BÚSQUEDAS en este blog

miércoles, 25 de marzo de 2020

El último dragón, CUENTOS DE BERETH (ED.10ºANIVERSARIO) 01, de Javier Ruescas

Javier Ruescas, nacido en San Lorenzo del Escorial, Madrid, en 1987, licenciado en periodismo, desarrolla una actividad incesante y periódica en las redes sociales en las que cuenta con miles de seguidores, como por ejemplo en su canal de Youtube donde habla fundamentalmente de libros y hace las delicias de casi trescientos mil seguidores. Participa en la conocida revista digital de literatura juvenil «El templo de las mil puertas» de la que fue creador e impulsor, imparte cursos interactivos para aprender a escribir y participa en numerosos actos, conferencias y ferias en varios países. De todo ello podemos encontrar cumplida información en su página web www.javierruescas.com. En 2013 fue seleccionado como uno de los 20 integrantes del «hub» español de los Global Shapers, la mayor red de jóvenes líderes menores de 30 años del mundo creada por el World Economic Forum. El libro que comentamos hoy, «El último dragón» es el primero de la bilogía «CUENTOS DE BERETH», una actualización de su primera trilogía con motivo de cumplirse el 10º aniversario de su publicación.

Duna Azuladea es una aldeana que vive en las inmediaciones del palacio real de Bereth, dedicada a la fabricación de cestos de mimbre con su tutora Aya a la que debe su gran formación personal y académica. Inquieta e inconformista, acude a palacio a presentar peticiones a la reina logrando hacerlo un día, pero al príncipe Dimitri que la sustituye, hermano de Adhárel, el sucesor al trono. Acaba entrando a trabajar a palacio como lavandera y llama la atención de Adhárel, más sensible que su hermano y que aprecia en ella grandes valores humanos. Una fiesta en palacio, un baile y un paseo por los jardines antes de que llegue la medianoche dejan a Adhárel prendado de Duna. La guerra entre los reinos del continente está a la orden del día, pero Adhárel quiere evitarla a toda costa. Poseedor de un terrible secreto que ni él mismo conoce, el reino se verá amenazado por una conspiración del contiguo reino de Salmat en connivencia con el príncipe Dimitri que no tiene límites a su ambición y que no se preocupa lo más mínimo por los habitantes del reino. Duna descubrirá el terrible secreto de Adhárel y ambos emprenderán un peligroso y largo viaje para encontrar a un poderoso «sentomentalista» capaz de revertir el encantamiento. Conocerán nuevos amigos y transitarán por múltiples aventuras y peligros antes de iniciar el regreso a Bereth donde la situación es complicada.

  «El pasado, por mucho que corramos, siempre nos alcanza»

Estamos ante un guiño a los clásicos cuentos —Cenicienta o La Bella y la Bestia entre otros— engarzados con criaturas fantásticas como dragones u hombres cuervos que sumirán al lector en un mundo medieval fantástico y mágico. Leí la trilogía cuando fue publicada hace 10 años y su nueva publicación revisada y remodelada en una muy cuidada presentación, en tapa dura y con ilustraciones de Lola Rodríguez, han sido un acicate para leerla de nuevo y sumergirme en un mundo encantado sorprendente y emocionante. Publicada en papel con 476 páginas o en edición digital con 131,588 vocablos, hará sin duda las delicias de un público juvenil actual, de los mayorcitos que la leyeron hace 10 años e incluso de algún talludito como yo que dejará volar la imaginación y quedará a la espera de la segunda parte que está prevista —pudiera retrasarse a la luz de los acontecimientos que estamos viviendo con el COVID.19— para mayo de este año 2020. Teniendo en cuenta que el autor escribió este libro cuando contaba 22 años de edad, sorprende por la prosa empleada, la genialidad de los personajes y el dinamismo conseguido en el relato que enganchará al lector y le abducirá en un mundo mágico que percibirá como natural. El autor nos transmite también una enorme positividad a través de situaciones y frases que bien haremos en aplicar a nuestra vida diaria. Esperaremos a la segunda parte para completar la aventura.
 Aya no solo me enseñó a leer y a escribir. ─añadió Duna─. Me enseñó a soñar. Y me convenció que podía llegar tan lejos como me plantease; que las cosas pueden cambiar. Eso es lo que deberían enseñar en las escuelas.
El príncipe de Bereth encontró un hueco entre las columnas de la sala y estudió allí a los presentes. No hacía falta que nadie se lo dijera para saber que se trataba de sentomentalistas, como él. Los había jóvenes y ancianos. Algunos se cubrían el rostro, pero muchos otros no temían ser reconocidos.

Mi corazón no iba a poder soportar que mi hijo también pasara por lo mismo. Pero si hay algo contra lo que no se puede luchar, es contras los deseos del corazón, porque las consecuencias pueden ser mucho peores.

Es bonito pensar que nosotros tenemos alguna opción de decidir., pero me temo que no es cierto. Lo que sucede es que quién hila el tapiz se preocupa mucho porque no veamos los nudos y las agujas que lo tejen. Cuanto antes lo aprendas, mejor.

Kalendra y Firela, las asesinas del humo aguardaron a que cayese la noche para ponerse en marcha…

1 comentario:

  1. Este lo dejo pasar, no me atrae, y mi lista de pendientes lo agradecerá. Muchos besos.

    ResponderEliminar

opiniones