Libro correspondiente a la 36
edición del Club de Lectura de ALQS2D durante el segundo trimestre de 2021.
Olga Merino, barcelonesa, nacida en 1965, estudió Periodismo completado con un máster de especialización en Historia y Literatura Latinoamericanas realizado en el Reino Unido. Ha residido en Moscú, siendo corresponsal durante cinco años para El Periódico de Catalunya, asistiendo en vivo y en directo a la transición del régimen soviético a la economía de mercado. «Cenizas rojas», publicada en 1999 fue su primera novela, viendo la luz en 2004 «Espuelas de papel. En 2006 obtuvo el Premio Vargas Llosa NH por el cuento «Las normas son las normas». En 2012 publicó «Perros que ladran en el sótano». La novela que comentamos hoy, «La forastera» vió la luz en 2020. Algunas de sus obras han sido traducidas al italiano, holandés e inglés.
Suele sucederme en determinados lugares, cuando entro en espacios cerrados donde el tiempo ha sedimentado una pátina de angustia.
Ángie —Ángela— ha tenido un recorrido por el extranjero, Londres, donde ha vivido unos años llegando a ser la musa de un artista pintor, —Nígel— y su compañera sentimental. Tras el fallecimiento de este, ha vuelto al caserón de sus padres situado en un indeterminado lugar en la España Profunda, donde vive retirada, —fortificada— con sus perros y queriendo saber lo menos posible del mundo. Sus vecinos la consideran una loca perturbada y salvo algunos marginales mantienen poca o ninguna relación con ella. Aparece ahorcado en un nogal el señorito más poderoso de la comarca; ¿suicidio? Algunos antepasados también se suicidaron y atando ciertos cabos Ángela llega a desvelar secretos familiares propios y ajenos que convulsionan la comarca aflorando muchas envidias y muchos silencios. Ángela ama su libertad, no tiene nada y poco puede perder, luchando contra todo y contra todos en un ejemplo de resistencia en un lugar áspero de la España olvidada.
Aquí nadie pregunta demasiado. Este lugar se traga a los que vinimos huyendo.
Un relato muy interesante de esa España profunda que tenemos al lado y a la que nos asomamos ligeramente y como meros turistas. Una persona que lo ha vivido y lo ha experimentado todo en una ciudad cosmopolita como Londres vuelve a la casa familiar en una zona donde la sumisión al terrateniente lo es todo: trabajar y subsistir en el mayor de los silencios posibles, sin asomarse a la miríada de secretos escondidos en lugares y personas. Una novela muy bien estructurada, estricta y sin devaneos en sus planteamientos y situaciones, directa al grano y a mostrarnos unos personajes plausibles que luchan por la vida día tras día entre recelos y envidias entre ellos sin enfrentarse a los poderosos: una triste historia que se repite día tras día. Una novela magnífica, de lectura fácil, entretenida y que lleva al lector a conocimientos certeros de esa España olvidada que sigue ahí en pleno siglo XXI, viendo pasar un día tras otro sin que ocurra nada.
Te lo juro, Angie, los oí. ¡Yo los oí! —ahora me mira fijo a los ojos—. Estaban discutiendo dentro de la cuadra, mientras yo guadañaba la hierba…
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