martes, 31 de enero de 2017

Patria, de Fernando Aramburu

@FernandoArambur Fernando Aramburu es un escritor vasco nacido en San Sebastián en 1959. Es licenciado en filología hispánica por la Universidad de Zaragoza y ha sido a lo largo de su vida un miembro activo en la vida cultural española en el País Vasco, Navarra y Madrid con propuestas de todo tipo. Profesor de lengua española en Alemania, donde reside desde 1985, desde 2009 se dedica de forma exclusiva a la literatura. Ha publicado novela, ensayo, poesía, libros de relatos y cuentos para niños, contando con varios premios en su haber y habiendo sido sus libros traducidos a varios idiomas e incluso alguno de ellos llevado al cine con éxito. Podemos encontrar relatos suyos actuales en su blog «Déjate de rosas».

Las circunstancias excepcionales que tenían lugar en el País Vasco confluyen en las dos familias elegidas por el autor para brindarnos una visión de la vida en los últimos años de la lucha armada de ETA. Dos familias amigas que de pronto ven surgir una enorme brecha entre ellos por culpa del ambiente. Por un lado, Txato, Bittori y sus hijos Xabier y Nerea y de otro Joxian y Miren con los suyos Joxe Mari, Gorka y Arantxa. Txato es un industrial floreciente muy amigo de Joxian, al que ayuda en lo posible, ejerciendo de tío para sus hijos y con el que comparte los domingos por la mañana su afición ciclo turística. Joxian, más apocado, ejerce de obrero en una fundición y entretiene su tiempo libre en una huerta donde se dedica a la cría de conejos y el cultivo de hortalizas para la familia. Txato es tocado por el impuesto revolucionario y su carácter le lleva a enfrentarse a la banda terrorista de forma que el asunto acaba de forma fatal. Pero al mismo tiempo, Joxe Mari, el hijo de Joxian se ha ido radicalizando hasta hallarse incorporado como miento activo de la banda en el momento del luctuoso suceso. La ruptura de la amistad entre las familias, profunda, está servida y su día a día empieza a transitar por derroteros radicalizados que suscitan las situaciones más extrañas que ninguna de ellas pudiera haber llegado a imaginar, no solo entre las familias sino entre sus propios miembros; la vida sigue y hay que seguir adelante pero afrontando las heridas emocionales que han dejado huella. Y no hay que perder de vista a personajes no tan secundarios como el párroco del pueblo, el dueño de la taberna, Ramontxu o los compañeros de talde de Joxe Mari. Bittori «mantiene» interesantes conversaciones con su marido sentada en su lápida mientras se acrecienta su odio interior aunque con el tiempo se va reconduciendo hasta solo querer conocer cómo murió su Txato y querer perdonar a sus asesinos.

Aunque se trata de una obra de ficción, no creo que diste mucho de la realidad, por lo que podría ser un buen ejercicio de contar la historia, reciente, a muchos de los que por su fecha de nacimiento no la han vivido en vivo y en directo. Un relato crudo, incómodo, descarnado, absorbente, conmovedor y con unos tintes de verosimilitud en el que el autor ha desgranado la vida y los sentimientos de dos familias en los años en que el terrorismo estaba plenamente vigente e inundaba sí o sí la vida de todos en este País, especialmente de los residentes en el País Vasco que no podían escapar a un «estás conmigo o estás contra mí», planteamiento que magistralmente nos brinda la personalidad de Gorka. Las actuaciones y los sentimientos de los personajes están magistralmente conseguidos y en su continuo juego de fogonazos en forma de capítulos cortos que se suceden en un desorden calculado, el lector conforma un entramado de personalidades que a mi modo de ver reflejan de forma milimétrica la vida en aquellos años. En todo caso, tanto a conocedores del tema por haberlo vivido ---sufrido--- en directo como a los que lo han hecho en la distancia, los hechos reflejados en la novela rememoraran en la conciencia unos sentimientos que sin duda seguirán coleando en la mente de algunos pues si bien la lucha armada efectiva terminó hace años, las secuelas siguen azotando a muchas familias. Una novela-joya extensa que calará sin duda en el lector, no sólo recomendable sino casi de lectura obligada, para disfrutar de la literatura con mayúscula y de una fina psicología de sus personales a lo largo de muchas horas de lectura con sus 190.000 vocablos alojados en las 648 páginas de su edición impresa. Ahora, a la enorme lista de lecturas pendientes, habrá que añadir algún libro de este autor.

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