Julio Cortázar fue un escritor, traductor e intelectual argentino nacido en Ixelles, Bélgica, debido a que su padre estaba asignado a la embajada argentina de ese país. Al coincidir su año de nacimiento con el estallido de la Primera Guerra Mundial, la familia permaneció más de lo previsto en Bélgica, regresando posteriormente a Argentina donde fijaron su residencia en Buenos Aires. Realizó estudios de magisterio y letras, ejerciendo de profesor de Lengua y Literatura francesa en varios institutos y posteriormente en la Universidad de Cuyo. En 1951 consiguió una beca para realizar estudios en París, ciudad en la que fijó su residencia ejerciendo como traductor de la UNESCO. En 1981 se nacionalizó francés en protesta por la situación política en su país. Preocupado siempre por las cuestiones sociales, fue gran viajero y uno de los mayores valedores del boom de la literatura hispanoamericana a mediados del siglo XX. Falleció en París en 1984 a la edad de sesenta y nueve años dejando una bibliografía extensa entre la que quizá la más conocida de sus obras sea «Rayuela», publicada en el año 1962, una obra que despertó gran curiosidad al plantear al lector la elección del orden de lectura de sus capítulos. Por mencionar otra señalaré «Las babas del diablo» que fue llevada al cine en la magnífica película «Blow up» dirigida por Michelangelo Antonioni.
El libro que comentamos hoy está compuesto por una sucesión de relatos estrambóticos, absurdos, sin pies ni cabeza que diría un castizo. Rompe cualquier molde establecido y desconcierta al lector que no es capaz de explicar lo que está leyendo, aunque tiene la virtud de conseguir que siga adelante y no abandone la lectura; la provocación y la ironía son constantes y envuelven al lector en una camisa de fuerza de la que no puede escapar. Los cronopios y las famas, y otros personajes de la novela como las esperanzas, son entes inventados por el propio Cortázar que escapan a cualquier definición posible y de los que lo único que dejó ver el autor es que se trataba de seres verdes y húmedos, ingenuos y surrealistas en el caso de los cronopios, mientras que «los famas son buenos y las esperanzas bobas». Y además «…por eso en las sociedades filantrópicas las autoridades son todas famas, y la bibliotecaria es una esperanza». El relato está dividido en cuatro partes diferenciadas: Manual de Instrucciones, Ocupaciones raras, Material plástico y por último la propia historia de Cronopios y Famas.
Modestamente pienso que solo la fama de esta novela y del autor incita al lector a adentrarse en la misma y permanecer en ella hasta el final. Hay que reconocer en ella raudales de ingenio, absurdidad, mucho atrevimiento, un lenguaje por momentos incomprensible y unas situaciones difíciles cuando no imposibles de atisbar y digerir. El diccionario está de vacaciones para muchas expresiones y la sucesión del relato es totalmente atemporal y carente de toda lógica. Diría que me están tomando el pelo con mi consentimiento si como digo la fama no precediera a esta obra que por lo menos es corta, con algo menos de veintitrés mil vocablos, lo que hace que el posible suplicio percibido de su lectura sea breve y llevadero. Sin embargo, en el club de lectura donde hemos tratado este libro, todo han sido parabienes y excelencias. Una forma de acometer la lectura de sus múltiples y cortos relatos podría ser a pequeños sorbos, casi de uno en uno, evitando la tentación de leer el libro de forma continuada.
El siguiente párrafo descriptivo del autor está tomado de internet: «se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, comparable a Jorge Luis Borges, Antón Chéjov o Edgar Allan Poe, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica, pocas veces vista hasta entonces. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el surrealismo».
Hola,
ResponderEliminarhas sido nominada a los premios LIESBERG , donde tienes que responder unas preguntas en
https://unmundollenodepalabras11.blogspot.com
un beso
Anarai
INSTRUCCIONES PARA LEER A CORTÁZAR
ResponderEliminarSi es tu primer acercamiento porque alguna coordinadora de club de lectura haya impuesto el tomo, no dejes que los rumores de familiares o amigos te destrocen el acto.
Evita querer saber lo que es un cronopio antes de abrir el libro, no lo preguntes directamente al menos, y jamás con frases directas y cortantes. Si aún así la curiosidad te provoca calambres en los codos
o náuseas,
procura dar delirantes rodeos y nunca utilizar palabras desgastadas para recabar respuestas, pues si tu interlocutor no es lector habitual o es lo que llamamos un falso lector, provocarás en él el típico arrebato de ignorancia que se suple con la primera información que acuda a su cabeza y posteriormente a su boca.
Abre el libro por la primera página en cuanto tengas un momento, es el acto más íntimo pero también más lógico. Aunque a medida que te dejes engatusar por el absurdo, se recomienda una lectura saltimbanqui, o lo que es lo mismo, abre páginas al azar, procurando siempre que coincidan con el inicio de alguno de sus misteriosos, jerigonzos, alocados y maravillosos cuentos. Si se desea empezar por el final, Rayuela para todos.
Usurpa varias personalidades durante un mismo relato. Tiembla de pies a cabeza cuando alguno toque tus fibras más íntimas. Asómate a la ventana escupiendo hacia arriba si deseas irrefrenablemente imitar a algún personaje o que llueva. No escatimes esfuerzos. Alíate con las esperanzas y aprende a bailar catala en la academia de la esquina. Apadrina un huevo. Piensa que, más pronto que tarde, la vida entera se vuelve en tu contra en ese último momento.
Sigue leyendo.
No tengas miedo de no entender nada, porque en el fondo, nada es entendible y qué verdad tan grande. Déjate caer por los toboganes de su absurdo, por la tirolina de su exageración, por su univilerso. Pasa rápidamente tres o cuatro veces la misma hoja, moviendo el aire, sobre todo si es verano. Y si es invierno hazte un té caliente y que se lo beba otro. Tú lee. Ayúdate de la yema de tu índice para recalcar bien cada sílaba al tiempo que la pronuncias, y nunca nunca olvides que efectivamente.
¡Qué instrucciones más deliciosas! Muchas gracias. Nada que ver con las de Cortázar, estas se pueden llegar a.
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