libro de divulgación científica asequible y entretenido para comprender la percepción de la mente a través de los sentidos. |
Puntuación 3/5
Es difícil escribir libros de divulgación científica sin incurrir en el comprensible error de caer en la prosa tecnicista de la materia de ciencia sobre la que se escribe.
Ignacio Morgado es un reputado catedrático de psicobiología del instituto de ciencia de la universidad autonoma de Barcelona investigador y tratadista en universidades europeas y americanas. Complementa su labor de investigación y docencia con la esperádica escritura de libros de divulgación destinados al gran público.
Este escritor reúne dos virtudes prodigadas en sus escritos: la enorme erudición de sus contenidos, repleto de conocimientos y rigor científico y la fluidez de exposición. El estilo de trasferirnos su profundo saber de la mente humana es a través de una prosa accesible y sencilla, haciendonos comprensibles conceptos complejos, mediante un lenguaje coloquial, ameno, no carente de rigor terminológico. Consigue en sus libros, con numerosos y acertados ejemplos, corroborar y enfatizar los términos y temáticas expuestos, por muy áridos que estos sean.
Acabados los breves capítulos en que se mide el libro, todos ellos de somera extensión, descubres que has adquirido, de forma fácil, nuevos y sólidos conocimientos sobre la mente, sobre la percepción y los órganos sensoriales.- Una entretenida exposición de cómo los sentidos filtran el mundo que nos rodea, interactuando con el cerebro, a través de esa maravillosa y aún misteriosa red neuronal. Gracias a este libro, además de consolidar ideas ya aprendidas sobre el cerebro, aprendes nuevos conceptos y particularidades sobre nuestros sentidos, antes ignoradas, perfectamente explicadas por el autor, con situaciones cotidianas con la que contrasta las afirmaciones.
Especial consideración me ha merecido el análisis de los sentidos del gusto y olfato, con la sútil distinción entre gusto y sabor, incidiendo en la interferncia entre distintos sentidos cuando saboreamos una determinada vianda. Descrubrí que además de los cuatro gustos básicos, dulce, ácido,amargo y salado, existe un quinto gusto denominado umami, término para mi, hasta la lectura del libro totalmente desconocido. Este nuevo gusto, descubierto por el japonés Kinunae Ikeda, surgido de la combinación del efecto electroquímico del glutamato y los ribonucleótidos, explica por qué en todas las culturas suelen aparecer complementarios en los menus, tales como el queso parmesano con la salsa de tomate y champiñones, o las algas de Kombu y las virutas de bonito en la cocina japonesa. En este blog hay muchas personas entendidas de temas gastronómicos y desgustadores culinarios confesos y periódicamente reunidos en esta lides, y en esta obra podrán ilustrar con su lectura muchas de sus sensaciones entre fogones.
Nos explica, además, la razón por la cual las experiencias olfativas carecen de adjetivación en los vocabulario de todos los idiomas. Como no, aparecen referencias literarias a Marcel Proust, por su archifamosa magdalena evocadora de recuerdos ancestrales del autor francés.
Acabados los breves capítulos en que se mide el libro, todos ellos de somera extensión, descubres que has adquirido, de forma fácil, nuevos y sólidos conocimientos sobre la mente, sobre la percepción y los órganos sensoriales.- Una entretenida exposición de cómo los sentidos filtran el mundo que nos rodea, interactuando con el cerebro, a través de esa maravillosa y aún misteriosa red neuronal. Gracias a este libro, además de consolidar ideas ya aprendidas sobre el cerebro, aprendes nuevos conceptos y particularidades sobre nuestros sentidos, antes ignoradas, perfectamente explicadas por el autor, con situaciones cotidianas con la que contrasta las afirmaciones.
Especial consideración me ha merecido el análisis de los sentidos del gusto y olfato, con la sútil distinción entre gusto y sabor, incidiendo en la interferncia entre distintos sentidos cuando saboreamos una determinada vianda. Descrubrí que además de los cuatro gustos básicos, dulce, ácido,amargo y salado, existe un quinto gusto denominado umami, término para mi, hasta la lectura del libro totalmente desconocido. Este nuevo gusto, descubierto por el japonés Kinunae Ikeda, surgido de la combinación del efecto electroquímico del glutamato y los ribonucleótidos, explica por qué en todas las culturas suelen aparecer complementarios en los menus, tales como el queso parmesano con la salsa de tomate y champiñones, o las algas de Kombu y las virutas de bonito en la cocina japonesa. En este blog hay muchas personas entendidas de temas gastronómicos y desgustadores culinarios confesos y periódicamente reunidos en esta lides, y en esta obra podrán ilustrar con su lectura muchas de sus sensaciones entre fogones.
Nos explica, además, la razón por la cual las experiencias olfativas carecen de adjetivación en los vocabulario de todos los idiomas. Como no, aparecen referencias literarias a Marcel Proust, por su archifamosa magdalena evocadora de recuerdos ancestrales del autor francés.
La obra se estructura en dos partes bien diferenciadas.-
La primera describe las carácterísticas de los distintos sentidos y los órganos anatómicos implicados en la percepción sensorial, de forma concisa, pero suficientemente descriptiva y expresiva del proceso, sin ánimo de aturdir al lector con demasiada terminología.
La segunda explica como los estímulos sensoriales son percibidos por la anatomia humana con múltiples y complejas respuestas electroquímica, en nuestra red neuronal a través de los neurotransmisiones los cuales se van traduciendo en potenciales de acción, interpretada por las distintas áreas del cerebro implicadas en el proceso. Especial detalle y atención presta al sentido de la vista y la complicadísima interferencia en órganos cerebrales. Además, para hacer más comprensibles los procesos, insinua muchas prácticas que puede hacer el lector para confirmar las afirmaciones y la exposición del texto, de fácil experimentación y que siembran en el lector numerosas preguntas que enriquecen la lectura. Acompaña el libro con ilustraciones sencillas y muy descriptivas.
Profundiza por último, en cuestiones metafísicas como la autoconciencia, pero más con la intención de advertir al lector de la incipiente fase de conocimiento que tenemos sobre el proceso mental que para asentar dogmas.
En definitiva,un libro muy instructivo, ameno, breve, esquemático y recomendable.
La primera describe las carácterísticas de los distintos sentidos y los órganos anatómicos implicados en la percepción sensorial, de forma concisa, pero suficientemente descriptiva y expresiva del proceso, sin ánimo de aturdir al lector con demasiada terminología.
La segunda explica como los estímulos sensoriales son percibidos por la anatomia humana con múltiples y complejas respuestas electroquímica, en nuestra red neuronal a través de los neurotransmisiones los cuales se van traduciendo en potenciales de acción, interpretada por las distintas áreas del cerebro implicadas en el proceso. Especial detalle y atención presta al sentido de la vista y la complicadísima interferencia en órganos cerebrales. Además, para hacer más comprensibles los procesos, insinua muchas prácticas que puede hacer el lector para confirmar las afirmaciones y la exposición del texto, de fácil experimentación y que siembran en el lector numerosas preguntas que enriquecen la lectura. Acompaña el libro con ilustraciones sencillas y muy descriptivas.
Profundiza por último, en cuestiones metafísicas como la autoconciencia, pero más con la intención de advertir al lector de la incipiente fase de conocimiento que tenemos sobre el proceso mental que para asentar dogmas.
En definitiva,un libro muy instructivo, ameno, breve, esquemático y recomendable.