Nueva aventura de @javier__sierra, que ya me impresionó con El Ángel perdido, pero en esta ocasión con una aventura personal, y ambientada en dos entornos que he visitado mucho, sobre todo El Prado, y en el otro, El Escorial, lugar de nacimiento y residencia de otro gran posteador de este blog e íntimo amigo.
La aventura comienza en el invierno de 1.990 cuando el autor del libro recién llegado a Madrid, para estudiar la carrera de Periodismo, y visitante asiduo del Museo del Prado, donde se pasa horas escudriñando obras, pequeños detalles que le llaman la atención, y se le acerca una persona ya mayor, de casi setenta años, y le ilustra sobre esos detalles que Javier no es capaz de percibir, pero no solo eso, le empieza a dar otra visión completamente distinta de la estándar que percibimos la mayoría de los mortales, que tantas veces hemos visto algunos de los cuadros, y que están ilustrando la novela para un mejor seguimiento de la trama.
Tan entusiasmado está Javier con su 'maestro', Fovel, que inicia investigaciones en el Monasterio del Escorial, con su amiga Marina, para corroborar teorías propuestas por Fovel. En El Escorial les atiende el Padre Juan Luis Castresana, y les informa que otras dos personas, por separado, han estado interesadas en la misma obra.
A partir de aquí Marina recibe amenazas si Javier no abandona toda la investigación iniciada, y deja de verse con el maestro de El Prado.
Y que hará Javier, pues no os lo voy a contar, tenéis que leer la novela, que me ha parecido un trabajo fascinante, de una imaginación deslumbrante, que te invita de nuevo a ir el Prado y ver los cuadros de una manera distinta, y permaneciendo en ese mundo de enigmas que tanto caracteriza a Javier Sierra. Como hecho de menos los podcast del programa de RNE Asuntos Propios, en el que participaba todas las semanas con Toni Garrido.
Sinceramente, me cuesta creer que la novela esté basada en hechos reales, pero si Javier lo asegura, será verdad.
Leeré la novela, sufro una enfermiza pasión por la pintura, su significado, sus detalles,sus ¿misterios?, aunque la trama me suena a más de lo mismo.
ResponderEliminarPor cierto, los escritores somos un porcentaje muy elevado demasiado mentirosos.
Un abrazo,
Consuelo
Las mentiras, si consiguen que los lectores las disfrutemos, bienvenidas sean.
EliminarUn abrazo
Absolutamente de acuerdo. :)
ResponderEliminarComparto contigo el interés por el Museo del Pardo, donde he disfrutado momentos inolvidables y que continúo visitando con cierta frecuencia, pues soy miembro de la asociación de Amigos del Museos del Prado desde hace unos años, entre otras razones, para obtener el acceso libre a las instalaciones y a la poblada biblioteca. Me interesaba mucho la novela, ahora más, conociendo tu opinión sobre ella y las reservas sobre la “veracidad de los hechos”...
ResponderEliminarYa te comentaré en Abril en persona mi opinión pues pienso leerla en breve.-
Un abrazo.
Se agradecen muchos tus reseñas.