El libro es la historia de Laia, una «haraní» que ha sido entregada por su familia como esclava al saharaui Hamid que vive en una campamento de refugiados. Laia es obligada a hacer todos los trabajos pesados de la casa-jaima hasta que un verano es enviada a Huesca en acogida en una familia con motivo de los programas de cooperación. Debido a una dolencia cardíaca, consigue permanecer con sus «padres españoles» varios años, siendo una buena estudiante, queriendo convertirse en médico, enamorándose de un vecino piloto, Julio y sobre todo, no queriendo volver nunca más a su lugar de origen. Nadie conoce su secreto pero Ahmed, su teórico hermano, no está dispuesto a renunciar a su esclava y se presenta en Huesca queriendo llevársela con él de regreso a «casa». Como lo consigue por las buenas lo hace por las malas y Laia se ve de nuevo, a sus 17 años, lejos de su familia española, de su novio, de sus estudios, inmersa en un mar de sufrimiento y vejaciones físicos que Ahmed le dedica «con sumo cariño». El padre de su prometido, Carlos, tiene su propia historia en la antigua Villa Cisneros y con ayuda de Germán, un anticuario madrileño con el que corrieron andanzas juntos allí, organizan un complejo plan para rescatar a Laia de las garras de su «familia» y devolverla a su sitio en España de donde nunca debió ni quiso salir. El desenlace de la historia es apasionante y está lleno de datos históricos presumiblemente ciertos, si bien esto no se aclara, que han servido de base a la autora para ofrecernos un bello relato de amor dentro del odio y la miseria en un campo de refugiados.
«Somos lo que somos por nuestro pasado. Nunca podrás olvidar de dónde has salido, nunca podrás cambiar eso».La versión en papel está deleitando a mi madre con sus 416 páginas y a mí me ha deleitado en su versión electrónica con sus 137.341 vocablos. Desasosiegos dormidos del año que pasé en el norte de África casi coincidiendo con la Marcha Verde ya fueron despertados cuando leía «La infiel» y se han puesto de nuevo muy presentes con la lectura de este libro. El mundo árabe y el mundo occidental están condenados a entenderse pero grandes diferencias conceptuales los separan y acrecientan sus diferencias que en muchas ocasiones son dirimidas no precisamente con palabras, sino con hechos muy luctuosos. Ya le dediqué al otro libro una serie de calificativos que me permito copiar y reproducir aquí: desconcertante, desquiciante, desgarrador, asfixiante, duro, atroz, realista, cruel, perturbador, humano, inhumano, cercano, distante, encolerizante, electrizante, dantesco, impactante, violento, salvaje, sangrante, inquietante, crudo, fuerte, emocionante, endiablado, instructivo, ejemplarizante, embriagador, tortuoso, enervante, salvaje, bárbaro....
Historias como estas ponen de relieve la concepción diferente entre los dos mundos de lo que es la familia y las relaciones humanas cuando se gobiernan desde un prisma grabado a sangre y fuego por la tradición y la religión. El desasosiego y comezón que me producen estos temas es preocupante.
Enhorabuena por vuestro blog. A mí también me gustó mucho "Besos de Arena". Precisamente, dentro de unos días tendremos a Reyes Monforte en una cena-tertulia en el Café Gijón, donde hablaremos con ella sobre su obra, sobre periodismo y lo que surja. Será el 22 de marzo a las 19:30h. en el Café Gijón (Paseo de Recoletos, 21 - Madrid). Puedes ver toda la información en este enlace:
ResponderEliminarhttp://www.encuentroseleusinos.com/work/reyes-monforte-en-la-tertulia-de-los-encuentros-eleusinos-en-el-cafe-gijon/
Un beso.
Javier