Mucho más que una gran biografía. PUNTUACIÓN 4/5 |
Tras la estela de personas
interesantes recolectas comentarios y sugerencias valiosas. En un club de
lectura topé, entre otras, con una persona cuyas reflexiones literarias, sus
comedidas y certeras ideas exprimidas tras la lectura, no me dejan de sorprender e
instruir. De su boca atrápé el consejo de acercarme a ese libro aquí
reseñado, como obra imprescindible par comprender la novela “nada” de Carmen
Laforet. Siempre acostumbro coleccionar sus consejos y me embarqué en una
difícil búsqueda por la red de bibliotecas de la Comunidad de Madrid, hasta
conseguir un ejemplar.
Deslumbrante. No tengo otro
adjetivo para describir el libro. Esta biografía literaria de Carmen Laforet,
densa, profunda, perfectamente cronificada y documentada, estudia la vida de
esta escritura emblemática y oscura.
Los autores de la obra hacen una metódica introspección en la compleja y encriptada vida de Laforet, acompañada de una exégesis literaria de su sinuosa y declinante producción narrativa y periodística. Del libro podemos entresacar una imagen fidedigna de la escritora, de las simas de su personalidad, su agravamiento progresivo, víctima de una patología degenerativa, que acabó postrándola en una doliente y terrible máscara de incomunicación y soledad, espejo de la imagen pública con la que al final de sus días fue recordada por sus escasos allegados.
Pienso innecesario perfilar nada de la trayectoria vital, cuyo desarrollo y explaye, consta en el libro, pero si quisiera abundar en el autobiografismo de su novela “nada”, aspecto documentado a la perfección en este libro que reseño. Anna Caballé e Israel Rolón, con numerosas citas y explicaciones demuestran la cimentación de la novela que la encumbró al éxito en la propia vida de Carmen Laforet, con paralelismos entre personajes narrativos y sus propios familiares y amistades inequívocos, con escenarios, como la Calle Aribau de Barcelona y situaciones, como su propio viaje desde el archipiélago canario a la misma edad que Andrea, la protagonista de la novela.
Pero la biografía aporta mucho más al lector. También se ocupa en reconstruir la conflictiva relación con sus editores, JosepVergés, de editorial Destino y José Manuel Lara, de editorial Planeta, siempre deseosos de obtener nuevas obras de la escritora y víctimas de su actitud huidiza y mendaz, dado que, la realidad subyacente, era que Laforet vivió siempre de los réditos económicos y artísticos de su novela “nada”, unos derechos de autor de una obra bendecida por la fortuna, que aún se continua leyendo, reeditando, vendiendo y estudiando en este país, como testimonio único e irrepetible de la Barcelona de la posguerra civil española.
Su talento se eclipsó nada más exhibirse en la citada novela. Sus posteriores trabajos literarios nunca satisfacieron las expectativas generadas por su obra emblemática y su creatividad languideció con lentitud y sin freno, junto con su carácter, cada vez más patológico, tendente al aislamiento selectivo, a eludir responsabilidades profesionales y familiares.
A medida que leemos en la biografía descubrimos cómo vivió y trabajó la escritora, y aparecen personajes que resumen parte del mundo literario del siglo XX español.- Entre ellos cabe destacar, como más significativos en la vida la escritora: Manuel Cerezales, editor y marido durante muchos años, al que culpabilizaba de su infertilidad literaria; una intensa relación de amistad con Linka Bebecka, persona que inspiró a la Enna de la novela nada; Ramón J Sender, escritor con el que mantuvo una relación epistolar y afectiva, nunca consumada en un proyecto más comprometido, por falta de empatía de Laforet; Lilí Alvarez, tenista de gran carisma que influyó marcadamente la religiosidad de la escritora y cuyo atractivo y personalidad subyugó durante muchos años; Rafael Alberti y María Teresa León, Paco Rabal en su estancia italiana, y mucho otros como Rosa María Cajal, Carmen Castro Madinabeitia, Nestor Luján, Emilio Sanz de Soto o Luis Antonio de Villena.
Los autores de la obra hacen una metódica introspección en la compleja y encriptada vida de Laforet, acompañada de una exégesis literaria de su sinuosa y declinante producción narrativa y periodística. Del libro podemos entresacar una imagen fidedigna de la escritora, de las simas de su personalidad, su agravamiento progresivo, víctima de una patología degenerativa, que acabó postrándola en una doliente y terrible máscara de incomunicación y soledad, espejo de la imagen pública con la que al final de sus días fue recordada por sus escasos allegados.
Pienso innecesario perfilar nada de la trayectoria vital, cuyo desarrollo y explaye, consta en el libro, pero si quisiera abundar en el autobiografismo de su novela “nada”, aspecto documentado a la perfección en este libro que reseño. Anna Caballé e Israel Rolón, con numerosas citas y explicaciones demuestran la cimentación de la novela que la encumbró al éxito en la propia vida de Carmen Laforet, con paralelismos entre personajes narrativos y sus propios familiares y amistades inequívocos, con escenarios, como la Calle Aribau de Barcelona y situaciones, como su propio viaje desde el archipiélago canario a la misma edad que Andrea, la protagonista de la novela.
Pero la biografía aporta mucho más al lector. También se ocupa en reconstruir la conflictiva relación con sus editores, JosepVergés, de editorial Destino y José Manuel Lara, de editorial Planeta, siempre deseosos de obtener nuevas obras de la escritora y víctimas de su actitud huidiza y mendaz, dado que, la realidad subyacente, era que Laforet vivió siempre de los réditos económicos y artísticos de su novela “nada”, unos derechos de autor de una obra bendecida por la fortuna, que aún se continua leyendo, reeditando, vendiendo y estudiando en este país, como testimonio único e irrepetible de la Barcelona de la posguerra civil española.
Su talento se eclipsó nada más exhibirse en la citada novela. Sus posteriores trabajos literarios nunca satisfacieron las expectativas generadas por su obra emblemática y su creatividad languideció con lentitud y sin freno, junto con su carácter, cada vez más patológico, tendente al aislamiento selectivo, a eludir responsabilidades profesionales y familiares.
A medida que leemos en la biografía descubrimos cómo vivió y trabajó la escritora, y aparecen personajes que resumen parte del mundo literario del siglo XX español.- Entre ellos cabe destacar, como más significativos en la vida la escritora: Manuel Cerezales, editor y marido durante muchos años, al que culpabilizaba de su infertilidad literaria; una intensa relación de amistad con Linka Bebecka, persona que inspiró a la Enna de la novela nada; Ramón J Sender, escritor con el que mantuvo una relación epistolar y afectiva, nunca consumada en un proyecto más comprometido, por falta de empatía de Laforet; Lilí Alvarez, tenista de gran carisma que influyó marcadamente la religiosidad de la escritora y cuyo atractivo y personalidad subyugó durante muchos años; Rafael Alberti y María Teresa León, Paco Rabal en su estancia italiana, y mucho otros como Rosa María Cajal, Carmen Castro Madinabeitia, Nestor Luján, Emilio Sanz de Soto o Luis Antonio de Villena.
El resumen del contenido del
libro es claro y desolador. Una mujer de talento literario evidente, poseedora
de una sensibilidad para la escritura demostrada, pero a su vez,
desequilibrada, intermitente, insegura. Su vida y trayectoria narrativa es un
ejemplo de escapismo, de proyectos abortados por su inconstancia y temor a la
publicación, al escrutinio del lector,
en una constante huida en picado hacia el vacío. Su periplo vital quedó salpicado
de muestras de su manifiesta inmadurez, incapaz de solucionar nimios problemas domésticos,
delegados en las mujeres que atendían las labores del hogar, obligadas a
ejercer de madres y administradoras subsidiarias de sus hijos. Un matrimonio
fracasado. Amistades a las que sometió a la dura prueba de su ensimismamiento y
caprichos emocionales. Una mujer incapaz, por ejemplo, de manejarse por los
pasillos de un aeropuerto, hacer un transbordo de medio de transporte, de
mantener una entrevista con un periodista sin una tensión evidente en su
lenguaje expresivo y corporal, de una agorafobia patológica, casi siempre,
incluso con sus amistades más fieles, cobijada en una silente pasividad nimbada
de la aureola del humo de sus cigarrillos.
Acabada la prolija biografía
sientes una condolencia hacia la persona de Carmen Laforet, como personalidad
literaria y humana. Una mujer, muy moderna y valiente para su época, carente de
recursos emocionales para mantenerse a la
vanguardia editorial y de una inestabilidad enfermiza que sufrió el
desmoronamiento de su creatividad y de sus proyectos vitales a una edad muy
temprana. Su condición de novelista famosa la obligó a convivir y huir de un
mundo de intelectuales y escritores en el que se sabía desubicada, advenediza y cuestionada.
Una fuga incesante en una búsqueda sin horizonte como el resto de su vida y su vacante bibliografía.-
Un libro de divulgación literaria y biográfica, imprescindible para quienes se quieran acercar a Carmen Laforet, y sobre todo muy humano.
Una fuga incesante en una búsqueda sin horizonte como el resto de su vida y su vacante bibliografía.-
Un libro de divulgación literaria y biográfica, imprescindible para quienes se quieran acercar a Carmen Laforet, y sobre todo muy humano.
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