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domingo, 24 de noviembre de 2019

Contra todos los dioses, de A.C. Grayling


Anthony Clifford Grayling, autor y filósofo británico, nació en Luanshya, Rodesia del norte —actual Zambia—, en 1949.Su infancia transcurrió en su lugar de nacimiento y Malawi, trasladándose posteriormente a Gran Bretaña donde fue profesor de universidad en humanidades y filosofía. Es autor de una treintena de libros sobre filosofía, biografía, historia de las ideas, derechos humanos y ética. Miembro de diversas entidades nacionales e internacionales, entre ellas el Foro Económico Mundial, escribió en diarios como The Guardian y colaboró con medios como la BBC en temas de ciencia y sociedad. Ha dado conferencias en muchos países del mundo y recibido numerosos premios a lo largo de su vida. A sus setenta años continúa residiendo en el Reino Unido.

La sinopsis de este libro queda perfectamente reflejada en sus alegaciones iniciales:

Ha llegado la hora de subvertir la idea de que el credo religioso merece respeto por sí mismo, y de que debería tratárselo con guantes de seda.

Ha llegado la hora de rechazar tener que andar de puntillas al pasar junto a las personas que reclaman respeto, consideración, un trato especial o cualquier otra forma de inmunidad, por el simple hecho de tener fe religiosa, como si tener fe fuera una virtud privilegiada, como si fuera más noble creer en afirmaciones sin fundamento y en antiguas supersticiones.

Ha llegado la hora de decirles en voz alta a los creyentes que sus decisiones personales son irracionales, y que sus elecciones en la esfera privada pueden ser dudosas. Todo el mundo es libre de creer lo que quiera, siempre y cuando no moleste (ni coaccione, ni mate) a los demás, pero nadie tiene derecho a reclamar privilegios por el simple hecho de ser devoto de una u otra de las muchas religiones del mundo.

En su interior seis discusiones sobre la religión y un ensayo sobre la bondad que llevan al lector a reflexiones del autor sobre el tema yendo, en sus palabras, «directamente al grano y con calculada brevedad y concisión». Los diferentes apartados del libro son muy reveladores: ¿Debemos respeto a las religiones?, ¿Puede ser fundamentalista un ateo?, Una aclaración terminológica: secularismo, humanismo y ateísmo, La corrosión de la razón, Basta tender un puente, La agonía de la religión y La alternativa: el humanismo.

Estamos ante un texto breve, muy breve, pero de un contenido explosivo y muy significativo; sus 96 páginas conteniendo 11.500 vocablos se leen en un santiamén, aportando una colección de ideas reveladoras sobre el mundo de las religiones con las que se podrá estar de acuerdo o no. Los lectores que se vean atraídos por los planteamientos pueden acudir a otros libros de este autor (What Is Good?, The Choice of Hercules o The Meaning of Things) para ampliar con mayor detalle las sucintas ideas que son expuestas aquí. En el fondo, se trata de ofrecer al lector razonamientos que defienden una concepción laica del mundo en el que las ideas religiosas deberían concernir estrictamente a la esfera interior de los individuos y no servir de base o excusa de ningún discernimiento sobre ellas o de aplicación a otros ámbitos sociales.

Algunos párrafos extractados de su contenido
 
Para mantener el poder sobre los crédulos, el cristianismo se ha reinventado a sí mismo tantas veces, y con una hipocresía tan pasmosa, que un monje medieval que resucitara hoy, como el de Woody Allen en El dormilón, sería incapaz de reconocer esa fe que lleva el mismo nombre que la suya.

«La fe es aquello por lo que muero, el dogma es aquello por lo que mato».

Ninguna comunidad religiosa, como institución, tiene más derecho a reivindicar las atenciones del resto de la sociedad que un sindicato, un partido político, una organización de voluntariado, o cualquier otra comunidad de intereses particular (pues eso es exactamente lo que son las iglesias y las comunidades religiosas: «comunidades de interés particulares»).

La buena ciencia alienta los cuestionamientos rigurosos y las pruebas; casi todas las religiones, al menos en alguna época de su historia, han matado a quienes las cuestionaban.

Las teorías botánicas o meteorológicas no han provocado jamás ninguna guerra; la mayoría de las guerras y conflictos en la historia de la humanidad pueden achacarse directa o indirectamente a la religión.


domingo, 17 de noviembre de 2019

Nosotros en la noche, de Kent Haruf


Kent Haruf, escritor estadounidense nacido en 1943 en Colorado. Se graduó con una licenciatura en la Universidad Nebraska Wesleyan, donde luego ejerció de profesor. Su media docena de libros reflejan el latir de pequeñas comunidades de su región. Obtuvo varios premios literarios siendo esta su última novela, publicada de forma póstuma en 2015 si bien escrita en los últimos tiempos de su vida, después de que en 2014, año de su fallecimiento, los médicos le diagnosticaran una enfermedad pulmonar. Esta novela fue llevada al cine en 2017 con la película del mismo nombre, dirigida por Ritesh Batra y protagonizada por Robert Redford y Jane Fonda.

Louis y Addie llevan muchos años compartiendo vecindad en el pueblecito de Holt, en Colorado. Casados y con descendencia antaño, sus vidas han ido evolucionando hasta su estado actual de viudedad en el que ambos están alcanzando la vejez. Viven solos y acusan esa soledad con mayor intensidad al llegar la noche. Un día, con la mayor llaneza del mundo, Addie llama a la puerta de Louis y le invita a venir a su casa: «Me preguntaba si querrías venir alguna vez a casa a dormir conmigo». Un «y por qué no» da comienzo a una relación curiosa y natural que poco a poco acaba teniendo eco en la vecindad, siendo motivo de diferentes comentarios, que acaban llegando incluso a los oídos de Gene, hijo de Addie, que vive lejos y no aprueba la relación de su madre. Poco a poco, con charlas y viajes, irán conociéndose, cimentando su relación al contarse sus vidas pasadas y sus anhelos futuros, hasta valorar la posibilidad de pasar juntos el resto de sus días. La historia sigue hasta llegar a un desenlace que no podemos ni debemos desvelar aquí.

Libro pequeño en tamaño pero poderoso en sus planteamientos y alcance: una verdadera joya escondida en el maremágnum de lecturas pendientes. El tema de la soledad de las personas mayores que continúan viviendo en sus casas de toda la vida, una soledad la mayoría de las veces no deseada, es tratada con suma delicadeza por el autor en un lenguaje claro y atractivo que irá llevando al lector por las vidas de unos protagonistas que asumen con naturalidad este giro vital a pesar de ir a contracorriente de los convencionalismos sociales. Conciso, conmovedor, se lee de un tirón pues su encantador contenido en 144 páginas o cerca de 28.000 vocablos en su versión electrónica aportará una visión fresca y quién sabe si una idea a fomentar más en esta sociedad colmatada de prejuicios. Entrañable, conmovedor, muy recomendable.



miércoles, 13 de noviembre de 2019

Formas de estar lejos, de Edurne Portela

Edurne Portela es una ensayista y novelista española, nacida en 1974. Su carrera profesional se ha desarrollado en Estados Unidos, donde alcanzó un doctorado en Literatura Hispánica en la Universidad de Carolina del Norte ejerciendo posteriormente de profesora en la Universidad de Leigh, Pensilvania, desarrollando además varios trabajos de investigación. En 2016 decide volver a España y dedicarse por completo a la escritura, colaborando con diferentes medios escritos y radiofónicos. Además de «Formas de estar lejos», publicada en marzo de 2019, ha publicado el ensayo «El eco de los disparos: cultura y memoria de la violencia (2016)» y la novela «Mejor la ausencia (2017)». Más información en su página web .

Alicia y Matty son los protagonistas de la novela. Se conocen en un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos, se enamoran, comienzan una vida juntos y llegan a casarse casi de sopetón. Alicia es española y ha dejado atrás su vida en Euskadi donde reside su madre viuda. Matty es norteamericano pero vive lejos de su familia. Dedica a fondo a sus tareas como profesora universitaria, la vida en común de ambos se va resintiendo. Un cambio de residencia a otro Estado no arregla la relación, que se va distanciando hasta entrar en unas formas inaceptables, volcados ambos a sus respectivos trabajos y sin hijos. Alicia intenta adaptarse para conseguir una vida feliz con Matty pero el esfuerzo es cada vez mayor hasta que se llega en una ocasión a la violencia física. Es el momento de dar un giro a su vida.

Estamos ante un relato intimista en el que pudiera haber algo bastante de autobiográfico de la autora. Alicia es el prototipo de mujer que no desea ser madre para evitar esas responsabilidades y volcarse por entero en su trabajo y en su primero pareja y después marido. Las relaciones de ambos con los respectivos suegros no son siquiera llevaderas. Como ocurre en la vida real, lentamente, las ausencias por motivo de trabajo, familia o amistades, alimentan desconfianzas y enturbian la relación hasta hacerse tóxica, progreso este muy bien relatado en la novela que avanza sin pausa hasta describir una relación de maltrato en la pareja llegando a la violencia física, pero sobre todo psicológica, sibilina, que por tener lugar en la intimidad del hogar es difícilmente demostrable. Estamos ante un relato muy vívido y agradable de la vida misma, con personajes cercanos y verosímiles que evolucionan con el paso de los años, si bien en la sociedad americana donde el racismo, el clasismo y el machismo estén probablemente más instaurados y admitidos que en la nuestra. Recomendable, especialmente para mujeres sensibles.