BÚSQUEDAS en este blog

martes, 17 de enero de 2017

La digestión es la cuestión de Giulia Enders

@giuliaenders Giulia Enders es una joven escritora y científica alemana nacida en Mannheim en 1990. Licenciada en gastroenterología en la universidad de Frankfurt, ha cosechado numerosos éxitos con sus charlas divulgativas de contenido científico, lo que la llevó a publicar el presente libro en marzo de 2014, que contiene algunos dibujos realizados por su hermana Jill a quién en el apartado de agradecimientos dedica una frase que no tiene desperdicio y que casi solo por ella merece la pena leer el libro: «Sin su mente libre, racional e inquieta, a menudo me habría quedado atascada en un mundo donde la obediencia y el conformismo resultan actitudes más sencillas que la valentía y la voluntad de cometer errores eficientes». El título original en alemán es «Darm mit Charme. Alles über ein unterschätztes Organ» lo que traducido sería «Encanto intestinal. Sobre un órgano subestimado», ha sido traducido a varios idiomas y se han vendido más de un millón de copias sólo en Alemania.

Tendemos a considerar el cerebro o el corazón como los órganos más vitales del cuerpo, olvidándonos de que el aparato digestivo es vital para generar la energía y alimentar la sangre que ambos necesitan. Un inadecuado funcionamiento del intestino dejaría al organismo sin los fluidos vitales y necesarios para su correcto funcionamiento. Un ejemplo son las personas celíacas, que si no son diagnosticadas y observan una dieta rigurosa libre de gluten, verán como las vellosidades de su intestino desaparecen siendo incapaces de metabolizar los alimentos y consecuentemente de extraer los nutrientes necesarios. Los mensajes de este aparato digestivo, que funciona varias veces al día, nos pasan desapercibidos en condiciones normales, salvo que se produzca alguna disfunción que nos provoque dolor, diarrea o similares. A pesar de su correcto funcionamiento, no está de más prestar atención al combustible que utilizamos para facilitar su correcto funcionamiento. Cada persona es única y particular y no existen recetas milagrosas generales: los hidratos de carbono engordarán a algunas personas y no a otras, la grasa subirá los niveles de colesterol pero no de forma generalizada y así numerosos ejemplos. Nuestros órganos están llenos de bacterias que debemos de mantener y que son vitales para un funcionamiento engrasado del sistema endocrino. Según la autora… «La oveja negra de los órganos, el intestino, guarda una estrecha relación con el sobrepeso, las alergias o las depresiones». ¿No son suficientes razones para preocuparnos más de su cuidado?

El libro está redactado de forma simpática, divertida, muy entretenida, a pesar de los contenidos técnicos que en algún momento pueden llegar a aburrir a algún lector que no tenga un extra de curiosidad por estos temas. Pero por el contrario, el lector cosechará valiosas informaciones aderezadas con frases graciosas —cagarse en los pantalones, tener mariposas en el estómago—, que sin duda nos sonarán del acervo popular y que definen con toda exactitud esos procesos «sucios» que discurren en la parte baja y de atrás de nuestro organismo. Encontraremos información práctica y razonada de posturas de evacuación, entre las cuáles no es precisamente la aconsejada el estar plácidamente sentados en el «trono» haciendo con calma la visita al sr. Roca. ¿En qué condiciones se produce un eructo o un pedo sin que podamos reprimirlo? Tras la lectura de los algo más de setenta mil vocablos contenidos en sus trescientas veinte páginas, tendremos más conocimientos y podremos decidir mejor sobre los alimentos que tomamos y que condicionan nuestro presente y nuestro futuro. En lugar de referirnos a alimentos concretos o porcentajes de los mismos, la propia autora señala que…«cada uno debería de indagar por sí mismo qué tipo de alimentos le sientan bien, qué tipo de hidratos de carbono le hacen sentirse animado o cansado y qué tipo de grasas le hacen tener una mejor predisposición…». Eso sí, después de leer este libro tendremos que desechar el pensamiento de cambiar la taza convencional por una turca y a buen seguro iremos al cuarto de baño de otra manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

opiniones