domingo, 27 de mayo de 2018

Los anhelos, de David Villegas Cabadas

David Villegas Cabadas (Madrid, 1973) es Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Master en RRHH y titulado en Coaching y Mindfulness. Ha dedicado gran parte de su vida profesional a la formación. Apasionado de la escritura desde niño, asistió en 2010 a un curso de escritura creativa de la Escuela de Escritores de Madrid, y fue ganador en 2015 del Premio de Narrativa Corta "Don Manuel" de Moralzarzal (Madrid). Desde entonces ha escrito numerosos relatos sobre temas de actualidad, algunos de los cuales pueden leerse en su blog «David Villegas Escritor». Desde 2015 imparte numerosos talleres de escritura creativa, cuento y novela, y dirige diversos clubs de lectura. Su primera novela titulada «Las nieblas de Huancabamba» fue galardonada en 2013 con el I Premio de Novela Corta de Terror Ciudad de Utrera, uno de los de mayor prestigio en el género en España. La novela que comentamos hoy, «Los anhelos» es su segunda publicación, tratándose en esta ocasión de una novela «no corta».

Adrián Antuña es un diecisietañero rebelde que va mal en los estudios y bien en las golferías fuera de ellos con el grupo de amigos que lidera. Lesmes había llegado hace años desencantado del mundo a la pequeña localidad [ficticia] asturiana de Ontaría, cercana a la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Barro —portada del libro—, y se había instalado en la magnífica Casa de Arriba situada en las afueras del pueblo. El último día de curso antes de su jubilación, el profesor Lesmes lanza una arenga a los estudiantes, con tintes de bronca, en la que refiere una historia impactante ocurrida hacía muchos años en la sabana africana. Pasado el tiempo y acabados sus estudios, comienza a laborar en «Albañilería, Fontanería y Obras en general», empresa de su padre y por las tardes frecuenta la pequeña biblioteca local, donde conoce a Aitana, la bibliotecaria. Un día debe acudir a arreglar unas humedades en la Casa de Arriba, en la que Lesmes transita por los últimos años de existencia desmenuzando sus muchas vivencias en compañía de la negra Aberash. Surge una chispa entre Adrián y Lesmes que les hace revivir sus viejos contactos escolares y, encontronazo va encontronazo viene, sus vidas se transforman drásticamente, especialmente los anhelos del joven. Las visitas regulares de Adrián a la casa irán aunando emociones y desgranando poco a poco escondidas y entrañables historias que sin duda conmoverán al lector. Y en el acabose, Adrián encontrará en los baúles del desván un secreto muy bien guardado del profesor que se encargará de mantener vivo y le ayudará en su nuevo cometido en la vida.

El profesor volvió a cruzar las manos sobre la hoja. —Sí chico—, afirmó. Es una regla de oro de la escritura. Hacer visible lo invisible. Seducir con imágenes. Hacerlas imborrables. Y para lograrlo no hay que ir de puntillas ni con prisa por la vida, sino que es obligado escuchar la respiración del mundo, su aleteo, sus matices. Tus sentidos te ayudarán, ¡tus antenas, caray! Aprovéchalos. Abusa de ellos. Y haz caso a tu oído, y mira bien, y huele y toca, y saborea y el próximo día muéstrame a esa chica, muchacho, y no vuelvas a martirizarme con adjetivos perezosos ni con palabras huecas que a nada huelen, ¿lo harás?
Una bella historia o mejor muchas entrelazadas, del pasado y del presente. Poco a poco, con calculada mesura, el autor va mostrando las emociones de los personajes principales, Adrián y Lesmes, y de los secundarios, Aitana y la negra Aberash. Exquisito cuidado del lenguaje que cautivará sin duda al lector con agradables giros y algunas novedosas palabras que habrá que buscar en el diccionario. La personalidad de los protagonistas irá aflorando a medida que se avanza en la historia, una historia en su justa medida en cuanto a extensión, lo que es de agradecer por lectores devoradores como es mi caso que tienen mucha lectura pendiente. Al final, los lectores acabarán conmovidos y los que ya cuenten con cierta edad bucearán en sus recuerdos a la busca de un profesor, o maestro, como Lesmes. Un libro muy recomendable de un autor novel que esperemos no se diluya en el océano de publicaciones actuales de autores de renombre. 
Tras el cierre, he recogido mis papeles y los he introducido en la vieja cartera de mi profesor. Hace muchos años intenté rellenar aquella cartera con piedras. Hoy la paseo con las chispas que van surgiendo y con los borradores de mis discursos. Gracias, profesor.
  El libro ha sido auto publicado por su autor. Por el momento no existe versión en digital. La edición en papel, muy cuidada y de 193 páginas ha sido realizada en LETRAME y está disponible en las principales distribuidoras a poco que naveguemos por la red. También en la feria del libro que está teniendo lugar en Madrid en estos días de mayo y junio de 2018, donde el autor firmará ejemplares a los lectores. En todo caso, en el blog del autor mencionado en los prolegómenos de esta entrada figura la dirección de correo electrónico del autor.

1 comentario:

  1. Hace ocho meses que leí este libro y lo he vuelto a leer con motivo de su próximo tratamiento en un club de lectural al que pertenezco.
    Recordaba vívidamente los personajes, la historia, su desarrollo y el final, por lo que la lectura pudiera haber resultado tediosa. Pero todo lo contrario, ha sido un disfrute enorme: al releer pasajes en los que al autor va poniendo miguitas en la construcción del andamiaje de la obra, he encontrado nuevos resplandores que me habían pasado inadvertidos, o no recordaba, de la primera lectura.
    Al igual que cuando vemos una película por segunda vez, que nos podemos fijar en aspectos más escondidos, recomiendo encarecidamente la lectura de este libro una segunda vez, sin dejar pasar mucho tiempo desde la primera: aflorarán sin duda nuevos deleites y se consolidaran los anteriores.

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