miércoles, 15 de noviembre de 2017

Niebla en Tánger, de Cristina López Barrio

@crislopezbarrio Cristina López Barrio, madrileña, nacida en 1970, estudió derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Simultaneó su trabajo como abogada especializada en propiedad intelectual con la literatura, dándose a conocer con una obra dedicada al mundo juvenil titulada «El hombre que se mareaba con la rotación de la Tierra (2009)», con la que obtuvo el segundo premio Villa Pozuelo de Alarcón. En 2010 publicó «La casa de los amores imposibles» con el  que pasó a la narrativa para adultos llegando a alcanzar cierto éxito y ver su libro traducido a quince idiomas. Con posterioridad ha publicado «El reloj del mundo (2012)», «El cielo en un infierno cabe (2013)» y «Tierra de brumas (2015)». Recientemente ha sido finalista del Premio Planeta 2017 con este libro «Niebla en Tánger». Más información biográfica y general sobre esta autora en el apartado «Quién soy» de su página web .

Flora Gascón, a la espera de un hijo que no llega, lleva una vida anodina en Madrid dedicada a la traducción de folletos de instrucciones de electrodomésticos y con un marido funcionario que parece quererla pero sin mucho ahínco. A espaldas de su marido lleva dos años en tratamiento con Deideé, una terapeuta argentina con la que mantiene contactos a través de Skype y que trata de ayudarla a encauzar y dar sentido a su vida. Una noche loca tiene un affaire con un misterioso caballero llamado Paul que la lleva por terrenos inexplorados pero que desaparece dejándola su teléfono, que no atiende, y un amuleto extraño que se ha llevado sin que él lo sepa. Imposible de contactar de nuevo con él, recuerda un libro que Paul estaba leyendo que la lleva a Tánger donde reside la escritora del mismo. La realidad que vive Flora se irá mezclando con el relato del libro, y con su autora y sus personajes, hasta traer al presente una historia del pasado con muchos flecos por descubrir y aclarar.

Los viernes, antes de empezar a cumplir con el sabbat, me aparto durante unas horas de la colcha y visito a mis muertos. A mi padre, en el cementerio católico; a mi madre y a mis abuelos, en el judío; y a Samir, en el musulmán. Cuando regreso a casa, las manos me huelen a arrayán, a rosas y a narcisos. Cada religión tiene su aroma. Anochece en la Medina.

La gran impresión que me causó la lectura de «La casa de los amores imposibles», reseñado anteriormente en este blog, me animaba a leer más de esta autora y por ello me he puesto con este libro pero aclaro que no por su relevancia como finalista del premio Planeta. Ya se sabe, para gustos hay colores y no siempre los premios bendicen una obra. El estilo de la autora es contundente y el desarrollo de la acción engancha al lector, aunque por momentos ciertos vericuetos de la trama entran un poco en el terreno de lo fantástico. Los personajes tienen su carga de personalidad y van ajustando sus papeles hasta llegar al desenlace final donde cada uno queda en su lugar. Una trama bien urdida por la autora mezclando hechos actuales y pasados cobre la base de un libro dentro de otro libro que a mi juicio está muy logrado. La magia de una ciudad como Tánger salta a la vista así como el tratamiento de la interrelación entre las tres culturas —judía, musulmana y católica— que demuestra una gran sensibilidad y documentación. Libro este que recomendaría de esta autora pero con menor entusiasmo que el aludido «La casa de los amores imposibles» que me temo pasó más desapercibido para el gran público.


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