Michael Cox es un autor británico fallecido en 2009 que nos legó apenas dos obras literarias tardías, que vieron la luz en 2006 y 2008 con motivo de un cáncer que le descubrieron en 2004 y que le impulsó a escribir una historia a la que llevaba cerca de treinta años dándole vueltas. «El legado del tiempo» es la continuación de su otro libro titulado «El significado de la noche» reseñado en este blog. Alguna biografía y recopilaciones de cuentos menos conocidas conforman su bibliografía. Falleció en Londres en 2009, con 60 años, víctima de un raro cáncer vascular.
Los hechos narrados en esta novela tienen lugar en 1876. La señorita Esperanza Gorst, Alice, nacida en París, queda huérfana de ambos padres ingleses desde niña y al cargo de una amiga de su madre, madame de l’Orme, que junto con un caballero, mr. Thornahaugh, la crían con enorme cariño y dedicación. A sus dieciocho años y en medio de un gran secretismo, es enviada a Inglaterra, a la mansión de Evenwood, residencia de lady Tansor, con unos antecedentes falsos muy bien construidos y con el encargo de convertirse en su criada personal y ganarse su amistad incondicional. Este empleo choca con la formación de Esperanza que asiste sorprendida a esta nueva faceta de su vida creyendo a pies juntillas los designios de su cuidadora, que la advierte que es el eje central de una «Gran Misión» de la que irá recibiendo consignas más adelante. Aunque sus objetivos siguen desconocidos por un tiempo, Esperanza se gana día a día la confianza de lady Tansor hasta convertirse en su dama de compañía, si bien despierta los recelos de todos por sus maneras refinadas, impropias de una sirvienta y que no consigue ocultar del todo. A pesar de haberse casado y tener dos hijos, la viuda Lady Tansor, de soltera Emily Carteret, sigue enamorada de su primer prometido, Phoebus Daunt, que fue asesinado hace años en extrañas circunstancias en el transcurso de una fiesta en Londres en la que precisamente se anunciaba su compromiso. La vida de lady Tansor, una mujer caprichosa, voluble y muy exigente, tiene muchas cuestiones poco claras y ella y sus amistades ocultan sucesos importantes de su pasado, cuestiones que levantan las sospechas de Esperanza. Poco a poco, Esperanza va conociendo los entresijos de la mansión y de todos sus moradores, mientras va atando cabos al descubrir hechos y documentos al tiempo que va siendo informada con cuentagotas de su misión, que la relaciona directamente con una complicada trama de traición, asesinatos y misterios que tienen que ver con ella mucho más de lo que parecía en un principio. El retrato de todos los personajes, especialmente de Emily y Esperanza va cogiendo forma a medida que avanza la novela, así como del resto de personajes, muchos de ellos del pasado, hasta un desenlace más o menos esperado pero que atraviesa muchos vericuetos y enredos con los que al autor mantiene la atención del lector y estimula su capacidad de asombro con giros insospechados, algunos a última hora y totalmente imprevisibles.
En mi opinión y aunque no sea estrictamente necesario, es muy conveniente leer con anterioridad la otra novela de este autor, «El significado de la noche», de la que como hemos dicho esta es una continuación. Gran parte de los hechos narrados se comprenden mejor con la lectura anterior, tanto que bien pudieran haber constituido una sola novela y de hecho mi recomendación es leer las dos de un tirón para poder disfrutar del relato en toda su grandiosidad; había leído la primera parte hace años y cuando comencé a leer la segunda me di cuenta de que determinados aspectos se me escapaban, lo que me llevó a leer de nuevo la primera con gran satisfacción.
Las escenas principales tienen lugar en el campo, en Everwood y sus alrededores, pero se alternan con sucesos en Londres principalmente y algunos otros en Francia, Islas Canarias, Islas Azores o Florencia. 712 páginas en su edición impresa conteniendo algo más de ciento noventa mil vocablos. El autor vuelve a utilizar diversos formatos tales como cartas, diarios, confidencias, libros y otros para ambientar de modo magistral el relato y jalonar los saltos en el tiempo que son continuos en la novela, a la par que muy atractivos para el lector, que se imbuye en la trama y es invitado a aventurar el desarrollo del relato. Pudiera estar cargada de vocablos y adolecer de un ritmo algo lento, pero eso dependerá de cada lector y de sus gustos: en mi caso nada de esto ha ocurrido. El recorrido de los personajes, no solo de las dos mujeres protagonistas, sino de gran parte de los demás, algunos de ellos ya fallecidos, está muy logrado y resulta interesante, entretejiendo pensamientos y realidades, presente y pasado, de forma que la definición de las personalidades queda perfectamente establecida. Muertes, caballeros de la nobleza y los negocios y gente barriobajera, amores, traiciones, intrigas, trampas, herencias, relaciones… muchos componentes en dosis justas que se entremezcla para construir una historia, quizá algo barroca, que va creciendo en intensidad y emoción y sin duda se hará un hueco entre las preferencias de los lectores.
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