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domingo, 21 de mayo de 2023

Morirán de forma indigna. Un libro sobre las circunstancias en las que murieron miles de mayores en las residencias, de Alberto Reyero Zubiri

Alberto Reyero Zubiri no es un escritor al uso, aunque cualquiera que escriba un libro, e incluso sin hacerlo, ya es un escritor. Nacido en 1962 en Madrid, es abogado, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y había laborado en diferentes empresas en departamentos de recursos humanos. En las elecciones autonómicas de 2011 fue elegido diputado en la Comunidad Autónoma de Madrid bajo las siglas de UPyD y posteriormente encuadrado en Ciudadanos. Ocupaba el cargo de consejero de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad de la Comunidad cuando tuvo lugar la primera ola de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020, siendo por tanto responsable de las residencias de ancianos de la comunidad. «Por los desencuentros y la decepción con sus compañeros de Gobierno por la manera en la que estaban gestionando la pandemia» dimitió de su cargo y se alejó de la política en octubre de 2020 apelando a la «unidad de las instituciones» para luchar contra el virus. Como premonición de estas cuestiones, hasta su entrada en política en 2011, mantuvo un blog titulado «No es Madrid para viejos», accesible en este enlace y en el que figuran numerosos artículos que hablan de su sensibilidad por estos temas.

En el futuro, cuando se escriban los textos de historia, uno de los testimonios esenciales para entender qué ocurrió en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la primera ola de la pandemia será este libro que recoge el testimonio de Alberto Reyero. Qué título tan terrible y tan impactante, sobre todo cuando se tiene la certeza de que no nos encontramos ante una ficción, sino ante un relato verídico. Murieron miles, efectivamente, de forma indigna. (En el prólogo del libro, por Manuel Rico).

La cifra de miles de ancianos muertos en las residencias de la Comunidad de Madrid pudiera haber sido inferior si no se hubieran aprobado los polémicos y denominados «Protocolos de la Vergüenza» en los que se impedía el acceso a los ancianos a los hospitales, condenando a muchos de ellos a una muerte indigna de cualquier persona humana. El autor del libro, consejero en aquellas trágicas fechas, se esforzó hasta lo imposible pidiendo ayuda, siendo ignorado y encontrando la indiferencia de sus compañeros de gobierno cuando no la estigmatización por sus intentos ante ellos y otras instituciones para intentar atajar el problema. Soterrados los hechos hoy en día, mayo de 2023, ante la pasividad de organismos e instituciones, el autor se rinde cuentas a él mismo y a la sociedad dejando claro —y ampliamente documentado— lo que ocurrió, lo que se intentó hacer y… lo que se dejó de hacer. Y como no aprendemos de la historia, el peligro de su repetición sigue ahí, al acecho.

Un poder corrupto en la medida en que se apoya en un costoso aparato de propaganda para imponer un relato falso. Es casi tierno comprobar cómo el consejero va descubriendo las malas artes de algún gacetillero de tercera regional con ínfulas. Y es inevitable una sonrisa comprensiva ante su jugada de filtrar los correos que había enviado al consejero de Sanidad, el infausto Enrique Ruiz Escudero, como forma de reventar la enésima emboscada mediática que le tenían preparada sus compañeros de coalición. «En el río revuelto de la desinformación es donde triunfan las patrañas», …

Cualquier comentario no estrictamente literario sobre este libro tendría connotaciones políticas, de las que se huye deliberadamente en este blog. Plagado de abundantes documentos oficiales, con información y referencias a medios, el relato contiene información de todo lo ocurrido en aquellas terribles semanas. Aunque por momentos pudiera resultar reiterativo, hay que tener en cuenta que un mismo hecho puede aportar diferentes visiones según la óptica con la que se acometa: política, económica, administrativa, legal, informativa… El hecho cierto es que murieron miles de ancianos abandonados a su suerte en las residencias, aislados y sin posibilidad de despedirse con el calor de sus seres queridos. Todos estamos condenados a llegar en algún momento —si no abandonamos este mundo antes— a la vejez y por ello este libro debería ser leído por todos para conocer de lo que fueron capaces unos desaprensivos que deberían velar por nuestro bienestar y en su lugar se dedicaron a poner palos en las ruedas con el fin de salvaguardar sus sillones. Muchos de ellos continúan en sus puestos y el problema, lejos de haberse estudiado para su posible subsanación, sigue ahí, recrudecido.

En general, y lejos de lo que hubiera sido deseable, la constitución de comisiones de investigación en los parlamentos autonómicos para investigar lo ocurrido durante la pandemia no ha sido común. Donde las hubo, Comunidad de Madrid, Cataluña y Castilla y León, les dieron carpetazo en cuanto se renovaron los parlamentos. En este país nos falta cierto hervor democrático. La mayoría de los partidos que daban soporte al Gobierno en sus respectivas comunidades autónomas votaron en contra de su puesta en marcha.


 

miércoles, 10 de mayo de 2023

Púa, de Lorenzo Silva

 

La biografía de Lorenzo Silva ya ha sido comentada en varias ocasiones en este blog con motivo de las muchas reseñas aparecidas de algunos de los libros de su extensa biografía: animamos al lector a usar el buscador para acceder a ellas. Este libro que ha llegado a los lectores hoy 10 de mayo de 2023 es una nueva entrega del autor que no corresponde a la famosa serie de BEVILACQUA Y CHAMORRO. Como en anteriores reseñas en este blog de este autor, no quiero dejar pasar la oportunidad de resaltar aquí mi predilecto de este autor, «La sustancia interior» reseñado aquí y que sigue cada día más vigente a pesar de haber rebasado los veinticinco años desde su publicación.

Un librero —Púa— recibe una llamada de auxilio de un antiguo camarada —Mazo— al que no ve desde hace diez años. Acude al hospital donde su colega está en las cercanías de la muerte para aceptar el compromiso de reconducir a su hija —Vera— que anda por mala senda con peores compañías. Su compromiso implica una vuelta a la acción poniendo en juego su entrenamiento como agente secreto especial para misiones de «La Compañía» que todavía no ha olvidado. Cuando parece que el compromiso ha quedao solucionado de forma relativamente sencilla, en realidad se ha removido un avispero. Se desata una vorágine de sucesos que van jalonando una historia trepidante llena de giros insospechados donde las cloacas del estado siguen funcionando al tiempo que fogonazos intercalados van contando la historia oscura de Púa, sus colegas y sus superiores que actuaban en la sombra para salvaguardar la democracia y contrarrestar la violencia terrorista.

El pasado siempre está presente en la vida de las personas y puede salir a la luz en cualquier momento. Un agente secreto habrá traspasado los límites en numerosas ocasiones y su conciencia no quedará tranquila hasta su muerte, aunque se refugie en una «nueva vida» anodina y muy alejada de sus anteriores cometidos. La acción trepidante que conforma el andamiaje de la novela aparece con flashbacks que refieren con detalle la vida de Púa desde su infancia y el porqué llegó a elegir esa profesión. Una prosa cuidad jalonada con diálogos comedidos, chispeantes e ingeniosos, a los que nos tiene acostumbrados este autor nos van dando idea de la personalidad de los personajes al tiempo que muestran la crudeza de los organismos secretos y policiales que no siempre actúan conforme a la ley. Los numerosos giros que van teniendo lugar a medida que avanza la historia tendrán enganchado sin duda al lector hasta el final del relato. 109.607 vocablos en su edición digital (un análisis de los mismos en este enlace que me han asegurado cerca de seis horas de disfrute al contenido precio de poco más de nueve euros.  Como (casi) todas las novelas de este autor, muy recomendable para los amantes del género (y los que no lo sean).