martes, 2 de junio de 2015

Los últimos pasos de John Keats, de Ángel Silvelo Gabriel

@asilgab Ángel Silvelo Gabriel, abulense de Piedralaves nacido en 1964, es funcionario de profesión y escritor de vocación. Aparte del libro que nos ocupa tiene otros publicados tales como «Dejando pasar el tiempo», «Luces detrás de ti» y «Fragmentos». Dispone igualmente de un blog titulado «Fragmentos» al que podemos acceder desde este enlace. Es un activo colaborador en varios medios como revistas y portales de internet donde publica reseñas literarias, de cine, teatro, música y arte. El libro «Los últimos pasos de John Keats» fue publicado hace ahora un año, en junio de 2014, por la editorial Playa de Ákaba, donde podemos encontrar amplia información del mismo y de su autor. Existe una película sobre los últimos tiempos de la vida de este poeta inglés titulada «Bright star», dirigida por Jane Campion y que recrea magistralmente la atmósfera victoriana y romántica inglesa de principios del XIX.

Ciñéndose estrictamente a lo manifestado en su título, el libro narra los últimos tres meses de vida del poeta John Keats en Roma, ciudad a la que se trasladó desde Inglaterra buscando un clima más apropiado para sobrellevar su enfermedad y que desde el momento de su llegada atrajo de forma deslumbradora al poeta. Dado su precario estado pecuniario, varios amigos sufragaron el viaje y la estancia en compañía de Joseph Severn, que le atendió y cuidó con una dedicación alta hasta su fallecimiento. Este viaje le supuso la separación de una persona muy especial para él, Fanny Brawne, con la que tuvo sentimientos encontrados en una relación atípica de amor y lejanía, en Inglaterra, debido principalmente a su personalidad. Los intentos de Fanny de prometerse y casarse para acompañarle en su viaje no fructificaron, por lo que continuaron su relación por carta, sistema que ya habían empleado con anterioridad cuando vivían cerca e incluso en la misma casa.


«Nada fui, nada soy y nada seré más allá de mis versos…»

«Yace aquí uno cuyo nombre fue escrito en el agua»


El autor del libro ha aceptado el reto, y el enorme riesgo, de meterse en la piel del célebre poeta inglés que, a sus 25 años, percibe la cercanía de la muerte y cuenta en voz alta y en primera persona sus reflexiones y pensamientos acerca de su vida y su obra; una tarea nada cómoda teniendo en cuenta la personalidad del joven Keats, que podríamos definir como la contradicción continua y en estado puro. Un ejercicio arriesgado resuelto con brillantez que nos proporciona multitud de frases para subrayar y pensar, al tiempo quita ese color negro que tienen los sucesos que rodean a la muerte.

«Soy un explorador de sentimientos que camina atrapado en la ciénaga de la desesperación»

«No hay nada peor para un ser humano que no poder prolongar sus pensamientos sobre el futuro».


219 páginas en papel conteniendo 47.540 vocablos conforman un alegato romántico en prosa, prosa poética, que serán mejor aprovechados por las personas con más sensibilidad. Como se ha comentado en la reunión del Club de Lectura en el que se ha tratado de este libro, con el aliciente de contar con la presencia del propio autor, el libro no hay que leerlo, hay que ir un poco más allá y…sentirlo. En mi caso, me costó en sus primeros momentos llegar a sentirlo pero a medida que se avanza en la lectura se imbuye el lector de esa gran sensibilidad poética y romántica que al autor ha sabido plasmar, con gran trabajo sin duda, al engarzar situaciones de ficción por él elaboradas con sucesos reales, siete u ocho, y las propias poesías y cartas del poeta en el tramo final de su vida, en el que ya no escribió prácticamente nada. Una vez leído el libro y no antes, mi recomendación es ver la película anteriormente citada y disfrutar de ella en todos sus aspectos, incluidas la excelente ambientación y la banda sonora.

Lorenzo Silva, conocido autor español, dijo de este libro que se trata de «Una de las novelas más bellas que jamás haya leído y que está inspirada libremente en los tres últimos meses de vida del poeta británico John Keats»

Aunque son innumerables las frases a destacar en el libro, a continuación algunas de ellas.

Severn me ha querido dar una sorpresa, ¿quizá la última?, y me ha invitado a pasear por Via del Corso. Sin apenas darnos cuenta, durante todo el paseo hemos sido escoltados por iglesias centenarias y por fachadas de edificios desconchadas en caprichosas formas alegóricas. «Símbolos majestuosos de la más pura dejadez romántica», pienso. ¿Acaso hay mejor despedida que esta para toda una vida?

Fanny, ¿dónde estás? Necesito llegar a ti y romper la cuerda que me tiene prisionero. ¿Cuándo volveremos a pasear por la campiña teñida de violetas?

...cuando uno se zambulle en un lago, no es para nadar hasta la orilla de inmediato, sino para mojarse, para deleitarse con la sensación del agua. No hace falta entender el lago, la experiencia está más allá del pensamiento. La poesía calma, envalentona el alma y acepta el misterio.

Tengo constantemente la impresión de que mi vida real ha transcurrido ya, y que estoy llevando una existencia póstuma.

La admiración que Severn me profesa es la más infinita manifestación de su condición humana, y es tan grande, que consigue adormecer mi sufrimiento. Sin embargo, mi agradecimiento es el silencio, y en la mayoría de las ocasiones todo se limita a un juego de miradas que no llegan a transformarse en palabras.

No hay nada peor para un ser humano que no poder prolongar sus pensamientos sobre el futuro.

¿Qué sería del hombre antes de que supiese leer y escribir?

1 comentario:

  1. Ángel Luis, muchas gracias por esta gran reseña. Un placer compartir con todos vosotros esta tarde entorno a Keast y, sin duda, un privilegio teneros como lectores. Un abrazo

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