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lunes, 1 de octubre de 2018

La ciudad y la ciudad, de China Mieville

Libro correspondiente a la 25 edición del Club de Lectura de ALQS2D durante el tercer trimestre de 2018.

China Mieville es un autor británico nacido en Norwich en 1972. Es un hombre culto, habiendo cursado estudios en Harvard y Cambridge y obteniendo el título de doctor en Relaciones Internacionales y Filosofía de Derecho Internacional, aunque no se plantea desarrollar su profesión sino utilizarla para sus escritos y su compromiso con su entorno político y social; ha sido arrestado por la policía londinense en varias ocasiones por participar en manifestaciones y actos de protesta, algunas de ellas ante el Parlamento Británico. Se dio a conocer con cierto éxito en el mundo literario con su primera obra, «El rey rata» publicada en 1998 cuando contaba veintiséis años de edad. Cuenta con numerosos premios literarios, algunos de ellos obtenido más de una vez. Siente pasión por la arquitectura, los edificios y los ambientes urbanos, lo cual ha quedado reflejado en el libro que comentamos, «La ciudad y la ciudad», publicado en 2009.

Una norteamericana estudiante de doctorado, que colabora en una excavación, es hallada muerta en la imaginaria ciudad europea de Besźel. El inspector Borlú se encargará del caso teniendo que viajar a una ciudad rival, Ul Quoma. Ambas ciudades están topográficamente superpuestas —ocupan el mismo espacio físico—, lo que obliga a sus habitantes a un ejercicio tanto físico como psíquico para no incurrir en faltas, denominadas «brechas», que consisten en ver, oír o estar en el espacio físico o mental que no corresponde. Aparecerá todo un submundo, incluso una posible tercera ciudad, Orciny, y toda clase de intereses que intentan unir las dos ciudades en una sola real y acabar con las «brechas» y la continua zozobra que sufren sus habitantes teniendo que des-ver, des-estar o des-oír aquello que no les corresponde. Junto con otro inspector de Ul Quoma, Borlú irá descubriendo nuevos entramados, nuevos asesinatos y nuevas connotaciones que le conducen a un final inesperado.

El escenario de las dos ciudades que comparten el mismo espacio físico, pero no legal y social, aporta un mundo fantástico o de ciencia ficción para situar esta novela que también podríamos considerar del género negro. El autor desarrolla toda una jerga de frases y situaciones que permiten al lector ir tomando conciencia de esta digresión física que llama la atención por su inverosimilitud pero que aporta una digamos tercera dimensión a la novela, ya que en cualquier momento y casi sin moverse se cambian los lugares y los planteamientos de los protagonistas. Cuando menos, los lectores que lleguen al final se sentirán impactados por esta coincidencia topográfica de las dos ciudades y el lenguaje que desarrolla el autor para dar sentido a esta digresión, que por momentos y por su complejidad puede resultar reiterativa e incluso pesada, aunque las aportaciones comedidas y progresivas de las acciones pueden ir construyendo una idea, que será sin duda diferente en cada lector. Temas actuales como policías, fronteras, nacionalismos, ciudadanías, leyes o estudios antropológicos irán teniendo su cuota en el desarrollo de la trama generando una visión de los problemas que nos rodean. Ampliamente premiada, sería especialmente recomendada para amantes de la ciencia ficción y la novela negra, aunque cualquier lector podrá encontrar luminiscencias atrayentes en sus páginas que generen una visión propia y personal.


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