Hay dolores para los que uno está ya mayor. Este libro sin duda lo es si nos vemos obligados a leerlo en papel, tanto en edición de tapa dura como de bolsillo. Esta última, a pesar del papel tipo biblia cuasi transparente en el que están impresas sus 1383 páginas “pesa” lo suyo, dicho en el sentido físico de la palabra. No sabía por dónde cogerle, especialmente en lugares como el transporte público o la cama. Cada día me cuesta más, físicamente, leer en papel… ¿Cómo lo haríamos antes?. Porque hace años leí otro libro de este corte y tema titulado “Felipe II y su tiempo” del también reputado en historia Manuel Fernández Álvarez. Cuestiones físicas aparte, hay que hacer notar como más de cuatrocientos años después de acaecida la muerte de este personaje que a nadie dejó indiferente, de lo mucho que él escribió y de lo mucho que de él escribieron, sigue apareciendo alimento para los investigadores, que lo devoran con fruición y nos brindan joyas como la que nos ocupa, la anteriormente comentada y otras muchas. Hace muchos años que este mismo autor, hispanista reputado, publicó un librito, las comparaciones son odiosas, titulado simplemente “Felipe II”.
Comentar de qué trata el libro es una tarea imposible. Trata de toda la vida de Felipe II, de lo que le rodeaba, lo que escribía, lo que maquinaba, de sus cuatro esposas, de sus hijos, de sus amantes, de sus intrigas, de sus secretarios, de sus Papas, de sus reinos, de sus ministros, de sus inquisidores, de sus generales, de sus nobles, de sus tropas, de sus permanentes problemas con el dinero y los idiomas, de su empecinamiento en no salir de España desde 1559, de todo, en suma, de todo. Imbricando de forma continua redacción propia con textos originales de la época, la historia se pone delante de nosotros con pelos y señales para que la devoremos con fruición, siempre, claro está, que tengamos interés en el tema. Porque como no lo tengamos, mejor es que lo usemos como ladrillo para hacernos una casa o de pisapapeles en nuestro escritorio. El personaje no dejó indiferente a nadie en una época vital en la Historia de España y del Mundo, e incluso hoy día sigue siendo motivo de controversia. Alimentador de todo tipo de leyendas más bien negativas sobre los españoles, menos mal que se le etiquetó como “El rey Prudente” que si no lo llega a ser… Nacido en Valladolid en 1527, cuando subió realmente al trono tras la abdicación de su padre Carlos I en 1556, llevaba ya algunos como regente con lo que al morir en 1598, entre regencia y reinado, había controlado los destinos de España y del Mundo durante cincuenta y cinco años.
He tenido que ponerme una pauta de 50 páginas diarias, día sí día también, para sin tomar notas alcanzar las 1014 de texto efectivo en veinte días de lectura intensa. Las 369 restantes son notas, cronologías, bibliografías e índices, todas muy interesantes pero que dejo para otra ocasión en que me acerque a esta colosal historia, publicada en 2010, con otros propósitos más investigadores. Nadie va a quedar indiferente ante esta profusión de fechas, lugares, nombres y datos recopilados por el autor en un ingente trabajo. Con él podemos trasladarnos cuatrocientos años atrás cómodamente sentados en el sillón de casa a poco que le echemos un poco de imaginación y, como digo, tangamos ganas e interés de acometer esta empresa. Quizá criticable, por criticar algo, ese título grandilocuente de “la biografía definitiva”, pues no creo que lo sea.
Hace unos meses comentamos en persona detalles sobre este libro.
ResponderEliminarMe alegra ver reseñada la obra por ti en este blog. Una biografía enorme en extensión y calidad, repleta, como matizas de notas citas, personajes históricos, sucesos, escenarios y particulares. En resumen, un seguimiento histórico y documental sobre Felipe II impecable por erudición y profundidad.
Hace dos años, leí este libro, al que dediqué un mes de lectura deleitosa, por la empatía presumible a todo escurialense inquieto por saber más del entorno en donde vive. Y no me importó concederle tantas horas por dos razones:
- el interés por el personaje y
- mi afición por las biografías mastodónticas, escritas por auténticos especialistas, no por trapaceros dispuestos a expoliar la oportunidad editorial de una muerte anunciada.
Discrepo contigo en el pretencioso título de la "biografía definitiva", pues, aunque petulante, no imagino una obra con más documentación, exégesis y valía que esta, que adolece, eso si de falta de estilo literario.
Mi pregunta, seguro que te la has formulado, y la lanzo a los lectores de este blog: ¿Alguien con menos predisposición e interés por Felipe II, sucumbiría ante este vendaval de información, datos, personajes y situaciones, con esa estilo tan académico y plano?.
Por desgracia, este formato editorial tiene los días contados, destinado a curiosos, especialistas o adeptos como es nuestro caso.
La moraleja esta servida: "Son incompatibles erudición y entretenimiento, divulgación con creatividad literaria del autor...."
Como siempre, gracias por tus valiosas reseñas y un fuerte abrazo.