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domingo, 1 de octubre de 2023

La ruta de don Quijote y Castilla, de José Martínez Ruiz «Azorín»

Libro correspondiente a la 45ª edición del Club de Lectura de ALQS2D durante el tercer trimestre de 2023.

José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, conocido en el mundo de la literatura por su seudónimo «Azorín», nació en Monóvar, Alicante en 1873. Perteneciente a la denominada y bautizada por él mismo «Generación del 98», cultivó diversos géneros literarios: novela y ensayo principalmente y en menor medida crónica periodística, crítica literaria y teatro. Reconocido por la crítica en numerosas ocasiones, son de destacar sus novelas autobiográficas «La voluntad (1902)», «Antonio Azorín (1903)» y «Las confesiones de un pequeño filósofo (1904)» y sus críticas literarias «Los valores literarios (1913)» y «Al margen de los clásicos (1915)». Estuvo metido en política ocupando escaño de diputado a Cortes por el Partido Conservador entre 1907 y 1919. Murió en Madrid en 1967.

…estas horas densas, profundas, de la madrugada, se columbra el parpadeo tenue, misterioso, de las lucecitas…

…seco, caliginoso. Suenan las campanadas lentas de un convento. Castilla no puede ver el mar.

La Ruta De Don Quijote es una sucesión de 15 artículos viajeros con crónicas de los pueblos y gentes de La Mancha que llevan de la mano al lector por la una época Cervantina actualizada. Castilla, de similar corte y publicado en 1912 se compone de 14 artículos periodísticos, algunos publicados y otros no. Es la contemplación del paisaje con una manera muy particular de interpretar el mundo a los ojos del autor desentrañando la sencillez de las gentes sometidas a un continuo y repetitivo deambular por sus pueblos y quehaceres.

…llevando agujas, gorgueras, garvines, ceñideros y…

…amarillo y exangüe; llovían sobre él dolamas y alifafes. Una tristeza profunda velaba sus ojos. Años enteros había pasado allá en el patizuelo toledano conllevando…

Dos libros chiquitines y deliciosos que se leen en un pispás y que refuerzan el gusto por la lectura de cualquier lector. Una prosa admirable por su simplicidad, plagada de giros y vocablos que (lamentablemente) se están perdiendo a pasos agigantados. Impresionismo y realismo vivos que sumergirán al lector unos ambientes no tan lejanos, pero ya olvidados que no retornarán. Conviene y mucho recuperar lecturas de los clásicos para coger aire en un mundo lleno de publicaciones que no siempre reconfortan como lo hacen estas.

La lectura de estas dos joyas en un lector digital ha sido una bendición, socorrida en sus innumerables consultas automatizadas al diccionario y el guardado de innumerables párrafos para repetir el delite con posterioridad. Algunos párrafos quedan entresacados en esta entrada. Para el lector curiosos e interesado, durante algún tiempo estará disponible en este enlace un fichero comprimido con dos análisis pormenorizados de los vocablos utilizados —25.714 en Castilla y 22.611 en La Ruta de don Quijote— en donde se puede observar que en ambos, los vocablos generales suponen un montante superior al 50% del total, lo que indica —según un criterio mío muy particular— un lenguaje rico y no basado en preposiciones y artículos.

…cuando llega la noche y comienzan a brillar las primeras estrellas, salen de los mechinales los murciélagos y van revolando con sus vuelos callados y tortuosos.

—Los galianos —dice sentenciosamente Martín—, se han de hacer en caldero; los que se hacen en sartén no valen nada.

Si unas (refiriéndose a las ventas) están construidas en la altura luminosa de los puertos, otras se agrupan en angosturas, gollizos y cañadas hoscas y fuera de camino. Muchas de estas ventas han sido ha largo tiempo abandonadas; están cercanas a caminos y travesías que han sido hechos inútiles por carreteras nuevas y ferrocarriles. De estas ventas sólo quedan unas paredes tostadas por el sol, calcinadas; los techos se han hundido y se muestra roto el vigamen y podridos y carcomidos los cañizos.