Enterado de la existencia de este libro por una nota en el blog de la propia autora, pasé directamente a su compra y a su lectura. Está disponible solo en formato electrónico, en Amazon, al precio de 0,89 euros que debe ser lo mínimo permitido. Hay que decir que la autora se ofreció a enviárnoslo gratis para su reseña pero somos de la opinión de que el trabajo hay que pagarlo. En el propio libro se hace referencia al blog de la autora que puede accederse en este enlace.
La historia que se narra es muy corta, telegráfica apostillaría yo. Un hombre es llamado con urgencia a un hospital donde una mujer se debate entre la vida y la muerte en el momento del parto. Lleva meses sin verla ni saber nada de ella y al haber riesgo de muerte de la madre, esta quiere que se haga cargo del que va a nacer, que es su hijo. La confusión que se desata en la mente del hombre ante la urgencia hace que este rememore tiempos pasados cuando la conoció.
No creo que haya llegado a la media hora el tiempo de lectura y debo decir que me ha dejado un poco confuso. No he llegado a apreciar bien el mensaje del libro por las pinceladas tan rápidas que contiene. Cuando no te ha dado tiempo, en mi caso, a asimilar las ideas que la autora te quiere transmitir, te encuentras con la palabra “fin”, que significa lo que todos sabemos y te quedas un poco pensativo acerca de si debes de volverlo a leer de nuevo. Un relato extraño sobre una idea atrevida y sugerente pero que en su inmediatez parece que se queda inconcluso o que deja demasiadas cosas a la imaginación del lector pero sin despertarle las ganas de ponerse a ello. Un relato que provocará división de opiniones en los lectores según la capacidad y ganas de estos de imbuirse en el relato. Es verdad que en el momento de comenzar la lectura no sabía la extensión del mismo y eso quizá sea un problema, pues no se prepara uno lo mismo para leer un libro “tocho” que para leer un folleto, con mil perdones por el empleo de esta palabra que no es de ninguna manera peyorativa pues, según el diccionario, significa exactamente “Obra impresa, no periódica, de reducido número de hojas”.
Este asunto, de si libro o si folleto, me hace repensar de nuevo el tema de la extensión de los libros cuando están en formato electrónico, donde no hay tacto, tamaño, grosor, páginas, tipo de letra y demás conceptos tangibles que por el contrario si figuran en los libros en papel. Hay que reconocer que en la web del vendedor, un poco escondida figura la estimación de su extensión: 22 páginas, pero teniendo en cuenta que se informa de que “La longitud aproximada se calcula usando el número de páginas pasadas en un Kindle usando ajustes que representan en gran medida a un libro físico”. Según la Unesco, un libro “un libro debe poseer 49 o más páginas (25 hojas o más), pues desde 5 hasta 48 páginas sería un folleto (desde tres hasta 24 hojas), y desde una hasta cuatro páginas se consideran hojas sueltas (una o dos hojas).”
Nosotros abogamos por un contador de palabras que da una idea más exacta de la extensión de un libro. Según el que hemos desarrollado nosotros, esta publicación tiene 3.832 palabras. Solo decir como comparativa que libros pequeños andan en las 40.000 palabras, “Rojo y Negro” tiene algo más de 170.000 y El Quijote se acerca a las 400.000, repito, según nuestro modo de contar. Desde ahora me aplicaré a mí mismo aquella frase de “al papel y a la mujer hasta el culo la has de ver” y leeré toda la letra, grande y pequeña, que acompañe a aquello que estoy adquiriendo. Por todo ello, esta publicación no es sensu stricto un libro, sino un folleto y a sabiendas de ello debe acometerse su lectura, para evitarse sorpresas. Con estas premisas, prometo leerlo pasadas algunas semanas y añadir algún comentario. En todo caso mi felicitación a la autora por lanzarse al mundo de la edición electrónica y haber pasado por todos los pasos necesarios, que son los mismos para un folleto o un libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
opiniones