Teresa Todenhöefer Suárez, madrileña nacida en 1973, se
trasladó a vivir a Alemania, de donde procedía su familia paterna. Autora muy
reconocida en Francia, aunque no sea por su auténtico nombre: allí, además de
hacerse un hueco en el selecto universo noir
(polar), ha recibido el aplauso unánime de crítica y público con «Un travail à finir» y «Terres brûlées», dos novelas negras
firmadas junto a Eric Damien bajo el seudónimo de Eric Todenne. Cuando tomó la
decisión de escribir en solitario y en español, escogió el segundo apellido de
su madre: Cardona. Vive a caballo entre Alemania y España. El libro que
comentamos hoy, «A la vista de todos», publicado hace dos días (14 de
mayo de 2025), es el cuarto de la serie de los picoletos Blecker y Cano.
Anteriormente vieron la luz «Los dos lados» (reseña en este enlace), «Un bien relativo» y «La carne del cisne» (reseña aquí). Más información en la página web de la autora www.teresacardona.es
Clavó los ojos en la ventana y contempló los pinos del jardín, que con la luz del amanecer se teñían de dorado y parecían arder.
Llega la primavera en San Lorenzo de El Escorial y con ella las celebraciones de la Semana Santa. Maya Vargas, una dermatóloga dedicada por entero a su trabajo y su familia, aparece muerta en su casa en lo que parece tratarse de un accidente en un allanamiento con robo. Blecker y Cano, junto con Romero y Suárez se encargarán de un caso que plantea muchos interrogantes y en el que el despiste en los momentos iniciales preside su investigación, tanto en San Lorenzo como en Madrid y Ávila por conexiones familiares de Maya. El relato nos irá mostrando las relaciones personales y profesionales de la teniente Karen Blecker y sus compañeros guardiaciviles, al tiempo que el recorrido por los entresijos de las relaciones familiares y amistades de la víctima irá dando forma a unas conclusiones inciertas que no parecen tener sentido hasta que surge una chispa inesperada que conduce un final sorprendente , con giros hasta el último párrafo de la novela que el lector tendrá que descubrir… ¡leyéndola¡
Ven, han abierto un nuevo café —dijo Gonzalo—, me lo contaron ayer. La cogió de la mano, cruzaron la calle y rodearon el antiguo palacio de los Alba hasta llegar, por una calle peatonal, a una terraza montada con unas sillas con almohadones reciclados de sacas de café. Una mujer con pelo claro y acento eslavo salió a atenderlos.
En el decir de la propia autora, «la influencia de Ferdinand von Schirach es evidente en sus obras. Al igual que él, interpela al lector en temas controvertidos para que se cuestione todos los puntos de vista». Como en sus anteriores entregas de esta serie, la autora maneja dos líneas temporales que van construyendo una historia familiar perfectamente verosímil y muy de actualidad, en la que la personalidad de la víctima queda perfectamente desgranada, así como la de otros personajes más en segundo plano que van aportando cabos a la investigación. Las relaciones de los protagonistas guardiaciviles también van enriqueciendo sus personalidades porque complementan las anteriores entregas, si bien no es necesario haberlas leído. El desarrollo en los escenarios de San Lorenzo de El Escorial, con sus lugares y sus personajes reales, aportará un plus tanto a los gurriatos —nacidos o adoptados en San Lorenzo— como a aquellos que conozcan el entorno. Nuevamente la autora pone al lector ante una casuística muy de actualidad, como son las relaciones familiares y la imagen que proyectamos en las personas con las que nos relacionamos, en un ejercicio de deseabilidad social que no siempre impacta de la misma manera en los demás. Fácil de leer, absorbente, instructiva, sus cerca de 120.000 vocablos en la edición electrónica (9,49€) o sus 428 páginas de la cuidada edición en papel de Siruela (21,95€) procuran unas horas de disfrute al lector. Aprovecho la ocasión para recomendar otro interesante libro de la autora escrito ex aequo con Eric Damien titulado «Tierra quemada» (Terres brûlées).