@javier_ruescas es un joven escritor de tan solo veintisiete años conocido mundialmente, no es exageración, en el entorno de la literatura juvenil en habla hispana, gracias a su incesante actividad en la redes sociales donde atiende casi uno a uno a todos sus seguidores. Para no insistir más en su biografía recomendamos utilizar el buscador del blog para acceder a alguna de las reseñas anteriores. Se asoma de nuevo por aquí con ocasión de la publicación de su nuevo libro, que hace el noveno de los que han visto la luz firmados por él y que es el primero de una saga ambientada en el mundo del circo. Publicado el pasado martes 13 de enero de 2015, en estos momentos está a punto de tener lugar la presentación en el reducidísimo espacio de la Fnac de Madrid, donde a buen seguro no cabe un alfiler, cuestión que no he podido comprobar en persona como me hubiera gustada por un asunto familiar que ha impedido mi asistencia en el último momento. Mucha información sobre Javier y sus conexiones en las redes sociales en su muy cuidada página web.
El libro se ha publicado a la vez en los dos formatos, papel y digital, y quiero destacar un hecho que me parece muy significativo y que esperemos que cree escuela. Nos referimos a los precios, de tan solo 12,95 euros para una cuidada edición en papel con tapa dura de 336 páginas o de 4,74 euros para los que prefieran la edición electrónica.
«Para Kyle, ser un circense es un problema. Para Lavelle, una maldición. Para Gunnir, un sueño.»
La historia está ambientada en una imaginaria ciudad y es protagonizada por tres adolescentes, Kyle, Lavelle y Gunnir, que residen en un orfanato pero gustan de hacer escapadas para realizar actuaciones callejeras con las que dar rienda a sus sueños circenses y de paso sacar unas perrillas. Se trataba de una actividad prohibida por las leyes de la ciudad y en una de ellas son sorprendidos por la policía que los persigue y consigue detener, no sin antes darse la circunstancia de un hecho espectacular protagonizado por Kyle que descubre su faceta de no ser un humano, sino un circense. Con este motivo es vendido por la regente del orfanato a Farelli, un empresario de circo de dudosa reputación que se lo lleva lejos de la ciudad. Sus dos amigos han presenciado los hechos y siguen a los raptores hasta ser capturados también y obligados a vivir y trabajar en un lugar alejado en medio de un bosque donde reside la compañía de Farelli, que se caracteriza por su mal trato y malos modos a las personas y animales que integran el grupo. Mientras sufren todo tipo de vejaciones y humillaciones, conocen a un anciano mago, Cairo, que les ayuda a escapar y se convierte en su protector y les ayuda a escapar antes de que tenga lugar el tatuaje que les ligaría para siempre a la odiada compañía de Kramontano.
«Hubo un tiempo en el que todos, humanos corrientes y circenses, convivían… »
Tras muchas vicisitudes atravesando el bosque, contactan con otra compañía, Belforea, dirigida por Marlette, de un signo muy distinto a la otra en la que se goza de libertad y camaradería y en donde son integrados desde el primer momento, viendo colmadas sus esperanzas de dedicarse al mundo del circo y desarrollar sus habilidades, un sueño que habían tenido desde siempre. Cuando todo iba sobre ruedas, el malvado Farelli y sus secuaces atacan violentamente la compañía, causando incendios y destrozos para llevarse con ellos a Kyle e implantarle el tatuaje de los circenses, que le ligará a ellos para siempre. El final de la historia, que tendrá continuación, queda para el curioso lector.
A pesar de ser dirigido a un público juvenil, entre el que por desgracia no me encuentro, la historia es muy legible por cualquier persona de cualquier edad, aunque sea como divertimento y relajo entre historias y libros de más enjundias. Sus 68.416 vocablos nos llevan por el mundo del circo, cada vez menos conocido al menos en los ambientes tradicionales de nomadismo en que se desarrollaba hasta hace pocos años. Es de resaltar la documentación de la que hace gala el autor en las diferentes escenas que tienen lugar a lo que hay que añadir ese toque mágico tan característico al introducir algunos animales fantásticos, como la osálaga, una cría de oso con alas de murciélago que tiene un papel activo en el desarrollo de la trama o los mosquidrilos entre otros. Aunque en la edición digital leída en un lector de tinta electrónica no se pueden apreciar, las ilustraciones que acompañan al texto son un muy buen acompañamiento. Un libro que sin duda tendrá éxito como los anteriores entre un público incondicional de Javier que le sigue activamente a través de twitter, facebook y sus canales en youtube, cuando no presencialmente en su faceta de profesor de la escuela de escritores de Madrid o en los numerosos actos públicos en los que interviene en toda la geografía nacional y países de habla hispana.
No me resisto a comentar la curiosidad que ha levantado en mí el uso de la palabra «circense» o derivados, que es utilizada en 129 ocasiones y que en un primer momento me parecía errónea en lugar de «cirquense». Una oportuna consulta al diccionario me ha hecho ver mi error en favor de «circense», que no ha dejado de resultarme extraña durante todo el relato.
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