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sábado, 21 de noviembre de 2020

Novela de ajedrez, de Stefan Zweig

Stefan Zweig fue un escritor austriaco nacido en Viena en 1881. Inició su carrera literaria traduciendo a Charles Baudelaire y a E. Verhaeren. Por su ascendencia judía, huyó a Londres y vista le hegemonía que alcanzaba el nazismo en Europa se suicidó junto con su mujer durante un viaje a Brasil en 1942. Es autor de una ingente cantidad de obras de novela, historia novelada, teatro, biografías, ensayos y de temática muy variada. En este blog están ya reseñadas «Tres poetas de sus vidas, Casanova, Sthendal y Tolstoi» y  «Magallanes. El hombre y su gesta».

Mirko Czentovicz no demostraba desde niño ninguna cualidad en las diferentes materias convencionales, pero se reveló como un genio del ajedrez, llegando a ser campeón del mundo. Huraño y esquivo, rechazaba en la medida de lo posible todo contacto para no demostrar en público sus carencias, pero en un viaje en barco desde Nueva York a Buenos Aires se preparan unas partidas de ajedrez entre aficionados en las que un empresario, dinero por medio, llega a retar a Mirko. Cuando la partida iba a ser rematada por el campeón, uno de los que estaban presenciando la partida como espectadores, conocido en la novela como señor B., indica un movimiento que va con contra toda lógica y que hace perder la partida al campeón (o dejarla en tablas, no recuerdo bien). El señor B.  es un noble vienés que huye de los nazis, que quiere pasar desapercibido y que se ha jurado a sí mismo no volver a acercarse nunca a un tablero, pero la presión de los viajeros unida a la vanidad de Mirko concierta un primer enfrentamiento en ellos y …

No vamos a descubrir la prosa deliciosa de Stefan Zweig, ampliamente contrastada y que por momentos me recuerda a otros maestros entre los que solo voy a citar. por ser de pluma española, a Manuel Chaves Nogales. En estos días de noviembre de 2020 pocos serán los que no se hayan acercado a ver la magnífica miniserie televisiva «Gambito de dama» —«The Queen's Gambit» en inglés—, un libro de Walter Tevis del mismo título que habrá que leer. El disfrute con las imágenes de la cuidada serie me recordó el libro de Zweig, lo que me llevó a devorarle en poco tiempo: un lector medio tardará poco más de una hora en disfrutar de un planteamiento muy cuidado en el mundo del ajedrez, un mundo que antaño ocupaba espacios en medios con motivo de los campeonatos mundiales y que ahora ha quedado relegado —en los medios— a la nada, pese a los esfuerzos del gran periodista Leontxo García por mantener viva la llama. Los que antaño conocíamos a Gasparov, Karpov, Fisher y compañía ahora no sabríamos decir quién es el campeón del mundo de ajedrez suponiendo que siga existiendo ese campeonato, que creo que sí. En todo caso, la protagonista de «Gambito de dama» no es considerada la mejor ajedrecista femenina del mundo, título que teóricamente recae en la ajedrecista húngara Judit Polgár. Pero nos desviamos del mundo de la literatura al que vuelvo para terminar animando al que estas letras leyere a hacer un alto y devorar este librito que habla no solo de ajedrez sino de la tensión de los jugadores, del público que les rodea, de los sentimientos de un presidiario y de las pasiones humanas y su relación con el dinero unas veces y la auto estima en otras. Lea, lea, no se arrepentirá.

Todo el libro requiere ser subrayado, pero por elegir un único —un poco largo— párrafo… El señor B. se las había ingeniado para sortear a sus guardianes y aprender a jugar al ajedrez de forma auto didacta en una lóbrega prisión…

Habían construido una nada absoluta, no sólo en torno a mi alma, sino también en torno a mi cuerpo. Me habían despojado de todos los objetos: el reloj para que no pudiese medir el tiempo, el lápiz para que no pudiese escribir, el cuchillo para que no pudiera abrirme las venas; tampoco el tabaco, el más nimio de los reconfortantes, me estaba permitido. Nunca conseguí ver más rostro humano que el del guardián, a quien no le estaba permitido decir nada ni responder a ninguna pregunta, ni tampoco pude oír jamás una voz humana. Ni la vista ni el oído ni ningún otro sentido recibían, ni de noche ni de día, estímulo alguno: me hallaba solo con mi cuerpo y cuatro o cinco objetos mudos: la mesa, la cama, la ventana, el aguamanil... desesperadamente solo. Vivía como un buzo bajo la campana de cristal en el negro océano de aquel silencio; un buzo que presiente que se ha roto ya la cuerda que le unía al mundo exterior y que nunca más será rescatado de aquellas calladas profundidades. Nada que hacer, nada que oír, nada que observar; el entorno de la nada, el vacío total, sin espacio y sin tiempo. Me paseaba arriba y abajo y conmigo iban los pensamientos, arriba y abajo. Una y otra vez, arriba y abajo. Pero incluso los pensamientos, por muy etéreos que parezcan, requieren un punto de apoyo, pues de lo contrario giran y giran en torno a sí mismos, en un torbellino sin sentido; tampoco ellos soportan la nada. Desde la mañana a la noche se está a la espera de algo que nunca llega. Se espera y se espera. Y no ocurre nada. Y se sigue esperando, y esperando, y esperando... y pensando, y pensando, y pensando... hasta que duelen las sienes. Y no ocurre nada. Y estás solo. Solo... Solo... 


 


 

jueves, 12 de noviembre de 2020

El altruista, de Esteban Navarro Soriano

Esteban Navarro Soriano, escritor murciano, nacido en Moratalla en 1965 que durante muchos ejerció de policía nacional destinado en Huesca con lo que obtuvo numerosas ideas y situaciones para sus libros, bien por experiencias propias bien referidas por compañeros, a las que añade mucho de imaginación para convertirlas en historias redondas. Hace algunos años fue el primero en acuñar la expresión «generación Kindle» para designar a los autores que aprovechaban la facilidad de la auto publicación y del fenómeno de los libros electrónicos para hacerse un hueco en el panorama literario. En la actualidad, noviembre de 2020, es ya escritor a «tiempo completo» y cuenta con una treintena de libros publicados, numerosos premios en diferentes certámenes y participa activamente en actos relacionados con su obra. Alguno de sus libros ya ha sido reseñado en este blog —pueden localizarse utilizando el buscador— como «El apagón», «La noche de los peones», «Ángeles de granito», «La gárgola de Otín», «El cónsul infiltrado», «Una historia de policías», «La rubia del Tívoli», «El ajedrecista», «Natasha» o «Verdugos». El libro que hoy comentamos, «El altruista», auto publicado por el autor, ha visto la luz hoy 12 de noviembre de 2020 al comedido precio de 3,99 euros en su versión digital. Más información en su blog accesible blog accesible desde este enlace o en su página de autor de Amazon accesible desde este otro.

La acción transcurre en un caluroso mes de agosto a mediados de los años 90 del siglo pasado en Barcelona. Un violento asesinato —una chica muerta de un hachazo en la cabeza— cometido en la terraza de un edificio en la que la fallecida se encontraba por casualidad está ocupando el día a día de los cuatro integrantes del Grupo 3 de la brigada de homicidios comandado por la subinspectora Mónica. Su superior, el inspector Bellido, ha ido atando cabos con otros varios sucesos ocurridos anteriormente —suicidios, accidentes… — y que se resolvieron de una manera superficial hasta elaborar una compleja teoría que sobrecarga hasta la extenuación el trabajo de Mónica en unas fechas en que las vacaciones merman los efectivos. El trabajo de Mónica y su equipo va haciendo aflorar conjeturas que marcan como descabellada la idea de Bellido al mismo tiempo que no la dan por cerrada. Los datos recopilados van cerrando poco a poco un círculo que lleva a un final insospechado.

Un entretenido relato muy del estilo al que ya nos tiene acostumbrados este autor con sus poco más de ochenta y ocho mil vocablos que nos aseguran unas placenteras horas de lectura y entretenimiento. Como en entregas anteriores, el autor delinea una estructura muy cuidada colocando personajes muy bien construidos en una serie de sucesos completamente verosímiles en la ambientación de la ciudad y la época. Con una prosa atractiva y sugerente y unos diálogos cuidados, el lector se sentirá atraído —ahora se dice enganchado— y sobre todo intrigado por alcanzar un final que sin duda le sorprenderá. Lectura amena y recomendable, especialmente para los amantes del género y a un precio imbatible en su versión digital. Y finalizada la lectura de este, me apunto la relectura de uno de los mejores libros, para mi gusto, de este autor: «Una historia de policías».


 


 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Rey blanco, de Juan Gómez-Jurado

Disponible desde el pasado jueves 5 de noviembre de 2020 en librerías y mundos digitales la nueva entrega de la serie de Antonia Scott y Jon Gutiérrez, «Rey blanco», de Juan Gómez-Jurado, un autor más consagrado allende nuestras fronteras que aquende, si bien la tendencia tiene todos los visos de irse invirtiendo gracias a sus últimas novelas y las ingeniosas e intensas campañas llevadas a cabo en las redes sociales. Otros libros de este autor, todos menos los infantiles que también tiene, están reseñados en este blog amén de algunos encuentros personales con él, por lo que invitamos al lector a usar el buscador del blog. Juan, escritor, periodista y buena gente, colabora tan intensamente con medios escritos, radiofónicos e internautas que nadie sabe de dónde saca tiempo para escribir. De nuevo hay que destacar el compromiso del autor con las nuevas tecnologías desde aquel lejano 15 de enero de 2011 con su campaña «1 libro = 1 euro» siendo otra prueba más de ello de este libro en su versión (ebook) digital: 4,74 euros, menos de lo que cuesta un gin-tonic y mucho más paladeable y durante más tiempo. Sigue habiendo gente para todo y habrá quién lo descargue de alguna web donde ya ha hecho su aparición. Más información en la página web personal del autor accesible desde este enlace.

Aunque no es estrictamente necesario, si es muy recomendable haber leído los dos libros anteriores de esta saga, «Reina Roja» y «Loba Negra» para tener un conocimiento más completo de la (tremenda) psicología de los personajes principales, Antonia Scott y Jon Gutiérrez; y no solo de ellos sino de otros que aun siendo secundarios tienen también su aquel para tener una idea de sus personalidades. En el aspecto de la sinopsis del libro y como ya ocurriera con los anteriores, la mejor es la que no se hace, para no desvelar las innumerables e ingeniosas tramas que van apareciendo en cada vericueto, donde nada es lo que parece, por mucho que el lector se las dé de «listillo» tratando de adivinar el desarrollo de la acción y sus personajes. El propio autor, en su twitter y para el libro anterior, ruega a los escribidores de comentarios y reseñas que no revelen nada ni siquiera avisando de que se va a hacer «spoiler»: «Un humilde y pequeño favor, para los de Kindle: si cuando acabéis y tengáis un hueco ponéis una reseña con el título: “No leas las reseñas, spoilers”, os lo agradezco muchísimo. Y por favor, no mencionéis ningún detalle de la trama más allá de la pág. 50». Sus deseos sifuen siendo órdenes para nosotros y el que quiera saber de qué va tendrá que leerlo.

Tras los éxitos de «Reina Roja» y «Loba Negra» no he podido por menos de hacer un alto en mis lecturas para ponerme con la lectura de este, que se me ha alargado por el poco tiempo disponible, que, si no, en el día o un par de ellos, me lo hubiera liquidado, como ya hice con alguno anterior de este escritor. Los 101.385 vocablos de la edición electrónica —ni que lo hubiera hecho aposta, los mismos prácticamente que «Loba negra»—meterán al lector en un espiral de situaciones y escenarios que acabarán por intrigar más y más. Como en los anteriores, diálogos chispeantes y muy ocurrentes, comentarios ad hoc que provocan la complicidad, situaciones muy bien estudiadas que parece que no vienen a cuento y que van cuadrando a medida que se avanza en la lectura. Antonia y Jon, «coincidentes laborales» y… ¿nada más?, harán las delicias del lector, aficionado o no la llamada novela negra, que se queda a la espera de una nueva entrega si es que esta tiene lugar, aunque al final del libro, una enigmática «W» tambalea los cimientos de esta saga llevándola (quizá) atrás en el tiempo: más libros de este autor a, en mi caso, releer. Aunque como ya he comentado con anterioridad no soy (muy) aficionado a este género, los libros de Juan Gómez-Jurado me trascienden y no me ando con remilgos. Los he leído todos, muchos de ellos de un tirón el día que han salido, cosa que, lamentablemente no he podido hacer con este por cuestiones personales, teniendo que demorar su lectura varios días… ¡demasiados!