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jueves, 13 de febrero de 2014

El divorcio de Adán y Eva, José Luis Palma

@jlpalmagamiz Tuve la ocasión de comentar en el blog otro libro de este autor titulado «El Paciente del Pardo» que me dejó buenas sensaciones para acometer la lectura de otro. En principio el elegido entre sus publicados había sido «Mi amor por un reino en Córdoba» pero en el último momento el ratón de mi ordenador se detuvo encima de «El divorcio de Adán y Eva» y fue este el que acabo yendo directamente de la librería electrónica a mi e-reader. Como ya se comentaba en la anterior reseña, José Luis Palma es doctor en medicina por la universidad de Navarra y formado en cardiología en Canadá. Colabora en prensa, radio y televisión, y es autor de alrededor de una decena de libros que pueden adquirirse en formato electrónico a un precio muy asequible. Al final de los textos nos anima a hacerle llegar nuestras impresiones a través de cualquiera de los medios que internet pone a nuestro alcance, tales como «twitter» o «facebook» o directamente a su correo electrónico, con la promesa de contestarnos.

El relato nos muestra la vida de Darío, divorciado de su primera esposa, Sarah, de la que tiene dos hijos aunque uno de ellos ha volado al extranjero y no tiene ningún contacto. Convive con Svetia, una ucraniana muy locuaz e internacional que labora en el mundo de las galerías de arte y que le tiene especialmente sorbido el seso en temas de sexo. Pero como suele suceder en toda relación de pareja, matrimonial o convenida, la rutina llega tarde o temprano y es mala compañera si no se asume de forma consciente. Sarah tiene un problema médico que reconforma las entrañas de Darío y que conducirá a un final más o menos lógico, que bien podía haber sido de otra manera.

Aunque no he profundizado mucho en la búsqueda, no he logrado encontrar la disponibilidad de este libro en papel, por lo que el número de páginas queda en estimación, doscientas veinte. No así el número de vocablos que supera los setenta mil y que nos presentan una historia muy verosímil, en la que pudieran estar o haber estado inmersos miles de ciudadanos y ciudadanas normales y corrientes, sin importar nivel, clase y condición. El relato se centra en las relaciones humanas y de pareja ofreciendo pocos detalles, los justos, sobre el resto que quedan a la imaginación del lector; ¿a qué se dedica laboralmente Darío? Como ya ocurriera en el otro libro leído, el autor hace gala de una prosa fácil y fluida, cuidada, que se lee con fruición y que nos anima a avanzar en la historia, una historia que además nos invita y yo diría que fuerza a remover nuestra propia conciencia estableciendo comparaciones entre la vivencia de los protagonistas y la nuestra. Leeré más libros de este autor que me dejan buen sabor de boca.

Algunas frases extractadas de su contenido para reflexionar un poco
«Todas las mujeres medimos el tiempo —piensa— no por el paso inexorable de los años sino por el interés que despertamos en las miradas lujuriosas de los hombres».

«Él es consciente de que Svetia todavía se encuentra inmersa en esa edad, entre el oro y la plata, que la vuelve tan deseable a los ojos de una mayoría de hombres que, hartos de perseguir una juventud vana y caprichosa, busca en la madurez deslumbrante un cuerpo ahormado en la experiencia de los placeres y que puede convertir un momento de efímera evasión en un proyecto de futuro reposado, como él imaginó el día de las llaves caídas bajo su coche».

«Tratar de adentrarse en los sentimientos íntimos de una mujer es como navegar por un mar proceloso en la más oscura de las noches. El naufragio estará asegurado».

«… luego, conforme las cosas se fueron complicando y la relación se iba enturbiando, llegó a la conclusión de que una pareja para sobrevivir tiene que tener tres componentes básicos: el uno, la otra y las mentiras».

«Le costó trabajo comprender que el tiempo que compartimos con las personas que se cruzan en nuestras vidas tiene unos límites de duración imprecisa».

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