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sábado, 12 de enero de 2013

Stendhal y su mundo, Consuelo Berges

Completísimo estudio sobre Stendhal, su obra
y su leyenda.
Puntuación 4,5/5
Para poder comprender obras literarias tan densas como Rojo y Negro, La Cartuja de Parma y Crónicas italianas se hace imprescindible conocer más a su autor y a su época. Con ánimo de pulir mi ignorancia busqué bibliografía y advertí que este libro "Stendhal y su mundo" de Consuelo Berges aparecía en todos los listados como una obra repetida y necesaria.
No es de extrañar, pues la escritora es una experta en literatura francesa, traductora para la editorial Alianza Editorial de casi la mayoría de los autores franceses del siglo XIX, y reputada escritora de monografías sobre este autor, Flaubert y otros muchos literatos del romanticismo y el realismo francés.
El libro es una biografía y además un estudio exhaustivo de la producción artística de Stendhal, y tras su lectura, percibes con mayor nitidez la profundidad y complejo contexto humano e histórico del personaje.
Un libro muy recomendable para amantes de la paraliteratura, donde aparecen numerosas anécdotas de la vida y del complicado proceso creativo de Stendhal.
Resumiendo el contenido de manera esquemática, Stendhal, cuyo verdadero nombre era Henry Marie Beyle, nació en Grenoble el 23 de Enero de 1.783, en una familia de la burguesía campesina. La rama paterna de la familia se dedicó al comercio y simbolizaba para el escritor la zafiedad y prosaísmo de la actividad mercantil, en contraste con la familia materna, parte diletante y amante de la cultura, recuerdo para él de todo el añejo honor caballeresco del españolismos. No en vano fue un amante del Quijote.
Pronto quedó huérfano de madre y el conflicto emocional con la familia de su padre y especialmente con su progenitor se radicalizó. Destacó en los estudios de la matemática, ganando un primer premio en esta disciplina. Viajó a París para especializarse en esta materia pero desde un comienzo dispersa su talento en la diletancia, en la abstracción intelectual, en la construcción de quiméricas obras y estudios ensayísticos a realizar, que no cuajaron en obras reales.
Por medio de un familiar, ingresa en el ejército napoleónico, alcanzando el grado de subteniente de dragones. Las campañas militares, en las que desempeñó sobre todo labores burocráticas y de intendencia, le hicieron recorrer buena parte de Europa, incluso llegó a portar correos a manos de Napoleón hasta el mismo Moscú.
Pero sobre todo conoce Italia, especialmente Milán y su entorno, Nápoles, Roma cuyas costumbres de vida más relajadas y disolutas de los meridionales, encajaban con su filosofía vital y pretensiones. Vivió durante mucho tiempo en Italia, en períodos discontinuos, como residente, viajero y hasta como viceconsul en Civitavecchia. El epitafio de su tumba en Montmartre reza este epigrama a petición del mismo escritor: "Arrigo, milanese. Scrisse, amò visse Ann. LIX M. II, Mori il XXIII marzo MDCCCXLII"
<Herri Beyle milanés. Escribió, amó, vivió 59 años. Murió el 23 de Marzo de 1842>>.
 De estas prologadas y ociosas estancias en este país, surgieron escarceos amorosos, alguno de ellos extravagantes, como el vivido con Matilde Viscontini, donde los celos y la infidelidad inflamaron sus expectativas amatorias y, además, una íntima relación con los escritores italianos liberales, los llamados carbonari.
Disfrutó del rico ambiente cultural del país  y sobre todo, el teatral y musical, principalmente la opera. El contacto con Italia le nutrió de experiencias para elaborar muchas de sus mejores obras de producción como novelista y ensayista, plasmado en libros de ficción y divulgación como, "Historia de la pintura en Italia", "Roma, Napolés y Florencia", "Vida de Rosini", "Sobre el Amor", "Paseos por Roma", "Crónicas italianas " y "La Cartuja de Parma".
Tras abandonar el ejercito y disentir de los postulados imperialistas de Napoleón, intentó dedicarse a la escritura de obras teatrales la mayoría de las cuales nacían y morían en su mente, en múltiples proyectos irrealizados.
Stendhal, escribió varios diarios y autobiografías, inconclusos pero de significativa entidad, en donde esbozo su vida, inflamándola y distorsionando la realidad de su imagen, con reflejo de episodios imaginarios y novelescos, que añaden más oscuridad a su compleja y díscola personalidad. Estas manipulaciones han empañado el seguimiento cronológico del escritor que hilvanó una telaraña de mentiras y verdades históricas que Consuelo Berges documenta y resuelve con pasmosa objetividad y mérito.
El escritor nunca pudo superar los complejos de su autoimagen, propenso a una excesiva obesidad y una fealdad de rostro perceptible y expresada por numerosos contemporáneos. El mismo definió la tosquedad de su fisonomía como la de un "tosco carnicero italiano".  Este condicionante anatómico degeneró en una personalidad irascible y cáustica, contorvertida, con predisposición al sarcasmo y la sátira. En los salones literarios parisinos fueron celebres su afilada lengua y su retórica hiriente, convirtiéndole en un personaje denostado y aborrecido.
 Pocos amigos se le conocieron, entre los que cabe citar a Prosper Merimée y menos lectores contemporáneos. Ha pasado a la historia el jocoso comentario del editor de su libro "Sobre el amor", quien le escribió que "..diríase que su libro es sagrado, porque nadie lo toca".
Falleció en decadente estado de salud tras sufrir una apoplejía, solitario y acompañado de dos perros que adquirió, según sus propias palabras "porque necesitaba amar a alguien."
Un libro imprescindible para los amantes de la obra y contexto de Stendhal.
Como único reproche, para mí virtud, señalar que para los no muy versados sobre el autor pueden resultar tediosas y reiterativas, el contenido reproducido de las numerosas cartas escritas por el autor, con amigos y familiares. Esta proliferación epistolar exije ciertos conocimientos de sus obras ensayísticas del autor.

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