martes, 1 de julio de 2014

Que el tiempo nos encuentre, Teresa Viejo

@TeresaViejo «Que el tiempo nos encuentre» es el libro elegido para el segundo trimestre de 2014 en el club de Lectura de A leer que son 2 días. Su autora, Teresa Viejo, es madrileña, nacida en 1963, licenciada en periodismo y con estudios de sociología, contando con una dilatada trayectoria en radio, televisión y prensa, donde llegó a ser directora de la revista Interviú de 2002 a 2004. Esta es su segunda novela tras la publicada en 2009 titulada «La memoria del agua». Ha publicado varios ensayos entre los que se encuentran «Hombres. Modo de empleo», «Pareja. ¿Fecha de caducidad?» y «Cómo ser mujer y trabajar con hombres». Actualmente y desde 2013 dirige «La observadora» en Radio Nacional de España, programa que se emite los domingos.

Gran parte de la trama de este libro se desarrolla en Méjico, donde ha llegado en 1936 Hugo Vigil de Quiñones acompañado de su mujer Berta, sus hijos y una niñera, Aurora, que en su época en España fue hija de Vicente y su segunda esposa Antonia, los guardeses de Atilano y Zita, padres de Hugo. La familia ha dejado su Casa Gialla y su enigmático torreón anexo y ha salido de España con motivo de la guerra para buscar un futuro en Méjico, estableciéndose en Veracruz, donde ya contaban con algunos negocios que les permiten seguir viviendo con cierta holgura. En un encuentro fortuito en su época española, Aurora conoció a un joven embaucador y decidido, Pablo Aliaga, metido en el mundillo del cine, que la encandila y la promete amor eterno. En 1941 otro buque cargado de españoles exiliados atraca en Veracruz. Entre ellos viaja Pablo acompañado de su amigo Miguel Morayta, ambos con deseos de triunfar en el renaciente mundo del cine mejicano. Aurora y Pablo verán renacer con fuerza su amor aunque con encuentros muy esporádicos y con numerosos engaños por parte de él, aunque Aurora sigue queriéndole, a pesar de su marcha a la capital donde dice haber conseguido trabajo en el mundo del cine. Aurora marcha por sorpresa unos días a la capital al encuentro de Pablo y descubre su relativa mentira sin llegar a verle al tiempo que propicia un encuentro inesperado, con Diego Espejel, que le abre todo un mundo de posibilidades en las que ni por asomo podría haber pensado bajo el nombre adoptado de Vera Verlier. En todo momento Aurora cuenta con una enigmática e incondicional amiga, Edwina, supuestamente de origen alemán, que regenta prostíbulos y ayuda a Aurora en numerosas ocasiones y de la que comprenderemos sus actuaciones cuando lleguemos al final y descubramos quién es en realidad. Hay muchas cosas más concernientes a los protagonistas y sus relaciones que no pueden ser reveladas sin hacer eso que ahora se denomina «spoiler», es decir, destripar la trama y quitarle su encanto a personas que no hayan leído todavía el libro.

Es este un relato entretenido e intrigante, plagado de numerosos requiebros que mantienen la atención del lector. Los personajes van creciendo y cambiando a medida que avanza la novela y al final nada es lo que parece, ni siquiera el tema que pudiera pretender deducirse hasta bien avanzado el desarrollo. El epílogo y las pertinentes y muy adecuadas aclaraciones ofrecidas por la autora al final del libro permiten una comprensión total de la trama y de sus personajes, algunos de ellos reales a la par que desconocidos por el gran público. La personalidad de Aurora, una simple criada hija de los guardeses a principio de la novela, va creciendo de forma espectacular siendo la verdadera protagonista. Diría que hay mucha sensibilidad femenina en todos los personajes, hasta en los masculinos, que van haciendo confidencias de sus secretos a cuentagotas, manteniendo en todo momento el interés dentro de un ambiente de españoles en el exilio bien recibidos por Méjico en los años de la Guerra Civil y posteriores. Una prosa directa en un lenguaje delicioso aderezado con unos toques sublimes de fraseología hispano mejicana que enriquecen la novela: allí no se habla, se platica. Yo recomendaría su lectura a todo tipo de públicos con el convencimiento de que no van a salir defraudados tras pasar unos momentos agradables y entretenidos.

En muchos momentos Aurora manifiesta su deseo de regresar a España. Su amiga Edwina le abre los ojos diciéndola «¿Pretendes pasar el resto de tu vida en ese horrible país tuyo, donde la gente viste de negro y no tiene para comer? ¿Cómo crees que tu hijo va a vivir allí, muertecito de asco? Ubícate, Aurora. Nomás abrazas al viejo y te regresas bien pronto. ¿Entendiste?»



2 comentarios:

  1. Veo que no se prodigan los comentarios a este libro...

    ¿Alguien más lo ha leido?

    No es un libro muy largo para un trimestre.

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  2. Yo no. Sigo como siempre despistada.

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