@ajareno La disponibilidad de este libro en formato electrónico al exiguo precio de 0,89 euros para sus aproximadamente 340 páginas o 133.000 vocablos, amén de numerosas y positivas opiniones de lectores me hizo decidirme a iniciar su lectura. Confieso no ser aficionado a este tipo de lecturas, que se ha dado en llamar «de novela negra» porque al acabar la lectura siento como que he perdido el tiempo al no dedicarle a leer otro tipo de lecturas que me pueden aportar más conocimiento. Pero para gustos hay colores y la proliferación de libros de este corte de autores noveles como es el caso que nos ocupa deben de tener su hueco y por otro lado tampoco está de más darse un caprichito y pasar un rato entretenido, muy entrenido, sin comerse el «coco» con disquisiciones profundas. Antonio Jareño, profesor de filosofía de la Pública, hace su incursión en el mundo de la novela tras algunos relatos breves premiados en algunos concursos, según puede leerse en su página web. En esa misma página y por si tenemos alguna duda antes de decidirnos por la compra del libro a «tan alto precio», podemos descargar de forma libre los cinco primeros capítulos.
La historia es de las de «toma pan y moja». Andrés, un empleado de banca murciano a la búsqueda de unas extracciones monetarias de la cuenta de una anciana en un cajero automático, presencia una escena extraña a través de las cámaras de seguridad, en las que se aprecia como una persona es apuñalada pero sigue vivita y coleando. Al poco tiempo, el compañero y amigo que le ha mostrado las imágenes es asesinado. Paralelamente, un sacerdote de Yecla aprecia entre sus feligreses personas que ya estaban hacía muchos años y que deberían estar muertas. En otras partes del mundo, como Islandia y EE.UU. grupos de poderosos y una sociedad clandestina de médicos está buscando como lograr la inmortalidad. Todo este conglomerado entra en ebullición y acaba explotando en Berlín con espías que son espiados, tecnología punta, internet, «hackers» y toda la modernidad que nos podamos imaginar y más. Al empleado de banca y el cura murciano se les une en Berlín una doctora española en prácticas y entre los tres corren sus peripecias a una búsqueda que no tienen muy clara basada en el fondo en la teoría del «Judío Errante», que lleva dos mil años en este mundo y no morirá nunca. El propio autor resume en un momento el estado de la cuestión con los ingredientes de esta historia: «Una antigua carta, un vídeo, unos mártires, un asesinato, una empresa que vende juventud, un extraño prisionero que muere varias veces y que quizá sea el mismo que aparece y desaparece por las fotografías. Un sacerdote, un empleado de banca y una médico dando vueltas por Berlín perdidos en un laberinto en el que cada paso que daban parecía confundirlos más». Al final la historia avanza de forma vertiginosa con hechos que ocurren a toda velocidad en varias partes del mundo y que llevan a un final que no se puede desvelar para no quitar la magia al relato.
Insisto en que no soy «fan» de este tipo de novelas, pero esta me ha entretenido mucho. Las dosis de fantasía e inventiva están en su justa medida y hacen que el tejido de la historia sea plausible dentro de un orden. Y además bien escrita y sin faltas reseñables de ortografía para lo que parece una autopublicación del propio autor. Los saltos de la acción de un lugar a otro del mundo, la psicología de los personajes, la dinámica de la acción, las dosis de intriga y la ambientación histórica están muy conseguidos y permiten seguir el relato casi con ansia de llegar al desenlace. Mi consejo es que no se empiece a leer si no se quiere quedar enganchado y con ganas de acabarla cuanto antes. Yo, que intento ser muy «geek», he quedado sorprendido con algunas artimañas empleadas por los personajes en el uso de las tecnologías y teléfonos móviles que bueno es conocer, bien para emplearlas o bien para evitar que las empleen con uno. Por otro lado, aspectos humanos muy en boga hoy en día como el ansia de poder o el «cambio de chaqueta» entre otros están presentes en la novela e invitan a la reflexión personal. La acción en la salchichería berlinesa donde se encuentran todos para jugar al ratón y al gato está muy gratamente conseguida. Toda comparación es odiosa y más en términos inmedibles como la literatura, pero no tiene nada que envidiar a otras más famosas que han obtenido el respaldo mundial y que omito mencionar aunque están en la mente de todos. Me atrevo a pensar que con un buen guión resultaría una excelente y entretenida película. Mis felicitaciones al autor.
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