Flora Gascón, a la espera de un hijo que no llega, lleva una vida anodina en Madrid dedicada a la traducción de folletos de instrucciones de electrodomésticos y con un marido funcionario que parece quererla pero sin mucho ahínco. A espaldas de su marido lleva dos años en tratamiento con Deideé, una terapeuta
argentina con la que mantiene contactos a través de Skype y que trata de
ayudarla a encauzar y dar sentido a su vida. Una noche loca tiene un affaire
con un misterioso caballero llamado Paul que la lleva por terrenos inexplorados
pero que desaparece dejándola su teléfono, que no atiende, y un amuleto extraño
que se ha llevado sin que él lo sepa. Imposible de contactar de nuevo con él, recuerda
un libro que Paul estaba leyendo que la lleva a Tánger donde reside la
escritora del mismo. La realidad que vive Flora se irá mezclando con el relato
del libro, y con su autora y sus personajes, hasta traer al presente una
historia del pasado con muchos flecos por descubrir y aclarar.
Los viernes, antes de empezar a
cumplir con el sabbat, me aparto durante unas horas de la colcha y visito a mis
muertos. A mi padre, en el cementerio católico; a mi madre y a mis abuelos, en
el judío; y a Samir, en el musulmán. Cuando regreso a casa, las manos me huelen
a arrayán, a rosas y a narcisos. Cada religión tiene su aroma. Anochece en la
Medina.
La gran impresión que
me causó la lectura de «La casa de los amores imposibles», reseñado
anteriormente en este blog, me animaba a leer más de esta autora y por ello me
he puesto con este libro pero aclaro que no por su relevancia como finalista
del premio Planeta. Ya se sabe, para gustos hay colores y no siempre los
premios bendicen una obra. El estilo de la autora es contundente y el
desarrollo de la acción engancha al lector, aunque por momentos ciertos
vericuetos de la trama entran un poco en el terreno de lo fantástico. Los
personajes tienen su carga de personalidad y van ajustando sus papeles hasta
llegar al desenlace final donde cada uno queda en su lugar. Una trama bien
urdida por la autora mezclando hechos actuales y pasados cobre la base de un
libro dentro de otro libro que a mi juicio está muy logrado. La magia de una
ciudad como Tánger salta a la vista así como el tratamiento de la interrelación entre
las tres culturas —judía, musulmana y católica— que demuestra una gran
sensibilidad y documentación. Libro este que recomendaría de esta autora pero
con menor entusiasmo que el aludido «La casa de los amores imposibles» que me
temo pasó más desapercibido para el gran público.
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