@Duncande David Ewing Duncan es un periodista norteamericano residente en San Francisco que trabaja en el mundillo de la televisión y la radio y colabora con numerosos grupos de los que en algún caso es fundador, actuando también como corresponsal de diarios y publicaciones como New York Times, Fortune, Wired, Discover, Atlantic, National Geographic y otras. Ha impartido numerosas conferencias, algunas de ellas en TED, que pueden seguirse a través de Youtube. Su libro más reciente, publicado en 2012, lleva por título «When I'm 164: The new science of radical life extension, and what happens if it succeeds» encuadrado dentro de la colección de libros TED. El libro que comentamos hoy «El calendario» o «Historia del calendario» ha sido traducido a 22 idiomas y da fe de la lucha épica de la humanidad para determinar un año verdadero y exacto. Fue publicado en español en 1999 por Ediciones Salamandra. Una biografía completa con sus libros, publicaciones y colaboraciones puede encontrarse en su página web .
¿Alcanzamos a preguntarnos por qué personas de muy diferentes religiones a la cristiana utilizan como fecha el «antes de Cristo» o «después de Cristo»? La historia del «homo» se pierde en sus comienzos estimados en más de siete millones de años pero es hace aproximadamente seis mil años cuando empiezan a quedar registros escritos que permiten establecer una cronología que en fechas anteriores solo puede ser aproximada por registros fósiles y sus dataciones. Diferentes civilizaciones como los sumerios, los egipcios, los griegos y los romanos, pero también los chinos o hindúes en Asia o los mayas y aztecas en América han tratado a lo largo de los siglos medir el tiempo con precisión. Julio César en el año 46 antes de Cristo—dejemos constancia de que todavía no había nacido Cristo—, el papa Juan I en el año 540 después de Cristo y el papa Gregorio XIII en 1582 marcaron hitos en el establecimiento de calendarios, habiendo llegado este último, denominado gregoriano en su honor, hasta nuestros días y siendo el que nos gobierna en nuestras vidas y relaciones. Los relojes atómicos funcionando en relación a las oscilaciones del cesio son el último paso de los utilizados a través de los siglos por estudiosos que han tratado de fijar la problemática de la medición exacta de los años y todas sus subdivisiones en meses, semanas, días, horas, minutos y segundos. La batalla ha sido continua y todavía no ha acabado porque las oscilaciones del eje y la rotación de la Tierra no son constantes y presentan variaciones que hacen necesario un ajuste cada cierto tiempo, bien es verdad que ahora cada cientos o miles de años. Miríadas de personas han mirado al sol, la luna y las estrellas haciendo uso de las matemáticas y la física para tratar de determinar con precisión el calendario, auspiciados o dificultados en Europa por la Iglesia y con el trasfondo de fijar con exactitud el día de la Pascua de Resurrección.
Es este un recorrido global por la historia reciente de la humanidad con la «excusa» del calendario, pero que nos deleita con numerosos datos históricos y numerosas biografías de muchos personajes desconocidos que contribuyeron con sus estudios y descubrimientos al avance en el estudio del tiempo. Yo que ya era aficionado tanto a este asunto de los calendarios como a la historia en general, y que ya reflejaba en el blog sensacioneinciertas el pasado año, la lectura de este libro, amenamente narrado y a mi entender por lo poco que conozco con un gran rigor histórico y una documentación excelente, me ha producido un disfrute excepcional y una mejora en mis conocimientos sobre astronomía, física y matemáticas. Un libro que lleva diecisiete años publicado en español y del que no tenía conocimiento; 320 páginas con 105.000 vocablos para adentrarse en un viaje extraordinario por la historia de la mano del autor y quedar fascinado con personajes como Galileo y Copérnico de los que todos hemos oído hablar, pero… ¿y Omar Khayyam, o Sosígenes de Alejandría o Dionisio el exiguo? ¿y de cómo se llegó al concepto del cero y la posición en la numeración? Y hay que decir que esto no acaba aquí, pues se alzan numerosas voces en pos de una normalización mundial del calendario, huyendo de conceptos como meses de diferentes longitudes o fechas variables derivadas de una religión que fue predominante en su día. El calendario, un milagro en la historia de la humanidad cuyo recorrido no ha acabado todavía. Tras la lectura sabremos que Cervantes y Shakespeare no murieron «exactamente» el mismo día y que si nos preguntan qué ocurrió el 12 de octubre de 1582 tendremos que hacer de gallegos y preguntar a nuestro interlocutor ¿en dónde?, ya que en algunos países como España y Portugal ese día no existió mientras que si aconteció en otros como Inglaterra o Rusia. Una lectura precisa, preciosa y muy recomendable.
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