El libro es una narración sobre la vida de Cleopatra. Biografía, novela histórica o historia novelada, no sabría decirlo. Para no meternos en resúmenes complejos, nada mejor que la propia contraportada del libro para hacernos una idea del relato contenido en su interior: «Una reina coronada a los 18 años, se suicidó a los 39 dejándose morder por un áspid para evitar su exhibición en Roma, encadenada al carro de la victoria de Octavio. Sus apasionados amores con Julio César y, más tarde, con Marco Antonio, las fabulosas riquezas que tenía a su disposición, su barco de oro, sus perlas, sus tesoros, la batalla de Accio, donde participó al mando de su escuadra, todo converge para hacer de la última reina de Egipto un personaje prodigioso que trasciende la leyenda y la historia. Lejos de representar a Cleopatra como a una seductora sin escrúpulos que utiliza su refinamiento para tener a los romanos a su merced, Jacqueline Dauxois nos acerca a una joven reina de irresistible encanto, con una inquebrantable voluntad política, una inteligencia excepcional y un intrépido valor. Nos presenta a una soberana consciente de la grandeza y de la fragilidad del Egipto faraónico frente a las legiones romanas que están esclavizando a unas civilizaciones milenarias, una mujer perdidamente enamorada de César que, tras el asesinato de su inolvidable amante, espera de nuevo, junto a Marco Antonio, reunir bajo su cetro a Oriente y Occidente».
La forma en que están redactados los párrafos es un poco especial y no puedo evitar un rechazo personal a la misma. Párrafos muy cortos, llenos de sugerencias que suponen retos que el lector no siempre está dispuesto a aceptar, como es mi caso. He aquí algunos ejemplos de párrafos completos.
«César ya soñaba con esta ciudad hace más de veinte años, cuando Cleopatra vio la luz, en el año 69 a. de C. »El libro en papel nos ofrece 303 páginas para algo menos de cincuenta mil vocablos. Los párrafos tan cortos, separaciones entre ellos y el capitulado dan consistencia al libro de una forma artificial. Con estos mecanismos, la lectura se ralentiza sobremanera y llega a resultar pesada, provocando la desconexión del lector con tanto punto y aparte.
«Y los años, que también empiezan a pesarle.»
«En aquellos tiempos, Roma ponía a los reyes. Pero también podía provocar su caída.»
«Afuera, el vocerío aumenta.»
«Brutalmente, la besa en la boca. »
Por lo demás, el libro está documentado pero me aventuro a pensar, con la osadía que me otorga la ignorancia, que no será una de las mejores biografías de Cleopatra. Otro asunto a tener en cuenta es la fecha de publicación del libro: año 2000, lo que no dice mucho en su favor ateniéndose a su contenido y su redacción, siempre en mi opinión, claro. Si fuera de mediados del siglo pasado …
Como añadido, este libro ha sido objeto de comentario en un club de lectura. De una veintena de asistentes, tan solo tres han encontrado una cierta lírica al libro en sus apuntes cuasi telegráficos que les ha hecho evocar paisajes y escenas de un Egipto que siempre es mágico. Otros, que no sabían nada de Cleopatra y de su historia han reconocido que, por lo menos, «se han enterado de algo que no sabían» pero, en general, los comentarios han sido negativos o muy negativos llegando en algún caso a calificarla como una novela «sospechosa», ejemplo de «antiestilo literario», perpetrada como si fuera un encargo y varios no han dudado en incluirla entre los tres peores libros que han leído en su vida. Como siempre, para gustos hay colores y una obra literaria, sea esta u otra, no deja indiferente a nadie.
Yo fui uno de los que calificaron la novela entre las tres peores de su vida de lector. La calificaría como un cúmulo de carencias: de estilo, de tensión narrativa y de engarce argumental. Si la obligación del autor es mantener "hipnotizado" al lector, como metaforiza García-Marquez, en este caso se le ha pasado la dosis y me ha adormecido en un profundo y atroz sueño.
ResponderEliminarLo siento por la niña de cinco años a la que han introducido en la lectura con este esperpento literario.
Un abrazo.
A la niña no la han introducido en la lectura con ese libro, ella sólo quería saber qué estaba leyendo su tía y entonces la tía se puso a leer en voz alta... Así la niña aprendió el nombre de "Cleopatra" y pidió buscar dibujos. Encontramos unos en los que aparecía bailando y tomando un baño. Nos reímos mucho, por cierto, más que con el libro :)
ResponderEliminarUn abrazo,
Patricia
Besos a la niña y a la tía, a la segunda para que no se enfade.
ResponderEliminarY un beso más de regalo
Muchas gracias :-) Por cierto, qué buena pinta tenía ese libro que llevabas sobre Kafka. Ese sí que sí.
ResponderEliminarUn abrazo,
Patricia
Cuando quieras te lo presto. Eso si es biografiar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Echo de menos tus reseñas...
Tomo nota para no perder el tiempo con este libro
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