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miércoles, 30 de mayo de 2018

Lejos del corazón, BEVILACQUA Y CHAMORRO 11, de Lorenzo Silva

@VilaSilva La biografía y datos de Lorenzo Silva ya han sido comentados en varias ocasiones en este blog con motivo de las reseñas aparecidas de algunos de los libros de su extensa biografía: animamos al lector a usar el buscador para acceder a ellas. Este libro ha llegado a los lectores la semana pasada y hace el número 11, si las cuentas no fallan, de la serie BEVILACQUA Y CHAMORRO. No ha llegado al año la espera desde la publicación de las últimas andanzas de estos dos simpáticos picoletos, Rubén y Virginia, más conocidos por sus apellidos Bevilacqua y Chamorro. A diferencia del anterior que constaba de cuatro relatos independientes, «Lejos del corazón» es una historia completa. Como en anteriores reseñas, no quiero dejar pasar la oportunidad de mencionar mi preferido de este autor, «La sustancia interior» reseñado aquí y que sigue cada día más vigente a pesar de haber rebasado los veinte años de su publicación. Casi todos los libros de esta serie han sido reseñados en este blog, pudiendo localizarse mediante el buscador.

En esta ocasión, la acción transcurre en la zona caliente del estrecho de Gibraltar donde el contrabando de tabaco y los alijos de droga están a la orden del día. Pero la historia no va de eso, aunque todo influye. Un joven informático, en problemas anteriores con la justicia, ha sido secuestrado y tras pagar la familia el rescate solicitado sigue sin aparecer. Vila y Chamorro, con todo su equipo, Arnau, Salgado y Lucía, son enviados inmediatamente a la zona donde colaboraran con los guardias civiles locales bajo el mando del capitán «Moro», un antiguo colega de Rubén desde sus tiempos en la época álgida del País Vasco. El secuestrado ha aprendido desde su anterior detención y ha puesto todo tipo de cuidado en su vida y encriptado todo lo que a la informática se refiere. Especialistas de la Guardia Civil en delitos telemáticos son enviados a la zona, pero la investigación no avanza, y se complica cuando el lugarteniente del secuestrado en el negocio informático también desaparece, esta vez sin ningún signo ni petición de rescate. La Navidad se acerca mientras la investigación está en punto muerto a pesar de las muchas vías indagadas. Al final nada es como parece, pero una conjunción de sucesos y la tenacidad puesta por todo el equipo con la inestimable ayuda de los locales tiene sus frutos, resolviendo el caso con un giro inesperado para el lector.

Rabiosa actualidad en estos días en la zona en la que se desarrolla la trama. Poco se puede añadir a lo ya comentado sobre estos dos personajes, y sus nuevos ayudantes, que cumplen veinte años desde su aparición inicial en «El lejano país de los estanques». Aunque las novelas pueden leerse de forma independiente, aquellos lectores que hayan seguido la saga desde el principio disfrutarán de mayor conocimiento de su psicología y disfrutarán con los diálogos chispeantes y la fina ironía de sus diálogos, dejando entrever el mundo de la Guardia Civil donde se mezclan cuestiones personales con la jerarquía militar, en la que hay que contar el número de estrellas y sus puntas para saber a qué atenerse. El mundo de internet, con sus jergas, sus criptografías y sus bitcoins ha sido tratado a fondo por el autor sin entrar en tecnicismos, lo que sin duda lectores no muy avezados en estos temas agradecerán, al tiempo que se hacen una idea bastante cabal de por dónde marcha la denominada ciberdelincuencia. Rubén y Virginia son ya viejos zorros que se las saben todas, perfectamente sincronizados entre ellos y con cierta ascendencia sobre sus superiores, que estrenan en esta entrega, para saber hasta dónde pueden llegar, aunque a veces tienen alguna sorpresa. Sus conversaciones con la judicatura en este caso no son de destacar, como sí lo fueron en anteriores entregas. He disfrutado de los casi cien mil vocablos de la versión digital comprada en un precio contenido de 9,49 euros que es de agradecer. Ahora a esperar otra nueva entrega de estos simpáticos personajes que ya se van haciendo mayores, aunque los jóvenes de su equipo cada vez prometen más.


domingo, 27 de mayo de 2018

Los anhelos, de David Villegas Cabadas

David Villegas Cabadas (Madrid, 1973) es Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Master en RRHH y titulado en Coaching y Mindfulness. Ha dedicado gran parte de su vida profesional a la formación. Apasionado de la escritura desde niño, asistió en 2010 a un curso de escritura creativa de la Escuela de Escritores de Madrid, y fue ganador en 2015 del Premio de Narrativa Corta "Don Manuel" de Moralzarzal (Madrid). Desde entonces ha escrito numerosos relatos sobre temas de actualidad, algunos de los cuales pueden leerse en su blog «David Villegas Escritor». Desde 2015 imparte numerosos talleres de escritura creativa, cuento y novela, y dirige diversos clubs de lectura. Su primera novela titulada «Las nieblas de Huancabamba» fue galardonada en 2013 con el I Premio de Novela Corta de Terror Ciudad de Utrera, uno de los de mayor prestigio en el género en España. La novela que comentamos hoy, «Los anhelos» es su segunda publicación, tratándose en esta ocasión de una novela «no corta».

Adrián Antuña es un diecisietañero rebelde que va mal en los estudios y bien en las golferías fuera de ellos con el grupo de amigos que lidera. Lesmes había llegado hace años desencantado del mundo a la pequeña localidad [ficticia] asturiana de Ontaría, cercana a la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Barro —portada del libro—, y se había instalado en la magnífica Casa de Arriba situada en las afueras del pueblo. El último día de curso antes de su jubilación, el profesor Lesmes lanza una arenga a los estudiantes, con tintes de bronca, en la que refiere una historia impactante ocurrida hacía muchos años en la sabana africana. Pasado el tiempo y acabados sus estudios, comienza a laborar en «Albañilería, Fontanería y Obras en general», empresa de su padre y por las tardes frecuenta la pequeña biblioteca local, donde conoce a Aitana, la bibliotecaria. Un día debe acudir a arreglar unas humedades en la Casa de Arriba, en la que Lesmes transita por los últimos años de existencia desmenuzando sus muchas vivencias en compañía de la negra Aberash. Surge una chispa entre Adrián y Lesmes que les hace revivir sus viejos contactos escolares y, encontronazo va encontronazo viene, sus vidas se transforman drásticamente, especialmente los anhelos del joven. Las visitas regulares de Adrián a la casa irán aunando emociones y desgranando poco a poco escondidas y entrañables historias que sin duda conmoverán al lector. Y en el acabose, Adrián encontrará en los baúles del desván un secreto muy bien guardado del profesor que se encargará de mantener vivo y le ayudará en su nuevo cometido en la vida.

El profesor volvió a cruzar las manos sobre la hoja. —Sí chico—, afirmó. Es una regla de oro de la escritura. Hacer visible lo invisible. Seducir con imágenes. Hacerlas imborrables. Y para lograrlo no hay que ir de puntillas ni con prisa por la vida, sino que es obligado escuchar la respiración del mundo, su aleteo, sus matices. Tus sentidos te ayudarán, ¡tus antenas, caray! Aprovéchalos. Abusa de ellos. Y haz caso a tu oído, y mira bien, y huele y toca, y saborea y el próximo día muéstrame a esa chica, muchacho, y no vuelvas a martirizarme con adjetivos perezosos ni con palabras huecas que a nada huelen, ¿lo harás?
Una bella historia o mejor muchas entrelazadas, del pasado y del presente. Poco a poco, con calculada mesura, el autor va mostrando las emociones de los personajes principales, Adrián y Lesmes, y de los secundarios, Aitana y la negra Aberash. Exquisito cuidado del lenguaje que cautivará sin duda al lector con agradables giros y algunas novedosas palabras que habrá que buscar en el diccionario. La personalidad de los protagonistas irá aflorando a medida que se avanza en la historia, una historia en su justa medida en cuanto a extensión, lo que es de agradecer por lectores devoradores como es mi caso que tienen mucha lectura pendiente. Al final, los lectores acabarán conmovidos y los que ya cuenten con cierta edad bucearán en sus recuerdos a la busca de un profesor, o maestro, como Lesmes. Un libro muy recomendable de un autor novel que esperemos no se diluya en el océano de publicaciones actuales de autores de renombre. 
Tras el cierre, he recogido mis papeles y los he introducido en la vieja cartera de mi profesor. Hace muchos años intenté rellenar aquella cartera con piedras. Hoy la paseo con las chispas que van surgiendo y con los borradores de mis discursos. Gracias, profesor.
  El libro ha sido auto publicado por su autor. Por el momento no existe versión en digital. La edición en papel, muy cuidada y de 193 páginas ha sido realizada en LETRAME y está disponible en las principales distribuidoras a poco que naveguemos por la red. También en la feria del libro que está teniendo lugar en Madrid en estos días de mayo y junio de 2018, donde el autor firmará ejemplares a los lectores. En todo caso, en el blog del autor mencionado en los prolegómenos de esta entrada figura la dirección de correo electrónico del autor.

martes, 22 de mayo de 2018

Una mujer infiel, de Miguel Sáez Carral

@msaezcarral ‏ Miguel Sáez Carral nació en Madrid en 1968 y es licenciado en periodismo, aunque su actividad principal está dedicada a la creación y adaptación de guiones para televisión, con los que ha conseguido numerosos premios y reconocimiento del público. Entre sus novelas publicadas encontramos «El tiempo de las arañas», en un lejano 1997 y la fenomenal «Apaches» en 2014, que ha sido llevada recientemente a la televisión en una serie magistralmente adaptada y muy fiel al libro. El autor vuelve de nuevo con esta novela «Una mujer infiel».

Be, Beatriz, y su marido, sin nombre o por lo menos yo no lo recuerdo tras la lectura, son los protagonistas de este relato. Be es encontrada con numerosas contusiones, sin ropa interior y prácticamente muerta al borde de un camino por un corredor. Llevada al hospital es intervenida con pocas probabilidades de vida. El inspector Driza y su ayudante Freire toman las riendas del caso, quedando sus apariciones en la novela en menos que lo imprescindible. El relato está centrado en la (azarosa) vida de Be desde sus tiempos de estudiante de cine junto con el que hoy es su marido, que aparece por instantes como principal sospechoso del ataque. Be es una mujer especial que no solo llama la atención a todo aquel, y aquella, con quién se cruza sino que pasa a la acción sin pensárselo ni media vez. Amigos, vecinos y compañeros entran y salen, físicamente, en la vida de Be y su marido de forma continua: un acuerdo entre ellos les permite transitar en el filo de la navaja en lo que al sexo, con ellas y ellos, se refiere. Al final, como no podía ser de otra manera, se aclara el ataque y Be… no se puede contar más sin hacer «spoiler», con perdón por el palabro.
Anita se defendió de aquel segundo rechazo asegurándole a Be que estaba de acuerdo con esa decisión. Ella también quería a Tomás y «su noche» —así la llamó— había sido una experiencia maravillosa que nunca olvidarían, pero debía quedarse en eso. Ninguna de las dos quería meterse en problemas. Eso se dijeron.

¿De verdad me estás proponiendo que te comparta con otra persona? Estás mal de la cabeza. Tu tía tenía razón. Eres una puta enferma. O quizá no es una enfermedad, simplemente es que quieres que te follen continuamente y te da lo mismo quién lo haga, Me das pena, joder, de verdad. Quédate con Anita.
No hay peor cosa en esta vida que acercarse a algo con (muchas) expectativas. Siempre digo que Cuenca es una ciudad encantadora A PESAR DE las casas colgantes. Vi este libro como novedad en la biblioteca el pasado sábado y dejé todo lo que estaba haciendo y leyendo para devorarlo a lo largo del fin de semana. El recuerdo del fenomenal «Apaches», comentado en esta reseña y releído de nuevo hace unos meses antes de ver la serie en televisión, me impelió a acercarme con mucha expectación a una nueva entrega de este autor. Los teóricos de la escritura dicen que el nombre de los personajes dice mucho de ellos. Estoy de acuerdo con el de Be, pero el de su marido es inexistente, o repito, no le recuerdo y no es cuestión de releer de nuevo. He leído la versión en papel pero hubiera sido interesante disponer de la digital para hacer un conteo del número de veces que aparece el verbo «follar» y sus derivados: para perder la cuenta. Los lectores, masculinos o femeninos, que disfruten con las escenas subidas de tono tienen entretenimiento y numerosas «pistas» de cómo, cuándo, dónde y con quién hacerlo. A mí me ha parecido demasiado reiterativo el asunto, pero para gustos hay colores. El relato está bien escrito, bien estructurado y se sigue con fruición, a la caza de la solución policial que como he mencionado anteriormente queda diluida en el total de la novela. Si el lector de este blog no ha leído «Apaches» y tiene que elegir, que no lo dude.

martes, 8 de mayo de 2018

Claus y Lucas (Trilogía completa), de Agota Kristof

Agota Kristof es una escritora húngara nacida en Csikvánd en 1935. En 1956 escapó de Hungría con su familia y fijó su residencia en Suiza, trabajando como operaria en una fábrica y estudiando francés, idioma en el que escribió su obra. Publicó en 1986 su primera novela «El gran cuaderno» que tuvo continuación en «La prueba (1988)» y «La tercera mentira (1992)» conformando las tres esta trilogía de «Claus y Lucas» que comentamos aquí. Otras obras suyas, relativamente cortas, son «Ayer», «La analfabeta» y «No importa». Murió en Suiza en 2011.

El mundo, revuelto y en guerra, visto desde la óptica de dos —¿dos? — niños gemelos, de seis años, dejados por necesidad por su madre con una abuela cruel y que malviven en un pueblo miserable en la misma frontera, pero se resisten con todas sus fuerzas a dejarse llevar por las circunstancias, luchando por salir adelante en un ambiente hostil que les niega todo. Aprenden a leer y escribir por su cuenta y van anotando todo en un gran cuaderno. Con el tiempo, se separan, cruzando Claus la frontera y dejando solo a Lucas, que se esmera por hacer el bien en todo lo posible en el pueblo; ya no están en guerra, pero la devastación ha sido tan poderosa que continúan fuertes restricciones y todo bajo un férreo control por parte de los invasores. Con el tiempo, ya en la tercera parte, Claus ¿o es Lucas? Regresa, pero sus vidas han cambiado mucho y hacen imposible la reconciliación.

Por muchos es considerada como una novela imprescindible, pero yo no puedo compartir esa idea. La primera parte transmite una historia emocionante, si bien con un lenguaje extraño, frases muy cortas, repetitivas, minimalistas que a mí me resulta difícil de leer, pero los sentimientos y situaciones llegan al lector y más por venir contados por uno ¿o dos? Niño(s) de seis años. La segunda parte es ya más floja y en la tercera parte el descoloque a que se somete al lector es significativo. El descontrol de personajes es total, la relación con todo lo leído anteriormente es difícil de detectar, aunque quizá sea esto lo que llama la atención y sea «la tercera» mentira como su título indica. Lo siento, pero a mí no me gusta el despiste, la desorientación cuando no el engaño. Lo siento, pero no juego. La escritura en todo el libro es desnuda, sin «grasa» como dice la autora, muy directa, con frases muy cortas que como ya digo en mi caso me tira para atrás, pero para gustos hay colores. En una reunión de club de lectura y a pesar de la portada del libro no nos hemos puesto de acuerdo si se trata de uno o dos niños. Significativo cuando menos.

Me quedo con la historia que se puede «trasfondar» en la primera parte, cruel, directa y desgarradora, y que sería la única que yo recomendaría y eso con reticencias por el estilo. El mundo presentado tiene muchos visos de ser real y haber tenido lugar en la patria de la autora durante la invasión de las tropas soviéticas, aunque esto no se menciona en la novela, donde no aparece ninguna referencia a ciudades o naciones. Señalar los dos nombres, de cinco letras, de las mismas letras, aunque en numerosas ocasiones el de Claus aparece como Klaus… ¿Se trata del padre? Demasiadas interrogantes para lectores que gusten de una cierta verosimilitud.

jueves, 3 de mayo de 2018

Operación Picasso. Las revueltas del destino, de Pedro Saugar Segarra

@operacionpicass Pedro Saugar Segarra, nacido en cuenca en 1964, es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid. En la actualidad vive en Cuenca y trabaja en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. El paso de lector voraz a escritor novato no se atrevió a darlo hasta que la crianza de sus hijas le fue dejando algún hueco de tiempo del que antes carecía, siendo «Operación Picasso» su ópera prima y, hasta la fecha, única obra literaria. Sus aficiones principales, aparte de la literatura y la familia, son la frecuentación de los amigos, el deporte, el cine y los viajes. El propio autor manifiesta sentirse atacado por el virus de la escritura.

El relato de «Operación Picasso» comienza en 1964 comentando de forma sucinta el fallecimiento de «Macru», María Crescencia Box Muñoz de Linuesa. A partir de ahí, tres hilos conductores constituirán la estructura de la novela que se desarrollará en Cuenca, Madrid y París en tres épocas dispares, 1897, 1905 y 2013. Un descubrimiento sorprendente en la época actual conectará los comienzos de Pablo Picasso en los ambientes madrileños y parisinos con un joven conquense en los años finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Madrid, quince de junio de 1.898. Ni siquiera el luminoso día que se levantó hoy, puliendo el espejo embarrado del cielo de Madrid tras dos jornadas de lluvias torrenciales, pudo levantar ni un ápice nuestro ánimo, más bajo aún que el espíritu de nuestras sufridas tropas en ultramar, configurando en el trayecto a la estación nuestras caras y nuestros ademanes derrotados una suerte de ensayo del inevitable desfile de capitulación de las mismas. Pablo se ha ido. Sí, es verdad que lo sabíamos desde hace tiempo, incluso alguno llegó a profetizar al inicio que no acabaría el curso, cuando Muñoz…

Sus 396 páginas conteniendo 74.834 vocablos suponen una lectura densa y un reto considerable para el lector. La apuesta del autor por dividir la obra en casi un centenar de capítulos muy cortos, que transcurren en escenarios y épocas distintas, es cuando menos arriesgada, pues somete al lector a un cierto descontrol sobre el desarrollo de la acción, cuya ligadura aparece prácticamente en los momentos finales. Los comienzos parisinos de Picasso en la búsqueda de su identidad como pintor y sus arrebatos pasionales y el mundo de Cuenca en sus manifestaciones de Semana Santa y fiestas son el fundamento de la historia, con una fabulación muy conseguida por el autor a través de una prosa fluida, rica en vocabulario, aunque por momentos impostada en sus detalles. El lector necesitará prestar mucha atención a los títulos y fechas de los capítulos y armarse de paciencia para soportar una cierta pérdida de control en el encaje de los personajes que fluyen rápidamente en épocas y escenarios distintos y que nos cuentan sus andanzas en primera persona.

…encontrado un diario inédito de Fernande Olivier y ha hecho las maletas por si acaso. Es vox populi que cualquier novedad relacionada con el gran pope Picasso mueve mucho dinero en el mercado negro...En fin, esperemos que lo que nos descubrió Lucio sea únicamente casualidad, fruto de su propia condición de espía…

Como digo, la apuesta capitular y el troceo del relato son arriesgados. De hecho, al final de las páginas hay un índice del entrelazamiento de los capítulos en la acción. Podría ser un buen ejercicio el leer los tres hilos por separado. La fabulación sobre los ambientes y algunas historias, como el asesinato, el robo o la sociedad secreta Conca Lux ayuda a dar fluidez a una historia que rompe con los ambientes cerrados y opresivos de la época. El lector que insista en la lectura se verá sorprendido progresivamente con el misterio que rodea a una posible primera versión desaparecida de «Las señoritas de Avignon».