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miércoles, 6 de octubre de 2021

En la orilla, de Rafael Chirbes


Rafael Chirbes, valenciano, nacido en Tabernes de Valldigna en 1949, escritor y crítico valenciano, ganador de varios premios de literatura internacionales y nacionales, entre ellos el de la Crítica de Narrativa Castellana en 2007 y 2013. Con 16 años se trasladó a Madrid estudiando Historia Moderna y Contemporánea. A lo largo de su vida vivió en Marruecos, París, Barcelona, La Coruña, y Extremadura, regresando en el año 2000 a Valencia. Cuenta con una quincena de novelas en su haber. Se dedicó a la crítica literaria durante algún tiempo y posteriormente a otras actividades periodísticas, como las reseñas gastronómicas (en la revista Sobremesa) y los relatos de viajes. Con esta novela, «En la orilla», recibió varios premios —CRÍTICA, NARRATIVA, UMBRAL y DULCE CHACÓN—. Falleció en 2015.

Un marroquí descubre dos cadáveres que están siendo devorados por perros en la orilla del pantano de Olba, una localidad pequeña donde todos se conocen. Esteban ha cerrado su carpintería —negocio de tradición familiar— dejando en la calle a sus operarios. Cuida de su padre, mayor y enfermo en fase terminal y relata con detalle pasajes de su vida y la de sus amigos y algunos paisanos, lo que permite conocer a fondo gran parte de la sociedad del siglo XX en España. El pantano —marjal— es una referencia a lo largo de todo el relato, cerrando el círculo en su final.

la gente está muy ligera para pedir responsabilidades a los demás, tiene mucha desenvoltura para marcar las obligaciones ajenas y se muestra muy poco dispuesta a asumir las propias, ni siquiera dispuesta a hacer favores está.

Denso, intenso, quizá para algunos o muchos difícil de leer. El hecho de que haya sido propuesto en uno de los clubes de lectura en los que participo me ha obligado en cierta manera a llegar al final, de lo que no sé si me alegro; lo hubiera dejado en sus primeros momentos. El relato es fangoso, con numerosos detalles de los personajes y sus vidas sin solución de continuidad, contados a borbotones, sin cohesión, lo que puede derivar en que el lector se encuentre perdido. Las descripciones son bellas y minuciosas, el lenguaje cuidado, pero he tenido la sensación de estar descolocado en todo momento y confieso que he llegado al final sin enterarme de algunas cosas que me han quedado desapercibidas y que solo los comentarios de otros integrantes del club me han aclarado: debo ser mal lector o no he puesto toda la intensidad —creo que debe ser mucha— que este libro necesita. Realismo puro y duro, lenguaje descarnado y directo, personajes que se abren en canal, pesimismo a raudales, personajes que pululan alrededor del protagonista con conexiones que es necesario determinar muy bien para no perderse… Lo privado y lo público puesto ante los ojos del lector con valentía, tal y como es o fue. Los premios recibidos certifican que se trata de un magnífico libro, pero no para cualquier lector: lo recomendaría con mucho cuidado y advirtiendo de lo que se puede encontrar quien se asome a sus páginas. Un detalle: la novela tiene dos capítulos, el primero se titula «El hallazgo» y el segundo «Localización de exteriores»; muchas veces leemos los títulos por encima…

Las tías buenas se las paga uno. Por unos cuantos euros tienes una rusa de dieciocho años de esas que no ves ni en el cine. Follas, pagas, y te vuelves a casa para cenar con la familia, con tu mujer, que cocina bien y folla mal, pero que no piensa en separarse de ti, entre otras cosas porque nadie la mira con demasiado interés. Ella va a las reuniones de padres en el colegio, controla las ampas, las aplas, todas esas asociaciones que ni sé cómo se llaman, esos servicios, esa jerga, la broza socialdemócrata que los…

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viernes, 1 de octubre de 2021

Panza de burro, de Andrea Abreu

Libro correspondiente a la 37 edición del Club de Lectura de ALQS2D durante el tercer trimestre de 2021.

Andrea Abreu, tinerfeña nacida en 1005 en Icod de los Vinos, un pueblo siempre nublado al norte de Tenerife famoso por su drago milenario, donde creció entre gatos y flores hasta comenzar sus estudios de periodismo en la Universidad de La Laguna a los 18 años. Tras varios saltos recaló en Madrid en el verano de 2017, para cursar el Máster en Periodismo Cultural y Nuevas Tendencias de la Universidad Rey Juan Carlos. Ha transitado por múltiples empleos —becaria, camarera, dependienta de una tienda de lencería… Ha colaborado en diferentes medios y publicado sus escritos en revistas y antologías. Coodirectora del Festival de Poesía Joven de Alcalá de Henares, «Panza de burro» es su primera novela, que ha cosechado un gran éxito de crítica y público.

Es verano, a principios de los 2000. Dos niñas, Isora y su amiga Shit se mueven en un pequeño pueblo rural tinerfeño con sus calles empinadas y sus alrededores siempre oscurecidas bajo un cielo (casi) siempre nublado. No sin disputas, sus relaciones con la familia y los del pueblo van conformando su vida y descubriendo la adolescencia y todas esas sensaciones nuevas que van surgiendo ante sus ojos.

    Isora tenía los ojos verdes como un verdino verde como una mosca en agosto sobre el bocadillo de salpicón de atún en la playa de teno como una botella de vino vaciada la abuela de Isora se enfadaba y le decía te vacio por dentro te vacio hoy bebo sangre tuya cachoputa Isora tenía las tetas redondas y se le reventaron como la tierra cuando escupe una flor que primero pequeño luego grande la tierra de su pecho seca luego estrías la teta no le cabía en la piel y lloraba Isora tenía pelos en el pepe y a veces se los afeitaba todos hasta el güeco del culo y le picaba el culo Isora tenía un pelo negro tieso tupido como el cespe de mentira de las casas rurales en el pepe el pelo de Isora olía a molino de gofio a almendras tostadas a pan bizcochado ver a Isora llegar me hacía sentir tranquila como cuando escuchaba el potaje hirviendo a las doce y media [...]

Desde el principio, sorprende el lenguaje utilizado, puro canario local, que destroza las reglas ortográficas, haciendo el relato extraño e incómodo al lector en los primeros momentos. Una historia de niñez y adolescencia en un pueblo de la Canarias profunda que poco a poco va calando en el lector que se acostumbra y da significado a la multitud de vocablos que suponen la jerga del lugar. «Fisquito a fisquito» —poquito a poquito— el lector asume la rareza lingüística —fonética canaria escrita— para descubrir de la mano de las protagonistas y sus aventuras cotidianas las vivencias del pueblo y sus habitantes. Trama sencilla, historias narradas en capítulos cortos que es un canto a la amistad, a las relaciones personales, a la vida en un pueblo. Libro singular, valiente, impactante, extraño, sensible, mágico y… atractivo, aunque seguramente habrá lectores que lo consideren indigno de ser publicado por los vocablos empleados y los horrores ortográficos. Para gustos hay colores… pero no es tan sencillo escribir bien con vocablos ortográficos intencionados.