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domingo, 7 de octubre de 2012

Sonata para perdedores, de José Manuel Campillo Ortega.

 Acerca de la confesión, nos dice María Zambrano en un libro titulado La confesión: género literario: Sin una profunda desesperación el hombre no saldría de sí, porque es la fuerza de la desesperación la que le hace arrancarse hablando de sí mismo, cosa contraria del hablar. Más adelante: huida de sí y expresión de alguna culpa, de un yo que se quiere rechazar.

El protagonista de Sonata para perdedores, de José Manuel Campillo Ortega, siente esa desesperación, y por eso se lanza a expresar la culpa, liberarla, hablar de sí mismo. Le sirve de confidente su amigo Arturo. Aunque al otro lado de las páginas, nosotros también prestamos nuestros oídos. Y escuchamos: Hace tiempo yo maté a una mujer.
                       
Jaime confiesa una parte de su vida bañada por la traición, el crimen y la mentira. Y esa parte de su vida tiene lugar en Florencia, la ciudad que elige para poner fin a sus días.

Nos encontramos con una persona cansada, sin ninguna ilusión, hastiada de todo, que decide coger todos sus ahorros y marcharse a la ciudad que le verá por última vez, y donde tiene la intención de exprimir hasta el último minuto y hacer todo aquello que nunca ha hecho. Antes del último adiós, antes de suicidarse, quiere que lo imprevisible forme parte de su vida; dejar a un lado la rutina, el orden. Cada momento, vivirlo con intensidad. En definitiva: no pensar la vida, sino vivirla.  

Y que mejor ciudad para despedirse de ese modo que una llena de belleza. Jaime emprende el último viaje a una ciudad rebosante de luz,  pero sobre todo, lo que emprende Jaime es un viaje que le llevará a mirar hacia su interior. Y el interior de Jaime es como la iglesia de San Marcos: quizá no exista otra iglesia en Florencia que resalte mejor la fuerza de la luz en su lucha contra las tinieblas.

Leer Sonata para perdedores me ha traído por su atmósfera, el recuerdo de sensaciones que tuve leyendo El lobo estepario, Fausto, El retrato de Dorian Gray, o El jugador. Porque en ella nos encontramos a un hombre distanciado de la sociedad, que quiere quitarse la máscara, que le cansa llevarla; encontramos un pacto con el diablo; y nos encontramos a alguien que quiere que unos jóvenes dibujen su cuerpo pero que les pase desapercibida su alma decrépita, envejecida y carente de alegría. Me recuerda también porque hay juego, apuestas: No son unas partidas de ajedrez. Son las partidas. En estas se comienza jugando dinero y se acaba vendiendo el alma al diablo. Y a Jaime le gusta apostar: y entre partida y partida llegó la noche que marcó el devenir de mi vida. La que dio comienzo al canalla en el que luego me convertí.

 Como le dice Jaime a su confidente Arturo,acomódate, nosotros debemos hacer lo mismo.  Acomodarnos y seguir leyendo, escuchando.

También me recuerda a esas historias, por la gran cantidad de fragmentos para subrayar y pensar.  En mi caso, cinco folios: anverso y reverso.

Sonata para perdedores suena a otra época, pero con interrogantes que nos acompañan en todas. Me sorprende para bien que un libro como éste lo lean chicos  y chicas de 4º de la ESO y 1º Bachillerato (Psicología). 

Después de leer Kubrick y la filosofía, me apetecía leer algo más de José Manuel Campillo. Me gusta la apuesta que hace su autor, tanto en el ensayo como en la ficción. Se agradece tener la oportunidad de pasar un buen rato, pero siempre acompañado de un plus que nos lleve un poco más allá. O más acá.
                   
Unos veinte minutos después entró en una librería. No estaba muy seguro de que debiera hacer lo mismo, pero la curiosidad me pudo. Quería saber sus gustos literarios. Era consciente de que las distancias se acortaban y que la decisión no era muy acertada, pero las librerías siempre han sido mis santuarios particulares y ahora que ella profanaba uno de ellos quería saber por qué o por quién lo hacía.

Y yo te pregunto, ¿tú por quién o por qué  profanas las librerías? y de paso os recomiendo la librería La Central que han abierto hace poco en Callao (Madrid). Para quedarse a vivir allí.   

Patricia L.
Nota:  Se puede adquirir Sonata para perdedores  en versión Kindle por 0, 99 euros; y en formato papel por 15; el libro de “Kubrick…” desde hace unos días está disponible en papel por 8,80 euros; y en versión Kindle por 2,87.
                                                                                                                                                       

6 comentarios:

  1. Patricia,
    Interesante saber que opina sobre Florencia (bella ciudad de la que nunca me canso, y eso que la primera vez que fui me dejó indiferente...). E interesante el detalle de Zambrano, que tengo pendiente leer (en este mes estoy luchando contra Proust).
    Saludos,
    Consuelo

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  2. Hola Consuelo, mucha suerte en esa batalla frente a Proust;)
    A Zambrano la leo muy poquito a poco, pero es una delicia. Si un día te animas, "Filosofía y poesía" es un libro estupendo. El que he citado está publicado en Siruela. Es muy breve. Un abrazo,
    Patricia

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  3. Cuando una novela te recuerda a “El lobo estepario”, “Fausto”, “El retrato de Dorian Gray”, o “El jugador”, en un escenario como Florencia no puede ser mala. Si además la recomienda y traslada en sutil reseña alguien con sano y contundente juicio como es Patricia, el libro pasa a la categoría de las inminente para leer y si, en un celo perfeccionamiento y eficacia en las entradas, nos tientan con un precio, casi simbólico, de 0,99 euros, .... a la de una, a la de dos y a la de tres... adjudicado al caballero que escribe que se la va a leer en Noviembre.
    Gracias por tus entradas y recomendaciones.

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  4. Fíjate Javier, que todas esas historias que he mencionado son historias en las que creo que tanto para entrar y salir de ellas hay que tener cierta disposición de ánimo. Sé de personas que no pudieron con "El lobo estepario" o que "El jugador" no les dijo nada... Para mí son historias que van más allá del mero me gusta o no me gusta. Te exigen como lector/a pero hay más que una lectura, para mí hay una experiencia, hay un poso que ya no se te va nunca. Pero ya sabes, esto es muy subjetivo, y lo que a mí me puede llegar a otros les puede provocar sólo rechazo.
    La novela de Campillo me parece extraña por estos lares. Arriesgada. Me suena a otra época, como he dicho, pero también a un mundo de preguntas, de reflexión, que a veces no es fácil encontrar.
    Un abrazo,
    Patricia

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  5. Coincido con tu opinión. Son obras imprescindibles, controvertidas en cuanto a gustos,pero incuestionables en cuanto a la vigencia y profundidad de su contenido. No son meras novelas, son alegatos a favor de la profundidad y arraigo de ciertos sentimientos y debilidades humanas.
    Por cierto. ¿No pensais que las cuatro obras deberían constar reseñadas en este blog?.
    A mi me apetece volver a leerlas. Para Noviembre, voy a reseñar "Fauto "y "el jugador". ¿Quién se compromete con las otras dos?

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  6. Me parece una idea estupenda, Javier. No sé si a alguien le apetecerá reseñar "El retrato de Dorian Gray" y/o "El lobo estepario". A mí no me importaría releerlos, pero ahora mismo no puedo comprometerme por tener otras lecturas entre manos, y gracias por transmitir siempre tanto interés por la lectura.
    Un abrazo,
    Patricia

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