Otra vez Baley y Olivaw con un asesinato entre manos. Esta vez en uno de los Mundos Externos: Solaria.
Un planeta con 20.000 habitantes ayudados por sus robots (prácticamente esclavos para que los seres humanos puedan "realizarse"), donde la selección genética y el control de natalidad son un principio básico de la "sociedad". El contrapunto a la superpoblada Tierra que, sin embargo, no parece tener muchas más probabilidades de perdurar.
La oportunidad de Baley para vencer su agorafobia y enfrentarse a un sol desnudo, sin la confortable protección de las bóvedas de acero de las ciudades de la Tierra; y de dar un paso más para comprender a esos seres extrañamente parecidos a él llamados Espacianos1. Como en la vida real gran número de prejuicios no superan un viaje. :-)
La trama detectivesca mejora con respecto a Bóvedas de Acero, por lo que la considero una novela más completa.
1 Al estar leyendo los libros de la serie de los robots de distintas ediciones y años de publicación, me encuentro con multitud de términos que han sido traducidos de forma diferente. Yo prefiero espacianos (a espaciales), terráqueos (a terrestres) y Elías (a Elijah). En la ciencia ficción los nombres aportan credibilidad y fuerza al relato.
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