Empezaré contando que hace ya muchos años mi mujer me sugirió comprar algunos libros de Dominique Lapierre, y tras leerlos ella, acepté su recomendación y los lei yo, recuerdo muy especialmente La Ciudad de la Alegría, un libro que me marcó y me dejó un imborrable recuerdo de este autor.
Posteriormente compramos algún libro más, de los que escribió en colaboración con Larry Collins, pero nada como los relacionados con sus aventuras en la India, y su afán de ayuda a los mas necesitados en aquel inmenso país, donde la solidaridad está imbuida entre los que menos tienen, y los que más tienen son los que menos la practican.
Esta mañana, como tantas otras, he escuchado la radio 'en diferido', escucho los programas que me gustan a través de podcast, ese invento de Apple para el iPod que tanto se ha extendido. Y he escuchado este podcast con una entrevista a Dominique Lapierre emitido el día 28, me ha emocionado tanto que no he podido resistirme a contarlo en este nuestro blog de lectura.
No os cuento de que va la entrevista que le hacen, os invito a que lo escuchéis vosotros mismos, y os emocionéis como lo he hecho yo, cuando habla de sus aventuras en la India, cuando conoció a La Madre Teresa de Calcuta, o de cuando le regala a una niña hambrienta una galleta....
De verdad que merece la pena escucharlo.
El caso es que la entrevista tenía un motivo especial, promocionar su nuevo libro, India mon amour, y por supuesto que ha tenido éxito, yo ya he comprado el libro, y lo leeré en breve, de momento 'reposa' en 'mi' librería de alqs2d. Esta es su carátula:
Este blog quiere estar dedicado a compartir experiencias en la lectura de libros, tanto electrónicos como físicos. Se inició para dar a conocer mis primeras andanzas con los e-reader pero el objetivo es disponer de información para leer 'lo mejor', y compartiendo información entre todos los que leemos, podemos conseguirlo.
sábado, 31 de marzo de 2012
miércoles, 28 de marzo de 2012
La Torre Oscura VII - Stephen King
Finalizó la aventura tras un larguísimo viaje que ha durado 7 novelas más 1 relato y que suponen unas 4800 páginas en papel en ediciones de bolsillo y casi 8000 en el Papyre, aunque, a pesar de que la falta de tiempo ha hecho que me ocupe más de tres meses terminarla, la verdad es que no se me ha hecho larga, para nada.
Tras la entrada en que comenté las dos primeras novelas (La Torre Oscura), había pensado ir incluyendo una pequeña reseña de cada una de las restantes según las fuera terminando, para ir siguiendo la trama de alguna manera, pero por otro lado ésto podía desvelar demasiado acerca de las aventuras de Roland y sus amigos y rebajar el interés de quién pudiera estar pensando en su lectura, así que decidí esperar hasta el final para hacerlo.
Como breve resumen, comentaré que en la tercera parte, Las Tierras Baldías, Eddie y Odetta (a quienes Roland había atraído a su lado en la segunda novela) se van preparando en su camino de convertirse en pistoleros y reciben su bautismo de fuego, siendo su actuación imprescindible para recuperar a Jake y así constituir el ka-tet, un concepto que va más allá de equipo. En la cuarta, Mago y Cristal, mientras siguen su camino hacia la Torre Oscura, Roland les cuenta un episodio de su vida pasada cuando siendo muy joven tuvo que huir de su tierra para evitar que lo matará el hombre de negro. Así llegó a Mejis con la ficticia misión de vigilar e informar de los movimientos del enemigo y donde viviría su primera y única historia de amor, que acabaria con un trágico final. Aunque esta novela no aporta demasiado al hilo principal de la serie, nos ayuda a comprender la parte más personal del protagonista, cómo se convirtió en un pistolero solitario y a ponernos en antecedentes de sucesos del pasado. En la siguiente, Lobos del Calla, continúan su viaje llegando al Calla Brin Sturgis, un territorio donde cada cierto tiempo aparece una partida de lobos a caballo que secuestran a un niño de cada una de las parejas de gemelos que nace en la zona (curiosamente siempre nacen gemelos) para devolverlos posteriormente convertidos en poco más que vegetales. Los habitantes del Calla piden ayuda a nuestro cuarteto, para acabar con esta amenaza. En la sexta parte, Canción de Sussanah, ésta ha huido por una puerta hacia el presente en Nueva York impulsada por Mia, su otra personalidad, para tener el hijo que está gestando ya que se quedó embarazada mientras un demonio la poseía cuando atrajeron a Jake. Nuestros amigos la siguen pero son enviados a distintos cuándos y dóndes, Roland y Eddie se encuentran en el pasado con un extraño personaje que tendrá mucho que ver con ellos ya que se trata de un joven escritor llamado "Stephen King", mientras Callahan -un antiguo personaje de "El misterio de Salem's Lot", otra novela de King- y Jake siguen tras Susannah. En la séptima y última parte se vuelve a reunir el ka-tet y continúan su viaje, perseguidos por un nuevo y extraño personaje, el hijo de Susannah-Mia que quiere acabar con ellos antes de que puedan alcanzar la Torre. El fondo de la cuestión es que existen billones de mundos paralelos, interconectados por puertas interdimensionales, y unidos entre sí sólo por 6 haces de energía que se cruzan en la Torre Oscura, la cual se encuentra en el centro de los mismos. De esos haces, cinco han sido destruídos y sólo queda uno que el malo de la historia, "El Rey Carmesí", está intentando romper para provocar la caída de la Torre y acabar con toda la existencia. En un episodio no contado directamente en la serie, murieron todos los pistoleros que quedaban excepto Roland, el último de su estirpe, cuyo destino a partir de ese momento sería el de detener al malvado, en la clásica lucha del bien contra el mal.
Resulta bastante complicado resumir toda esta saga pero no creo que sea lo más importante. Para mí lo mejor es que a pesar de su extensión no se me ha hecho pesada en ningún momento. Hay personajes que entran y salen de la acción continuamente; diversos escenarios y situaciones que se entrecruzan en distintos mundos y épocas discurren a lo largo del camino; referencias a Ray Bradbury, Asimov, el asesinato de Kennedy (¿la inspiración para su última novela "11/22/63"?), y el propio autor que se convierte en uno más de los personajes. A veces recordando escenas de "El Señor de los Anillos", o "Los Mitos de Cthulhu" de Lovecraft, o "La Metamorfosis" de Kafta, y siempre el trasfondo de ese pistolero, digno protagonista de un clásico western. Dice Stephen King que ésta es su obra magna aunque no sé si con ésto se refiere a "grande", que sí lo es, o a "mejor", lo que no podría asegurar ya que no he sido un fiel seguidor de este autor, pero en cualquier caso esta historia me ha parecido MUY BUENA aunque es inevitable que unas partes te gusten más que otras.
Tengo referencias de gente que le ha gustado aunque el desenlace final les pueda haber decepcionado y por otro lado hay opiniones de que era el único final posible. Yo coincido con éstas últimas. ¿Lo peor?, pues que King es como es y no faltan situaciones mas bien alucinógenas que alucinantes, tanto en algunos argumentos como en su desarrollo y que a veces despistan bastante: vampiros, telépatas, visionarios y monstruos de todo tipo aparecen a lo largo de la serie. También hay que tener en cuenta que la saga se escribió durante 30 años, y en este sentido se nota que el intrincado lenguaje de las tres primeras novelas se vuelve mucho más fluído en las últimas, y ésto contribuye a aumentar el interés del lector según vas siguiendo el desarrollo de la historia, que te absorbe y no te deja ni un momento de respiro.
Parece ser que llevan algunos años en Hollywood con la idea de llevar la historia al cine y que en varias ocasiones han puesto en marcha y posteriormente paralizado el proyecto..., cosas de la crisis. Dicen que Javier Bardem ha firmado tres largometrajes y una serie de TV de dos temporadas para protagonizar al pistolero (¡que lástima que Clint Eastwood no tenga 40 años menos!) y nadie sabe que pasará finalmente. También he leído que los creadores de la adaptación serían los mismos de la serie Perdidos, que se inspiraron en parte en esta historia con la que tiene bastantes analogías. Quien distrutó con esa serie, y no le disgusta Stephen King, lo pasará bien leyendo La Torre Oscura.
Tras la entrada en que comenté las dos primeras novelas (La Torre Oscura), había pensado ir incluyendo una pequeña reseña de cada una de las restantes según las fuera terminando, para ir siguiendo la trama de alguna manera, pero por otro lado ésto podía desvelar demasiado acerca de las aventuras de Roland y sus amigos y rebajar el interés de quién pudiera estar pensando en su lectura, así que decidí esperar hasta el final para hacerlo.
Como breve resumen, comentaré que en la tercera parte, Las Tierras Baldías, Eddie y Odetta (a quienes Roland había atraído a su lado en la segunda novela) se van preparando en su camino de convertirse en pistoleros y reciben su bautismo de fuego, siendo su actuación imprescindible para recuperar a Jake y así constituir el ka-tet, un concepto que va más allá de equipo. En la cuarta, Mago y Cristal, mientras siguen su camino hacia la Torre Oscura, Roland les cuenta un episodio de su vida pasada cuando siendo muy joven tuvo que huir de su tierra para evitar que lo matará el hombre de negro. Así llegó a Mejis con la ficticia misión de vigilar e informar de los movimientos del enemigo y donde viviría su primera y única historia de amor, que acabaria con un trágico final. Aunque esta novela no aporta demasiado al hilo principal de la serie, nos ayuda a comprender la parte más personal del protagonista, cómo se convirtió en un pistolero solitario y a ponernos en antecedentes de sucesos del pasado. En la siguiente, Lobos del Calla, continúan su viaje llegando al Calla Brin Sturgis, un territorio donde cada cierto tiempo aparece una partida de lobos a caballo que secuestran a un niño de cada una de las parejas de gemelos que nace en la zona (curiosamente siempre nacen gemelos) para devolverlos posteriormente convertidos en poco más que vegetales. Los habitantes del Calla piden ayuda a nuestro cuarteto, para acabar con esta amenaza. En la sexta parte, Canción de Sussanah, ésta ha huido por una puerta hacia el presente en Nueva York impulsada por Mia, su otra personalidad, para tener el hijo que está gestando ya que se quedó embarazada mientras un demonio la poseía cuando atrajeron a Jake. Nuestros amigos la siguen pero son enviados a distintos cuándos y dóndes, Roland y Eddie se encuentran en el pasado con un extraño personaje que tendrá mucho que ver con ellos ya que se trata de un joven escritor llamado "Stephen King", mientras Callahan -un antiguo personaje de "El misterio de Salem's Lot", otra novela de King- y Jake siguen tras Susannah. En la séptima y última parte se vuelve a reunir el ka-tet y continúan su viaje, perseguidos por un nuevo y extraño personaje, el hijo de Susannah-Mia que quiere acabar con ellos antes de que puedan alcanzar la Torre. El fondo de la cuestión es que existen billones de mundos paralelos, interconectados por puertas interdimensionales, y unidos entre sí sólo por 6 haces de energía que se cruzan en la Torre Oscura, la cual se encuentra en el centro de los mismos. De esos haces, cinco han sido destruídos y sólo queda uno que el malo de la historia, "El Rey Carmesí", está intentando romper para provocar la caída de la Torre y acabar con toda la existencia. En un episodio no contado directamente en la serie, murieron todos los pistoleros que quedaban excepto Roland, el último de su estirpe, cuyo destino a partir de ese momento sería el de detener al malvado, en la clásica lucha del bien contra el mal.
Resulta bastante complicado resumir toda esta saga pero no creo que sea lo más importante. Para mí lo mejor es que a pesar de su extensión no se me ha hecho pesada en ningún momento. Hay personajes que entran y salen de la acción continuamente; diversos escenarios y situaciones que se entrecruzan en distintos mundos y épocas discurren a lo largo del camino; referencias a Ray Bradbury, Asimov, el asesinato de Kennedy (¿la inspiración para su última novela "11/22/63"?), y el propio autor que se convierte en uno más de los personajes. A veces recordando escenas de "El Señor de los Anillos", o "Los Mitos de Cthulhu" de Lovecraft, o "La Metamorfosis" de Kafta, y siempre el trasfondo de ese pistolero, digno protagonista de un clásico western. Dice Stephen King que ésta es su obra magna aunque no sé si con ésto se refiere a "grande", que sí lo es, o a "mejor", lo que no podría asegurar ya que no he sido un fiel seguidor de este autor, pero en cualquier caso esta historia me ha parecido MUY BUENA aunque es inevitable que unas partes te gusten más que otras.
Tengo referencias de gente que le ha gustado aunque el desenlace final les pueda haber decepcionado y por otro lado hay opiniones de que era el único final posible. Yo coincido con éstas últimas. ¿Lo peor?, pues que King es como es y no faltan situaciones mas bien alucinógenas que alucinantes, tanto en algunos argumentos como en su desarrollo y que a veces despistan bastante: vampiros, telépatas, visionarios y monstruos de todo tipo aparecen a lo largo de la serie. También hay que tener en cuenta que la saga se escribió durante 30 años, y en este sentido se nota que el intrincado lenguaje de las tres primeras novelas se vuelve mucho más fluído en las últimas, y ésto contribuye a aumentar el interés del lector según vas siguiendo el desarrollo de la historia, que te absorbe y no te deja ni un momento de respiro.
Parece ser que llevan algunos años en Hollywood con la idea de llevar la historia al cine y que en varias ocasiones han puesto en marcha y posteriormente paralizado el proyecto..., cosas de la crisis. Dicen que Javier Bardem ha firmado tres largometrajes y una serie de TV de dos temporadas para protagonizar al pistolero (¡que lástima que Clint Eastwood no tenga 40 años menos!) y nadie sabe que pasará finalmente. También he leído que los creadores de la adaptación serían los mismos de la serie Perdidos, que se inspiraron en parte en esta historia con la que tiene bastantes analogías. Quien distrutó con esa serie, y no le disgusta Stephen King, lo pasará bien leyendo La Torre Oscura.
martes, 27 de marzo de 2012
La Nardo, Ramón Gómez de la Serna
Novela cortita y muy agradable para desengrasar entre lecturas de mayor consumo de tiempo. Y sin encima prescindimos del prólogo y de una entrevista que llena las primeras treinta y cinco páginas de un libro de ciento noventa y nueve, de pequeño formato y letra grande, pues mejor que mejor. Ramón Gómez de la Serna, hijo de un notable jurista puso en la imprenta su primer libro a la edad de 14 años y ya era abogado a los diecisiete, pero no llegó a ejercer absorbido por su ardor literario y sus comienzos como periodista, con una literatura de vanguardia para la época que removió el panorama español. Entre sus excentricidades se cuentan haber dado una conferencia montado sobre el trapecio de un circo en Madrid, desde el lomo de un elefante en París, subido a un farol de gas en Gijón y otras situaciones similares. Prolífico hasta la extenuación, es muy conocido por sus famosas “greguerías”. Vivió sus últimos años en Argentina, donde falleció en 1963.
Publicada en 1930, La Nardo no es otra que su protagonista, Aurelia, de gran carácter, de belleza salvaje, madrileña de rompe y rasga, expuesta a y deseada por los hombres que la rodean en el puesto que había pertenecido a su padre, en el Rastro madrileño, donde vendía o despachaba, según, porcelanas, muebles, cacharros y ropas diversas. Su blancura especial era lo que le había conseguido ese sobrenombre, con la que la trataban sus convecinas postergando su nombre de Aurelia, un poco antipático y ciertamente inapropiado para su belleza blanca, morena y verdadera.
“Había en su gesto de hembra siempre en pie, un aire desafiador y despavorido, algo que sobrepujaba la timidez de los usuales rostros de mujer.”
La noche en que se iba a acabar el mundo por el choque del cometa Asor con la Tierra, Samuel, un embaucador como ninguno, consigue entrarla en su deambular con el siguiente piropo: “¿Se la puede acompañar para saber de qué color tiene la voz?", quedando sorprendido con el hecho de obtener contestación aderezada con una sonrisa de par en par: “Hasta ahora no había oído que las voces tuvieran color”. Esto marcó una relación extraña y duradera entre los dos aunque Samuel se convirtió en algo así como el chulo que exhibía a su compañera por todos los barrios de Madrid a la caza y captura de un sinfín de personajes en relaciones cortas e intensas. De todo tipo, pelaje y condición, por lo general alta y adinerada, pasaron fugazmente por las manos de Aurelia que siempre tenía a Samuel como referencia donde recalar antes de empezar una nueva aventura. Al final comparte suicidio con morfina y cuchillada con el último de sus acompañantes, Federico, jurado de un concurso de belleza de la que fue ganadora.
Pinceladas cortas, escenas rápidas y fugaces que se suceden a un ritmo vertiginoso quedando inconclusas, recorridos fugaces por el viejo y castizo Madrid. Una novelita entretenida, que se lee en poco tiempo, escasas horas, y que deja un buen sabor de boca con un lenguaje que atrae y algunos giros que uno incorporaría al terreno personal sino temiera ser tildado de pedante.
Publicada en 1930, La Nardo no es otra que su protagonista, Aurelia, de gran carácter, de belleza salvaje, madrileña de rompe y rasga, expuesta a y deseada por los hombres que la rodean en el puesto que había pertenecido a su padre, en el Rastro madrileño, donde vendía o despachaba, según, porcelanas, muebles, cacharros y ropas diversas. Su blancura especial era lo que le había conseguido ese sobrenombre, con la que la trataban sus convecinas postergando su nombre de Aurelia, un poco antipático y ciertamente inapropiado para su belleza blanca, morena y verdadera.
“Había en su gesto de hembra siempre en pie, un aire desafiador y despavorido, algo que sobrepujaba la timidez de los usuales rostros de mujer.”
La noche en que se iba a acabar el mundo por el choque del cometa Asor con la Tierra, Samuel, un embaucador como ninguno, consigue entrarla en su deambular con el siguiente piropo: “¿Se la puede acompañar para saber de qué color tiene la voz?", quedando sorprendido con el hecho de obtener contestación aderezada con una sonrisa de par en par: “Hasta ahora no había oído que las voces tuvieran color”. Esto marcó una relación extraña y duradera entre los dos aunque Samuel se convirtió en algo así como el chulo que exhibía a su compañera por todos los barrios de Madrid a la caza y captura de un sinfín de personajes en relaciones cortas e intensas. De todo tipo, pelaje y condición, por lo general alta y adinerada, pasaron fugazmente por las manos de Aurelia que siempre tenía a Samuel como referencia donde recalar antes de empezar una nueva aventura. Al final comparte suicidio con morfina y cuchillada con el último de sus acompañantes, Federico, jurado de un concurso de belleza de la que fue ganadora.
Pinceladas cortas, escenas rápidas y fugaces que se suceden a un ritmo vertiginoso quedando inconclusas, recorridos fugaces por el viejo y castizo Madrid. Una novelita entretenida, que se lee en poco tiempo, escasas horas, y que deja un buen sabor de boca con un lenguaje que atrae y algunos giros que uno incorporaría al terreno personal sino temiera ser tildado de pedante.
domingo, 25 de marzo de 2012
Madame Bovary, Gustave Flaubert
El realismo literario surge en Francia como una violenta reacción contra el subjetivismo e idealismo de la época romántica anterior. Basado en la reproducción fiel de la realidad a través de la escritura, pero siempre bajo el enfoque del autor, sus máximos representantes son Stendhal, con su novela Rojo y Negro ya comentada en el blog y Gustave Flaubert con esta Madame Bovary. Los autores tratan de ofrecer situaciones de la vida cotidiana, a modo de crónica social, describiendo minuciosamente y con alto grado de detalle las situaciones, las motivaciones y los sentimientos de los personajes, a modo de denuncia de los males que afectan a la sociedad y apuntan soluciones para acabar con ellos. Madame Bovary fue publicada en 1857 y costó a su autor y su editor un procesamiento por escándalo e inmoralidad, del que consiguieron salir indemnes por los pelos y que empañó el lanzamiento del libro. Esta novela es un acrítica abierta al romanticismo y un homenaje encubierto al Quijote y las novelas de aventura, género del que Flaubert era un ferviente admirador.
Madame Bovary, subtitulada en su día “Costumbres provincianas”, es la historia de Emma, hija de un granjero con posibles, que estudia en un colegio acomodado y gusta de leer todo tipo de novelas románticas que exacerban su fantasía y llenan su cabeza de sueños de una vida lujosa y de placeres. Carlos Bovary es médico de pueblo, sin muchas luces, que acaba de enviudar de su anterior matrimonio y se enamora profundamente de Emma. A pesar de tener una hija, Berta, la vida familiar asfixia y ahoga a Emma, con lo que busca dar rienda suelta a sus fantasías en acciones fuera de su matrimonio, primero con León Dupuis, pasante de notario y a la marcha de este, con Rodolfo Boulanger, rico terrateniente. Dos personajes vanidosos y engreídos pero no menos que ella. Un corto pensamiento de Rodolfo en sus primeros contactos explica claramente sus intenciones: “¡Pobre mujercita! Sueña con el amor, como una carpa con el agua en una mesa de cocina. Con tres palabritas galantes, se conquistaría, estoy seguro, ¡sería tierna, encantadora!... Sí, pero ¿cómo deshacerse de ella después?”. Resulta curioso el personaje del boticario Hormais al que en pequeñas pinceladas se le concede un papel relevante en la novela.
Cuando parecía que Emma iba a colmar sus expectativas con la planeada huida con Rodolfo, este la deja y la hace sumirse en una profunda melancolía, presa de nuevo en su mundo pueblerino que detesta. Escapadas a la ciudad y gastos superfluos la sumen en deudas cada vez más cuantiosas que no puede saldar, a pesar de rebajarse a unos y otros. Al final se suicida ingiriendo arsénico que le facilita el ayudante del boticario. En palabras de la propia novela “Carlos no era de esos que penetran hasta el fondo de las cosas; retrocedió ante las pruebas y sus celos inciertos se perdieron en la inmensidad de su pena”. La sigue queriendo ajeno a todos sus devaneos hasta que al final descubre todo y muere sin guardar rencor a sus adversarios, en especial a Rodolfo con el que llega a entrevistarse y pensar que todo lo que ha habido entre él y su esposa ha sido amor platónico.
Una historia convencional de adulterio y suicidio que se convierte en un profundo análisis humano, un ataque virulento a la monotonía, la desilusión y la falta de incentivo de la vida burguesa en un pueblo o en la ciudad. Con la imaginación repleta de amor y pasión, fruto de sus lecturas románticas de juventud, Emma está ahogada en una vida matrimonial insulsa y trata de escapar a ella en situaciones que a la postre no son sino otra versión de su aburrida vida aunque al principio pueda parecer lo contrario. Las descripciones de personajes y situaciones son muy precisas y minuciosas, de gran riqueza y verosimilitud, reflejando con gran acierto la tragedia humana. Aunque en sus comienzos no fue una obra literaria que tuviera buena acogida, con el tiempo ha llegado a ser considerada una de las obras maestras de la literatura y del realismo.
Madame Bovary, subtitulada en su día “Costumbres provincianas”, es la historia de Emma, hija de un granjero con posibles, que estudia en un colegio acomodado y gusta de leer todo tipo de novelas románticas que exacerban su fantasía y llenan su cabeza de sueños de una vida lujosa y de placeres. Carlos Bovary es médico de pueblo, sin muchas luces, que acaba de enviudar de su anterior matrimonio y se enamora profundamente de Emma. A pesar de tener una hija, Berta, la vida familiar asfixia y ahoga a Emma, con lo que busca dar rienda suelta a sus fantasías en acciones fuera de su matrimonio, primero con León Dupuis, pasante de notario y a la marcha de este, con Rodolfo Boulanger, rico terrateniente. Dos personajes vanidosos y engreídos pero no menos que ella. Un corto pensamiento de Rodolfo en sus primeros contactos explica claramente sus intenciones: “¡Pobre mujercita! Sueña con el amor, como una carpa con el agua en una mesa de cocina. Con tres palabritas galantes, se conquistaría, estoy seguro, ¡sería tierna, encantadora!... Sí, pero ¿cómo deshacerse de ella después?”. Resulta curioso el personaje del boticario Hormais al que en pequeñas pinceladas se le concede un papel relevante en la novela.
Cuando parecía que Emma iba a colmar sus expectativas con la planeada huida con Rodolfo, este la deja y la hace sumirse en una profunda melancolía, presa de nuevo en su mundo pueblerino que detesta. Escapadas a la ciudad y gastos superfluos la sumen en deudas cada vez más cuantiosas que no puede saldar, a pesar de rebajarse a unos y otros. Al final se suicida ingiriendo arsénico que le facilita el ayudante del boticario. En palabras de la propia novela “Carlos no era de esos que penetran hasta el fondo de las cosas; retrocedió ante las pruebas y sus celos inciertos se perdieron en la inmensidad de su pena”. La sigue queriendo ajeno a todos sus devaneos hasta que al final descubre todo y muere sin guardar rencor a sus adversarios, en especial a Rodolfo con el que llega a entrevistarse y pensar que todo lo que ha habido entre él y su esposa ha sido amor platónico.
Una historia convencional de adulterio y suicidio que se convierte en un profundo análisis humano, un ataque virulento a la monotonía, la desilusión y la falta de incentivo de la vida burguesa en un pueblo o en la ciudad. Con la imaginación repleta de amor y pasión, fruto de sus lecturas románticas de juventud, Emma está ahogada en una vida matrimonial insulsa y trata de escapar a ella en situaciones que a la postre no son sino otra versión de su aburrida vida aunque al principio pueda parecer lo contrario. Las descripciones de personajes y situaciones son muy precisas y minuciosas, de gran riqueza y verosimilitud, reflejando con gran acierto la tragedia humana. Aunque en sus comienzos no fue una obra literaria que tuviera buena acogida, con el tiempo ha llegado a ser considerada una de las obras maestras de la literatura y del realismo.
martes, 13 de marzo de 2012
Libertad, Jonathan Franzen
La prosa utilizada con maestría en esta novela nos ofrece un relato, a veces pormenorizado, de la vida de una familia americana prácticamente actual. Los personajes nos pueden parecer cercanos dada su actualidad y podemos considerarla como un relato histórico del presente, una foto de nuestro tiempo a lo largo de las muchas páginas que contiene el libro.
Patty es el eje de la historia, no sé si bien puede considerarse la protagonista. Llega a ser una buena baloncestista en el equipo de la universidad pero sus tendencias maternales la dejan en casa al cuidado de sus dos hijos, lejos de toda actividad laboral. Walter, su marido, Joey y Jessica, sus dos hijos, Lalitha, la joven secretaria de Walter que vive en su misma casa, los vecinos, los familiares, incluso amigos íntimos, entran y salen en la historia, dejando un rastro a veces detallado y a veces no tanto de sus situaciones y sus devenires en la sociedad norteamericana de nuestros días, no faltando alusiones a hechos reales de la situación mundial actual. La crisis del matrimonio cuando los hijos vuelan del hogar, propiciada con Richard, un amigo común del matrimonio, da un giro violento a la narración y pone al matrimonio en sendas distintas lejos el uno del otro. La resolución final, con el gato Bobby como principal protagonista, está muy bien lograda y deja un buen sabor de boca por aquello de los finales casi felices. Algunos hechos son tratados hasta el más mínimo detalle llegando a provocar sorpresa en el lector, como cuando Joey se traga su anillo de recién-casado-en-secreto valorado en un montón de dólares mientras juega con él en la boca y luego tiene que recuperarlo, en el baño de un motel mientras se encuentra con una amiga, de una forma que podemos imaginar.
Su reciente publicación el año pasado impide tener una perspectiva de temporalidad al juzgar esta historia, que es demasiado reciente, demasiado actual. El tiempo la dotará de un barniz y la convertirá, probablemente, en una gran historia, quizá en una obra maestra. Sin grandes pretensiones, está bien entretejida y los saltos de unos personajes a otros y de unas situaciones a otras mantienen el interés del lector ante lo que no es si una historia sencilla muy bien contada y es ahí donde quizá resida su brillantez. Los sentimientos de los personajes son tratados con exquisito cuidado y siempre desde un prisma de constante verosimilitud. Las numerosas situaciones descritas bien pudieran ser pistas para los propios padres actuales de cómo funcionan sus hijos, y para estos cómo funcionan aquellos, que hacen y cómo se comportan, como tratan a los abuelos y como son tratados por ellos. Una historia humana, real, sencilla y apasionante a la vez que deja un buen sabor de boca tras bastantes horas de lectura. No sabemos, y eso depende de cada lector, si los personajes han alcanzado la libertad o siguen tratando de encontrarla.
Patty es el eje de la historia, no sé si bien puede considerarse la protagonista. Llega a ser una buena baloncestista en el equipo de la universidad pero sus tendencias maternales la dejan en casa al cuidado de sus dos hijos, lejos de toda actividad laboral. Walter, su marido, Joey y Jessica, sus dos hijos, Lalitha, la joven secretaria de Walter que vive en su misma casa, los vecinos, los familiares, incluso amigos íntimos, entran y salen en la historia, dejando un rastro a veces detallado y a veces no tanto de sus situaciones y sus devenires en la sociedad norteamericana de nuestros días, no faltando alusiones a hechos reales de la situación mundial actual. La crisis del matrimonio cuando los hijos vuelan del hogar, propiciada con Richard, un amigo común del matrimonio, da un giro violento a la narración y pone al matrimonio en sendas distintas lejos el uno del otro. La resolución final, con el gato Bobby como principal protagonista, está muy bien lograda y deja un buen sabor de boca por aquello de los finales casi felices. Algunos hechos son tratados hasta el más mínimo detalle llegando a provocar sorpresa en el lector, como cuando Joey se traga su anillo de recién-casado-en-secreto valorado en un montón de dólares mientras juega con él en la boca y luego tiene que recuperarlo, en el baño de un motel mientras se encuentra con una amiga, de una forma que podemos imaginar.
Su reciente publicación el año pasado impide tener una perspectiva de temporalidad al juzgar esta historia, que es demasiado reciente, demasiado actual. El tiempo la dotará de un barniz y la convertirá, probablemente, en una gran historia, quizá en una obra maestra. Sin grandes pretensiones, está bien entretejida y los saltos de unos personajes a otros y de unas situaciones a otras mantienen el interés del lector ante lo que no es si una historia sencilla muy bien contada y es ahí donde quizá resida su brillantez. Los sentimientos de los personajes son tratados con exquisito cuidado y siempre desde un prisma de constante verosimilitud. Las numerosas situaciones descritas bien pudieran ser pistas para los propios padres actuales de cómo funcionan sus hijos, y para estos cómo funcionan aquellos, que hacen y cómo se comportan, como tratan a los abuelos y como son tratados por ellos. Una historia humana, real, sencilla y apasionante a la vez que deja un buen sabor de boca tras bastantes horas de lectura. No sabemos, y eso depende de cada lector, si los personajes han alcanzado la libertad o siguen tratando de encontrarla.
domingo, 4 de marzo de 2012
Superficiales, ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?, Nicholas Carr
Hace ya tiempo que este libro se encuentra entre los de busca y captura de la biblioteca Alqs2d. Y tendrá que seguir ya que la edición localizada ha sido en papel en una biblioteca. Es un libro cuyo contenido me ha sorprendido quizá porque me he acercado a él sin saber lo que me iba a encontrar. Muy muy técnico, con multitud de reseñas a autores, informáticos, psicólogos, pensadores, etc. En suma, una gran recopilación de información que el autor pone a nuestra disposición por si no logra convencernos del argumento que forma el hilo conductual de su exposición: los cambios que se están produciendo en nuestros cerebros a raíz de las nuevas tecnologías que cada vez usamos más.
Decir Internet es una forma de simplificar lo que supone el mundo de los ordenadores que nos rodea y en el cual Internet es una parte fundamental pero no el todo. Nuestro cerebro dispone de una plasticidad importante, sus componentes celulares no son rígidos y es capaz de adaptarse, a base de experiencia, constancia, aprendizaje y necesidad, a cualquier uso que le demos. Y cuando este uso es continuado y constante en el tiempo, nuestras conexiones neuronales, nuestras sinapsis, cambiarán para ejecutar los nuevos procesos de manera más efectiva, eficaz y eficiente. Un ejemplo propuesto por el autor y que no está lejano en el tiempo: no es lo mismo para un escritor plasmar sus ideas en un documento manuscrito, en una máquina de escribir o en un moderno procesador de textos. La celeridad a la que debe, o puede, desarrollar sus ideas es absolutamente diferente en cada uno de los tres casos simplemente por la velocidad que se tarda en transferirlos a lenguaje escrito.
Aunque vemos mucho, leemos mucho y oímos mucho, lo hacemos de manera superficial, de ahí el título del libro. Muchos de nosotros lo hemos experimentado ya. “Hiperconectados”, pasamos por encima de vídeos, canciones, programas de radio o textos para detectar si nos interesan. Y muchas veces cuando decidimos que nos interesa, lo guardamos en nuestros discos duros, nuestra “memoria extendida actual”, para procesarlo más tarde o simplemente tenerlo a mano para el futuro. No tenemos necesidad de memorizarlo, simplemente de saber dónde acudir si nos hace falta, que generalmente no lo será, pues ya pone a la red a nuestro servicio buscadores potentes que nos brindan la información en segundos y más actualizada.
El apéndice final recopilatorio de notas de referencias, que ocupa treinta y cinco páginas en la edición impresa y las lecturas sugeridas son una fuente inagotable de pistas para el curioso lector que intente profundizar en la plasticidad cerebral, la historia del libro, la mente del lector, mapas y cartografía, relojes, historia intelectual de la tecnología, ordenadores, internet e inteligencia artificial. Una joya en estos tiempos que corren, en que lo digital puede llegar a convertirse en una de las llamadas drogas sin sustancia a la que muchos pueden engancharse, poco a poco, sin darse cuenta, si es que no lo están ya.
Decir Internet es una forma de simplificar lo que supone el mundo de los ordenadores que nos rodea y en el cual Internet es una parte fundamental pero no el todo. Nuestro cerebro dispone de una plasticidad importante, sus componentes celulares no son rígidos y es capaz de adaptarse, a base de experiencia, constancia, aprendizaje y necesidad, a cualquier uso que le demos. Y cuando este uso es continuado y constante en el tiempo, nuestras conexiones neuronales, nuestras sinapsis, cambiarán para ejecutar los nuevos procesos de manera más efectiva, eficaz y eficiente. Un ejemplo propuesto por el autor y que no está lejano en el tiempo: no es lo mismo para un escritor plasmar sus ideas en un documento manuscrito, en una máquina de escribir o en un moderno procesador de textos. La celeridad a la que debe, o puede, desarrollar sus ideas es absolutamente diferente en cada uno de los tres casos simplemente por la velocidad que se tarda en transferirlos a lenguaje escrito.
Aunque vemos mucho, leemos mucho y oímos mucho, lo hacemos de manera superficial, de ahí el título del libro. Muchos de nosotros lo hemos experimentado ya. “Hiperconectados”, pasamos por encima de vídeos, canciones, programas de radio o textos para detectar si nos interesan. Y muchas veces cuando decidimos que nos interesa, lo guardamos en nuestros discos duros, nuestra “memoria extendida actual”, para procesarlo más tarde o simplemente tenerlo a mano para el futuro. No tenemos necesidad de memorizarlo, simplemente de saber dónde acudir si nos hace falta, que generalmente no lo será, pues ya pone a la red a nuestro servicio buscadores potentes que nos brindan la información en segundos y más actualizada.
El apéndice final recopilatorio de notas de referencias, que ocupa treinta y cinco páginas en la edición impresa y las lecturas sugeridas son una fuente inagotable de pistas para el curioso lector que intente profundizar en la plasticidad cerebral, la historia del libro, la mente del lector, mapas y cartografía, relojes, historia intelectual de la tecnología, ordenadores, internet e inteligencia artificial. Una joya en estos tiempos que corren, en que lo digital puede llegar a convertirse en una de las llamadas drogas sin sustancia a la que muchos pueden engancharse, poco a poco, sin darse cuenta, si es que no lo están ya.