Pues tras tres libros escritos por autores españoles, vuelvo a la saga de Los hijos de la Tierra, este 4º volumen, el más voluminoso de todos, sigue siendo muy atractivo. En este volumen se narra el viaje de Ayla y Jondalar hasta la tierra de este último, el reencuentro tras cinco años de ausencia con su familia.
Evidentemente, la imaginación que Jean M. Auel le echa es digna de admiración, y si le tengo que poner un pero, es que en algunas partes del libro se dan tantas explicaciones de hechos sucedidos en los libros anteriores, que para los que los tenemos recientes, nos sobran. Pero imagino que un escritor debe preparar cada libro como si fuera para un lector nuevo, por eso quizá le sobren unas cuantas páginas, pero como se lee tan bien, desde luego se disculpa, y tanto es así, que acabo ya de cargar el 5º volumen en mi e-reader para concluir la saga, leer otro par de libros aislados, y comenzar con La Fundación de Asimov, que tanto nos ha ensalzado nuestro amigo Juanlu.
En resumen, un libro extenso, como el camino que tienen que recorrer nuestros personajes, Ayla, Jondalar, Lobo, Whinney y Corredor, con desbordante imaginación para conseguir vencer todos los obstáculos, y que para mi gusto culmina con los encuentros que tienen con los distintos grupos de humanos que visitan o se encuentran de forma casual. La interrelación entre humanos y animales sigue siendo muy tierna, y la verdad, te sientes tremendamente imbuido entre los personajes, especialmente cuando en situaciones límite con peligro de muerte para algún personaje, alguno de los animales tiene reacciones sorprendentes.
Sigo recomendando la lectura de esta saga, y de hecho, en cuanto le de a la tecla de 'publicar post' empiezo el 5º y último.
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