Un libro simpático, entrañable, entretenido, sin pretensiones. Un ciudadano inglés, batería de un conjunto de relativa fama deja todo y se compra y se marcha a vivir a un cortijo perdido en las alpujarras granadinas. Es una historia real, contada en primera persona, de las vivencias de Cristóbal (para los amigos) y su esposa, y posteriormente su hija, y de los episodios de una vida radicalmente distinta a la que anteriormente llevaban.
De forma sencilla y coloquial nos relata los sucesos de la naturaleza, los problemas, las alegrías y las penas, las relaciones con los vecinos, españoles y extranjeros, la lucha por la supervivencia, como acomete y resuelve nuevos trabajos y nuevos retos que surgen de forma inesperada con la sucesión de los días y las noches.
La historia es la manera de hacer realidad un sueño, aventura temeraria acometida con tranquilidad y parsimonia, sin conocimientos previos, sin grandes alharacas pero con el deseo de tener su propio paraíso huyendo de lo convencional.
Se lee de un tirón y se aprenden algunas cosas de la vida en la naturaleza, esa que algunos tenemos tan lejos.
Efectivamente se lee del tirón (o casi), en dos tacadas, me he reido bastante.
ResponderEliminarMe ha encantado, me hubiera gustado mirar por un agujerito cuando le preguntaban si sabía tocar la guitarra.