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domingo, 8 de mayo de 2022

Jane Eyre (Traducc. Carmen Martín Gaite), de Charlotte Brontë

Charlotte Brontë nació en 1816 en Thornton (Yorkshire), siendo la tercera hija de Patrick Brontë y Maria Branwell. En 1820 el padre fue nombrado vicario perpetuo de la pequeña aldea de Haworth, y allí pasaría Charlotte casi toda su vida. Huérfanos de madre a muy corta edad, los cinco hermanos Brontë fueron educados por una tía. En 1824, junto con sus hermanas Emily, Elizabeth y María, acudió a una escuela para hijos de clérigos; Elizabeth y María murieron ese mismo año, y Charlotte siempre lo atribuyó a las malas condiciones del internado. Estudiaría posteriormente un año en una escuela privada, donde ejerció asimismo como maestra; fue luego institutriz, y maestra de nuevo en un pensionado de Bruselas, donde en 1842 estuvo interna con Emily. De vuelta a Haworth, en 1846 consiguió publicar un volumen de poesías con sus hermanas Emily y Anne, con el pseudónimo, respectivamente, de Currer, Ellis y Acton Bell. Su primera novela, «El profesor» no encontró editor, y no sería publicada hasta 1857. Pero, como Currer Bell, publicó con éxito «Jane Eyre» en 1847. En 1848, mientras morían a su alrededor Emily y Anne y su hermano Branwell, escribió «Shirley». En 1853 publicó su última novela, «Villette». Charlotte se casó con un reverendo un año antes de su muerte, que tuvo lugar en 1855.

La luz del día empezó a desamparar el cuarto rojo; eran …

Uno de los clásicos del siglo XIX en pleno auge del romanticismo en la literatura. La vida de una huérfana que con determinación se abre paso en su azarosa vida hasta convertirse en institutriz en una casa de posibles, enamorarse de su patrón y acabar casándose con él tras numerosas peripecias, alejamientos y acercamientos y cambios drásticos en su vida. Un canto a la vida en la campiña inglesa del siglo XIX. Un libro de la vida misma con una determinación por encima de los límites que en aquellos años soportaba la mujer en una sociedad machista.

 Y de pronto me acordé de lo ancho que era el mundo, y del abanico de esperanzas y miedos, de sensaciones y aventuras que aguardaban a quien tuviera el coraje de lanzarse a su espesura, desafiando peligros, en busca de vida y conocimientos verdaderos.

Uno de los problemas a los que me enfrento cuando decido iniciar la lectura de uno de los clásicos, este sin duda lo es, es la traducción. Diferentes traducciones pueden enriquecer o envilecer la novela. En este caso, al tratarse de la elegida en un club de lectura, con gran acierto se eligió la realizada por Carmen Martín Gaite, lo que se nota en una lectura rica en matices y vocabulario. Una novela precursora de lo gótico en la literatura y que podríamos considerar un adalid del feminismo por la psicología de Jane, la protagonista, que defiende sus convicciones contra viento y marea en una sociedad en la que la mujer era poco menos que nada. La historia avanza con unos personajes muy creíbles, magníficamente perfilados aderezados con magníficas descripciones de los lugares y viviendas en las que se desarrolla la acción. Entre tanta publicación actual, es muy recomendable y hasta saludable refugiarse en los llamados clásicos; sin duda este lo es y hará a buen seguro las delicias de cualquier lector, hombre o mujer, viejo o joven.


 

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