelectual en su compañía.-
Gracias a todos por vuestros comentarios, con los cuales eleváis la categoría de este modesto foro de lectores.-
En busca del tiempo perdido es una novela que abarca cerca de tres mil páginas. A la hora de abordar Por el camino de Swann no está de más imaginarse sujetando un libraco que pesa cinco kilos. De ahí que cueste arrancar. La paciencia, la calma, la predisposición morosa a dejarse llevar, son fundamentales a la hora de abordarla. Habría que tratar de adecuar el ritmo propio al que nos propone el autor, mucho más pausado y, sobre todo, exhaustivo de lo que resulta habitual en la inmensa mayoría de novelas que acostumbramos a leer. Para mí, no hay más claves. Si aún así se te cae de las manos, pues a otra cosa.
ResponderEliminarGracias por tu comentario,que no hace más que confirmarme mis sensaciones. Porque evidentemente a mí me van mucho los 'tochos', los libros de más de mil páginas, y siento morriña cuando los termino, pero porque los disfruto, cuando no los disfruto no puedo llegar a ese nivel de páginas.
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