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martes, 29 de diciembre de 2020

La vida contada por un sapiens a un neandertal, de Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga

Juan José Millás, nacido en Valencia en 1946, es un escritor y periodista español que desde muy niño se trasladó a Madrid, donde reside en la actualidad. Estudiando por las noches mientras trabajaba como administrativo en una Caja de Ahorros, comenzó la carrera de Filosofía y Letras, no llegando a terminarla para dedicarse a la escritura. Colabora en diferentes medios entre los que destaca el diario «El País» donde disecciona con originalidad temas sociales de actualidad y en la cadena radiofónica «Ser» comentando relatos lingüísticos remitidos por los oyentes. Con numerosos premios literarios —Planeta y de Narrativa entre otros—  y de periodismo en su haber, con su numerosa obra traducida a más de una veintena de idiomas, ha escrito a cuatro manos este libro que comentamos hoy con…

Juan Luis Arsuaga, nacido en Madrid en 1954 y doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid. Compagina su docencia universitaria con la codirección de las excavaciones en Atapuerca, habiendo obtenido el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1997. Ha escrito numerosos artículos y libros sobre temas de antropología, desarrollando una gran labor divulgativa en los medios que han dado a conocer mundialmente el mundo de Atapuerca y sus excavaciones y descubrimientos extraordinarios. Entre sus libros podemos mencionar «La especie elegida», «El collar del Neandertal» y «El mundo de Atapuerca», reseñado en este blog en este enlace.»

  

«El ingenio de Millás y la sabiduría de Arsuaga unidos para contar la vida como la mejor de las historias.

«-Tú y yo podríamos asociarnos para hablar de la vida; levantaríamos un gran relato sobre la existencia. ¿Lo hacemos? -dijo el escritor. -Lo hacemos -contestó el paleontólogo.»

El oficio de contador historias de Millás trasladando al lector la sapiencia de Arsuaga. La visita de lugares comunes actuales de esta pareja da lugar a conversaciones que ponen ante los ojos del lector cuestiones que parecen de la prehistoria pero que también están de actualidad. La visita a una tienda de juguetes, a un restaurante para comer un cocido madrileño o a un castro… ¿bettón? ¿vetón? ¿vettón? entre otros lugares comunes, dan origen a las más variopintas cuestiones entre escritor y paleontólogo que acaban plasmando en el libro magníficas ideas que cualquier persona debería conocer y que conectan un pasado y un presente mucho más cercanos de lo que nos pensamos antes de asomarnos al libro. Historias muy reales y muy instructivas para el curioso lector que aprenderá muchas cuestiones que posiblemente hayan quedado olvidadas, aunque las tengamos ante nuestros propios ojos.

«Andar es estarse cayendo continuamente»

«Vivir es morirse sin pausa»

«El bipedismo es portentoso»

Juan José Millás tiene un fino olfato para ver los sucesos cotidianos con otra perspectiva y la virtud de contarlos de forma muy atractiva. El haber visitado personalmente gran parte de los lugares que se referencian, da a este libro un brillo especial a mis ojos haciéndome apreciar una segunda visión muy enriquecedora y placentera. A poco que tengamos curiosidad por aprender sobre nuestros ancestros y nuestros orígenes, cuestiones sobre las que Juan Luis Arsuaga rebosa conocimiento, la lectura de las páginas de este libro se nos antojarán muy cortas y reveladoras. Algún amigo al que se lo he recomendado me ha dicho que le ha durado un fin de semana escaso, tan absorbente y revelador es. Sin entrar en cuestiones profundas —los sapiens acabamos con los neandertales, por ejemplo— el recorrido por la historia pasada contada desde hechos del presente —entre el pasado y el presente ha transcurrido un suspiro de la historia de los homínidos— resultará especialmente reveladora sobre nuestras formas actuales de ser y comportarnos. Referencias a sitios a visitar — El Valle de los Neandertales en Pinilla del Valle, por ejemplo— y libros a leer —«Sapiens» de Yuval Harari o «Civilizados hasta la muerte» de Christopher Ryan— nos darán oportunidad de seguir indagando en este tema tan apasionante… para los que les guste, como es mi caso.

 

domingo, 20 de diciembre de 2020

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut

Benjamín Labatut, holandés, nacido en Rotterdam en 1980. Desde muy pequeño se trasladó a Buenos Aires, y a los doce años se mudó a Santiago de Chile, donde comienza su primer libro de cuentos, «La Antártica» con el que obtuvo varios premios. Posteriormente publicó «Países Bajos» y «Hambre Barcelona». La novela que hoy comentamos, «Un verdor terrible» ha visto la luz en 2020.

Por estas páginas desfilan descubrimientos reales que forman una larga cadena perturbadora: el primer pigmento sintético moderno, el azul de Prusia, creado en el siglo XVIII gracias a un alquimista que buscaba el Elixir de la Vida mediante crueles experimentos con animales vivos, se convierte en el origen del cianuro de hidrógeno, gas mortal que el químico judío alemán Fritz Haber, padre de la guerra química, empleó para elaborar el pesticida Zyklon, sin saber que los nazis acabarían utilizándolo en los campos de exterminio para asesinar a miembros de su propia familia. También asistimos a las exploraciones matemáticas de Alexander Grothendieck, que le llevaron al delirio místico, el aislamiento social y la locura, a la carta enviada a Einstein por un amigo moribundo desde las trincheras de la Primera Guerra Mundial, con la solución de las ecuaciones de la relatividad y el primer augurio de los agujeros negros, y a la lucha entre los dos fundadores de la mecánica cuántica –Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg– que generó el principio de incertidumbre y la famosa respuesta que Einstein le gritó a Niels Bohr: «¡Dios no juega a los dados con el universo!». (Sinopsis recogida de la editorial)

La aventura de la ciencia convertida en literatura. Un libro inclasificable y poderosamente seductor.

Ensayo especialmente recomendado, cortito, —224 páginas apenas cincuenta mil vocablos—, para los lectores curiosos que tengan debilidad por los relatos científicos y sus consecuencias en el devenir de la humanidad. Un relato desconcertante por momentos pero muy fácil de seguir, en el que el autor conduce al lector por vericuetos interconectados entre sí en una época de ciencia incipiente con consecuencias inéditas según el empleo al que se destinaba. El mundo cambiaba entonces más lentamente por la difusión de los hallazgos, pero este libro puede ser un verdadero aviso para la actualidad y para el futuro donde las consecuencias se propagan a una velocidad de vértigo escapando muchas veces al control de sus creadores. Un verdadero hallazgo recomendado por el profesor, impresionado según sus palabras, en una clase de literatura contemporánea mientras hablaba de algunos de los clásicos de los siglos XIX y XX. Este libro es ya de bien entrado el XXI.

 


 

sábado, 21 de noviembre de 2020

Novela de ajedrez, de Stefan Zweig

Stefan Zweig fue un escritor austriaco nacido en Viena en 1881. Inició su carrera literaria traduciendo a Charles Baudelaire y a E. Verhaeren. Por su ascendencia judía, huyó a Londres y vista le hegemonía que alcanzaba el nazismo en Europa se suicidó junto con su mujer durante un viaje a Brasil en 1942. Es autor de una ingente cantidad de obras de novela, historia novelada, teatro, biografías, ensayos y de temática muy variada. En este blog están ya reseñadas «Tres poetas de sus vidas, Casanova, Sthendal y Tolstoi» y  «Magallanes. El hombre y su gesta».

Mirko Czentovicz no demostraba desde niño ninguna cualidad en las diferentes materias convencionales, pero se reveló como un genio del ajedrez, llegando a ser campeón del mundo. Huraño y esquivo, rechazaba en la medida de lo posible todo contacto para no demostrar en público sus carencias, pero en un viaje en barco desde Nueva York a Buenos Aires se preparan unas partidas de ajedrez entre aficionados en las que un empresario, dinero por medio, llega a retar a Mirko. Cuando la partida iba a ser rematada por el campeón, uno de los que estaban presenciando la partida como espectadores, conocido en la novela como señor B., indica un movimiento que va con contra toda lógica y que hace perder la partida al campeón (o dejarla en tablas, no recuerdo bien). El señor B.  es un noble vienés que huye de los nazis, que quiere pasar desapercibido y que se ha jurado a sí mismo no volver a acercarse nunca a un tablero, pero la presión de los viajeros unida a la vanidad de Mirko concierta un primer enfrentamiento en ellos y …

No vamos a descubrir la prosa deliciosa de Stefan Zweig, ampliamente contrastada y que por momentos me recuerda a otros maestros entre los que solo voy a citar. por ser de pluma española, a Manuel Chaves Nogales. En estos días de noviembre de 2020 pocos serán los que no se hayan acercado a ver la magnífica miniserie televisiva «Gambito de dama» —«The Queen's Gambit» en inglés—, un libro de Walter Tevis del mismo título que habrá que leer. El disfrute con las imágenes de la cuidada serie me recordó el libro de Zweig, lo que me llevó a devorarle en poco tiempo: un lector medio tardará poco más de una hora en disfrutar de un planteamiento muy cuidado en el mundo del ajedrez, un mundo que antaño ocupaba espacios en medios con motivo de los campeonatos mundiales y que ahora ha quedado relegado —en los medios— a la nada, pese a los esfuerzos del gran periodista Leontxo García por mantener viva la llama. Los que antaño conocíamos a Gasparov, Karpov, Fisher y compañía ahora no sabríamos decir quién es el campeón del mundo de ajedrez suponiendo que siga existiendo ese campeonato, que creo que sí. En todo caso, la protagonista de «Gambito de dama» no es considerada la mejor ajedrecista femenina del mundo, título que teóricamente recae en la ajedrecista húngara Judit Polgár. Pero nos desviamos del mundo de la literatura al que vuelvo para terminar animando al que estas letras leyere a hacer un alto y devorar este librito que habla no solo de ajedrez sino de la tensión de los jugadores, del público que les rodea, de los sentimientos de un presidiario y de las pasiones humanas y su relación con el dinero unas veces y la auto estima en otras. Lea, lea, no se arrepentirá.

Todo el libro requiere ser subrayado, pero por elegir un único —un poco largo— párrafo… El señor B. se las había ingeniado para sortear a sus guardianes y aprender a jugar al ajedrez de forma auto didacta en una lóbrega prisión…

Habían construido una nada absoluta, no sólo en torno a mi alma, sino también en torno a mi cuerpo. Me habían despojado de todos los objetos: el reloj para que no pudiese medir el tiempo, el lápiz para que no pudiese escribir, el cuchillo para que no pudiera abrirme las venas; tampoco el tabaco, el más nimio de los reconfortantes, me estaba permitido. Nunca conseguí ver más rostro humano que el del guardián, a quien no le estaba permitido decir nada ni responder a ninguna pregunta, ni tampoco pude oír jamás una voz humana. Ni la vista ni el oído ni ningún otro sentido recibían, ni de noche ni de día, estímulo alguno: me hallaba solo con mi cuerpo y cuatro o cinco objetos mudos: la mesa, la cama, la ventana, el aguamanil... desesperadamente solo. Vivía como un buzo bajo la campana de cristal en el negro océano de aquel silencio; un buzo que presiente que se ha roto ya la cuerda que le unía al mundo exterior y que nunca más será rescatado de aquellas calladas profundidades. Nada que hacer, nada que oír, nada que observar; el entorno de la nada, el vacío total, sin espacio y sin tiempo. Me paseaba arriba y abajo y conmigo iban los pensamientos, arriba y abajo. Una y otra vez, arriba y abajo. Pero incluso los pensamientos, por muy etéreos que parezcan, requieren un punto de apoyo, pues de lo contrario giran y giran en torno a sí mismos, en un torbellino sin sentido; tampoco ellos soportan la nada. Desde la mañana a la noche se está a la espera de algo que nunca llega. Se espera y se espera. Y no ocurre nada. Y se sigue esperando, y esperando, y esperando... y pensando, y pensando, y pensando... hasta que duelen las sienes. Y no ocurre nada. Y estás solo. Solo... Solo...