@ejuarezFelipeV Eduardo Juárez Valero nació en el Real Sitio de San Ildefonso, La Granja, en 1968, donde reside. Doctorado en Geografía e Historia, es profesor en la Universidad Carlos III de Madrid donde imparte temas humanísticos —historia, paleografía, diplomática medieval, biblioteconomía y documentación…—, pero también da clases en otros ámbitos como la UNED, el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado, la Universidad Antonio de Nebrija, GEO Segovia, Instituto Nacional de Seguridad e incluso a distancia (MOOC en la plataforma eDX). Colabora en numerosos medios como Radio Nacional de España o RTVE —embelesando a los oyentes con sus historias de la Historia— y también publicando numerosos artículos científicos o de divulgación en diarios como El Adelantado de Segovia o revistas como Mundo Medieval o National Geographic. En 2012 fue nombrado cronista oficial del Real Sitio de San Ildefonso y en esa función deleita semanalmente a sus vecinos con historias locales que busca rascando vivencias personales o revolviendo papeles en todos los archivos en los que le permiten husmear. En el tiempo que le resta después de estas frenéticas actividades escribe libros: lleva publicados una quincena, algunos de ellos reseñados en este blog y que pueden localizarse utilizando el buscador. Este que comentamos hoy, «Eso no estaba en mi libro de historia del espionaje» es el último que ha visto la luz el pasado mes de noviembre de 2019. En más de una treintena de publicaciones y artículos ha profundizado en los orígenes y pervivencia del espionaje desde sus orígenes en la Alta Edad Media hasta el presente.
No ha habido poder político en la Historia de la Humanidad que no haya utilizado el espionaje como herramienta. Nadie escapa a su actividad y muchos lo son, sin saberlo. Una parte importante de nuestros impuestos se dedican a esta actividad, siendo un recurso básico para la gestión de los Estados.
Como ya advierte el autor en el primer párrafo, no espere el lector encontrar una historia de espionaje con detalles ya que lógicamente todo entra en un mundo de secretismo que raras veces sale a la luz y cuando lo hace es al cabo de mucho tiempo. El libro consta de cinco capítulos: [1] Infiltrándose: la cultura del espía y el espionaje a lo largo de la historia, [2] Exploradores, embajadores, espías y agentes dobles: robando información del modo que sea, [3] Estructuras de inteligencia y sistemas de espionaje: institucionalizando la traición, [4] Errores, fallos, olvidos, descontrol y cagadas en el mundo de la inteligencia: cuando el espionaje con cumple con su objetivo y [5] Para terminar. A lo largo de ellos se desgranan un sinfín de datos y personajes que en el curso de la historia se han ocupado de la captación de datos y su transmisión, poniendo muchas veces en peligro sus vidas por servir incluso a dos o tres gobiernos a la vez. Al final, una abundante bibliografía y filmografía recomendada para seguir profundizando en el asunto amén de un índice onomástico con siete páginas a doble columna con nombres significativos de este mundillo y las páginas en que aparecen.
El uso apropiado de la información secreta, privilegiada, clasificada, ha sido esencial a lo largo de la historia para que los líderes tomaran las decisiones apropiadas.
Tema interesante al que me he asomado de forma estructurada y global de la mano del autor, explicando claramente lo que es y lo que no es un espía, un servicio secreto, un servicio de inteligencia y las diferentes formas habidas a lo largo de la historia: desde los exploradores que mandaban por delante los ejércitos en la antigüedad hasta los modernos sistemas electrónicos que han saltado a la luz últimamente en los casos de Edward Snowden o Julian Assange entre otros. Un documentadísimo relato de personajes y gobiernos a lo largo de la historia que permiten formarse al lector una magnífica idea de este mundillo que está resultando vital en la actualidad para contrarrestar acciones terroristas cada vez más sofisticadas. El apartado de errores —cagadas usando la expresión del libro— es especialmente significativo para conocer la problemática de este círculo que cada vez nos asfixia más a todos los que llevamos un teléfono inteligente en nuestros bolsillos. Una lectura muy entretenida y con mucho «jugo» en un tema bastante desconocido y lejano a lo que en la novelística negra estamos acostumbrados a leer. Como se recomienda en la contraportada, «Disfruten de este viaje a través de la historia con la esperanza de aclarar el oscuro mundo de la inteligencia y, en el momento de concluir su lectura, llegarán a la conclusión de que todo es mucho más sencillo de lo que pensaron. El espionaje y la inteligencia no son más que otra cara del poliedro que conforma la humanidad que habitamos».
Para llegar a la condición de espía hay que tener cierta mala uva y actuar de forma clandestina y, por supuesto, con engaño. Aparentando ser lo que no es.
Todo lo que el espionaje ha logrado en seguridad con la participación de la ciencia, lo ha perdido en romanticismo, humanidad, ingenio y asombro.
Para lectores interesados, libros sobre este tema, con otro cariz más detallista, reseñados en este blog, «Vigilancia permanente», de Edward Snowden o «Las grandes operaciones del Mossad», de Michael Bar-Zohar, Michael y Nissim Mishal.
Podemos escuchar una entrevista con este autor muy ilustrativa sobre este libro en este enlace
No lo conocía, pero no me llama la atención, los espías no son lo mío. Besos.
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