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miércoles, 30 de noviembre de 2022

El sueño de Tutankhamón, de Antonio Cabanas

  

Antonio Cabanas, nacido en Las Palmas en los años 50, ejerció su profesión de piloto como comandante en la compañía Iberia, en la que voló durante 36 años, recorriendo los cinco continentes. Como figura en su página web, «Gran humanista y apasionado de la cultura del Antiguo Egipto, de la que es un profundo conocedor, dedica gran parte de su tiempo a investigar y escribir acerca de ella. Ha realizado estudios de egiptología así como de lengua egipcia y escritura jeroglífica, y desde 1990 es miembro de la Asociación Española de Egiptología.» Desde que viera la luz en 2008 «El ladrón de Tumbas», su ópera prima, escrita por afición y desde el corazón, con la que alcanzó un éxito memorable, nuevas publicaciones versando siempre sobre el Egipto Milenario han combinado este mundo y su historia con narraciones de personajes brillantemente construidos por el autor que nos llevan de la mano en un recorrido mágico por algún punto de los tres mil años de historia de esta civilización. Este libro, «El sueño de Tutankhamón» ha visto la luz este mes de noviembre de 2022, justo cuando se conmemora el centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamón por Howard Carter. En este blog podemos encontrar algunas reseñas de sus otros libros, «Las lágrimas de Isis (2019)», «El camino de los dioses (2015)»,«El secreto el Nilo (2012)», «El hijo del desierto (2010)», «El sueño milenario (2008)», «Los secretos de Osiris y otros misterios del antiguo Egipto (2008)», «La conjura del faraón (2008)» y el «El ladrón de tumbas (2008)». Más información en la propia página web del autor.

El relato nos muestra la vida de Nehebkau, nacido de una mujer de la vida que muere en el parto, abandonado en los cañaverales y recogido por un padre adoptivo que le impone a su familia y le enseña desde muy niño el arte de la pesca en el Nilo. El carácter y la inteligencia de Nehebkau se va abriendo paso en la vida, llegando a hacerse famoso por intimar con las cobras, lo que acaba por conducirle a presencia del mismísimo faraón Tutankamón, del que se hace un fiel amigo y compañero que le vela el sueño por las noches y le acompaña constantemente como fiel y desinteresado consejero. Con continuos avatares en su vida, Nehebkau estará presente en las más altas instancias del reino sin olvidar de donde procede y quién es, aunque su padre real, al que llegó a conocer sin saberlo hasta su muerte, fue un príncipe de Egipto. Será objeto de intrigas de las que saldrá indemne hasta alcanzar el final de su vida en un estado al que parecía imposible que pudiera alcanzar en una corte faraónica poblada de personajes con oscuros intereses.

Todo el misterio del Antiguo Egipto gravita sobre ambos personajes para invitar al lector a vivir una aventura en la que la ficción y un riguroso marco histórico se dan la mano a fin de hacer realidad un sueño: el que el dios Shai hace posible al unir a un faraón con un simple pescador ya que, tal y como se relata en esta obra, el destino siempre juega la baza ganadora en la última mano, pues nunca pierde una partida.

Desde que en 2008 leyera por primera vez la ópera prima de este autor, «El ladrón de tumbas», soy un incondicional suyo, siendo este el libro que más veces he leído —le he vuelto a releer estos días—, regalado y recomendado. Han tenido que transcurrir tres años y medio desde la publicación de su anterior libro para volver a disfrutar con esta fantástica historia, sustentada en una gran labor de documentación y numerosos personajes y hechos reales. Un relato extenso de 784 páginas en la edición impresa y algo más de 242.000 vocablos hará sin duda las delicias de los lectores con la recreación del ambiente mágico que envuelve el Egipto milenario. Por un azar del destino, he leído este libro durante la semana en que me encontraba haciendo un recorrido por Egipto, por lo que las vivencias sugeridas por la lectura estaban teniendo lugar en vivo y en directo. El lector irá asimilando progresivamente extraños nombres que no llegará a pronunciar bien pero que irán encajando en el puzle planteado por el autor para engarzar una plausible historia con giros sorprendentes que mantendrán en todo momento las conjeturas del lector en un mundo de dioses, intrigas y amores. Podemos acercarnos con bastante precisión a la vida del faraón niño Tutankamón, que murió a los 19 años. Quizá en algunos momentos el relato resulte lento y a veces repetitivo en ciertas escenas, pero aquellos lectores que no quieren que se acabe el libro estarán encantados de recrear una y otra vez los pasajes y dejar volar la imaginación, una constante en los libros de este autor. Unas cuantas horas de disfrute asegurado. Como ya se ha comentado, la acostumbrada aclaración del autor sobre lo que es real y las numerosas notas y referencias a lo largo del libro despertarán la curiosidad por indagar más en esta historia y conocer mejor unos hechos que tuvieron lugar hace tres mil cuatrocientos años en una cultura muy diferente a la nuestra y que se mantiene en ciertos aspectos hoy en día.

Por mucho que intentemos —lo he intentado— aprender a leer bien el nombre del protagonista, Nehebkau, es muy probable que no consigamos, y eso que su nombre aparece en 1.071 ocasiones en el relato.

miércoles, 9 de noviembre de 2022

Mercado de espejismos, de Felipe Benítez Reyes

Felipe Benítez Reyes, escritor español nacido en Cádiz en 1960. Empezó muy joven a escribir, 1978, y desde entonces se ha prodigado con éxito en novela, poesía, relato y ensayo. Influenciado por los poetas de la generación del 27 (Lorca, Aleixandre, etc.) y reconocido deudor de la obra de Gil de Biedma, su indiscutible dominio de la lengua le ha granjeado numerosos premios literarios, siendo traducida su obra a varios idiomas. Colaborador habitual en revistas y medios de comunicación, fue galardonado en 2007 con el Premio Nadal por la novela que hoy comentamos, Mercado de Espejismos. Estamos, sin duda, ante uno de los autores más influyentes del panorama literario español aunque posiblemente poco conocido por el público en general.Más información en su blog personal accesible desde este enlace.

Para tía Corina, el Casino Novelty significa más o menos lo mismo que significan para mí los Billares Heredia.

Como hiciera su padre, Jacob, con la ayuda de la tía Corina, ha dedicado su vida personal y profesional al trasiego —no siempre legal— de obras del mundillo del arte, originales o falsificadas. Cuando ya parece que todo va a terminar y disfrutarán de un retiro digamos merecido, un encargo, imprevisto y envenenado, de un compadre mexicano de poco fiar les pone de nuevo en el candelero: el robo de las presuntas reliquias de los Reyes Magos en la catedral de Colonia. Pasarán por rocambolescas situaciones por medio mundo en contacto con personajes conocidos o no que les meterán en una espiral que parece no terminar nunca.

El primo Walter era un huésped sonoro, un huésped omnipresente, un vendaval de huésped... el piso parecía, no sé, la cueva de un arruinado, con cuatro muebles del montón, con las paredes vacías, aunque atestadas de alcayatas que ya sólo soportaban el peso del aire…

Obra leída (completa) en un Club de Lectura en el que participo, mas tengo mis dudas de que hubiera llegado al final si no hubiera sido este el caso. Tengo que reconocer que me alegro de haber concluído la lectura. Los lectores que se asomen a este libro no quedarán indiferentes ante él: o lo denigrarán a muerte o lo ensalzaran sin medida. Tras unas primeras andanadas iniciales muy prometedoras, tuve que abstraerme de seguir la trama y dedicarme a disfrutar carpe diem de cada situación, de cada relato, de cada personaje, sin intentar ir más allá. El título no puede ser más adecuado, porque todo es un espejismo: hilarante, sutil, demoledor, esotérico… inasumible. Pero si se dedica uno a disfrutar con los personajes, con las frases, con el vocabulario, con los ejemplos y giros sin buscar tres piés al gato, el resultado será una fascinación incontrolable tras tantas situaciones tan inesperadas como envolventes protagonizadas por personajes de lo más estrambótico. Al libro hay que buscarle sus resplandores, que los tiene y muchos, escondidos en un relato truculento, parodia de muchas situaciones actuales, personales y sociales. No me atrevería a recomendar su lectura sin advertir de todo esto, porque —como dijo Pilar en la reunión del club— el socavón que te encuentras tras los momentos iniciales te puede llevar a desistir de continuar.

Y la noche en que te lleves un orinal al dormitorio será el principio del fin: todas las teorías pomposas y milenarias en torno a la esencia del tiempo acabarán teniendo la forma de ese recipiente.

Los amantes del lenguaje disfrutarán enormemente con la cantidad ingente de palabras novedosas e incluso inexistentes. Destaco un par de ellas que me han llamado la atención, entre otras muchas: Trujimán/trujamán, persona que aconseja o media en el modo de ejecutar algo, especialmente compras, ventas o cambios y Chichirimoche, que no está en el diccioonario y que alude a un fantaseador que se pasa la vida trazando planes grandiosos y que nunca realiza nada de lo pensado o bien a un inconsciente informal que cada día muda de parecer y no está por cumplir la palabra dada. Se puede enncontrar en una frase hecha: «A la noche, chichirimoche y a la mañana chichirinada».

… en cambio, se ve que los adultos, cuando se emparejan, procuran saber lo indispensable del otro y saberlo lo más tarde posible, tal vez porque nos asalta la sospecha de que cuanto más sepamos, peor.